En
analizar del porqué de tanto desgranamiento en la matricula educativa, surge la
posibilidad de poner en valor todo lo referido al Método Montessori.-
María
Montessori, educadora de principios del Siglo XX, predicó en aquellos tiempos,
que antes que alumnos los niños eran personas a las que había que valorar como
tal dándole cabida a su individualidad, de manera tal, desde allí, detectar sus
potencialidades.-
Entre
otros puntos, Montessori dice que la educación se basa en un triángulo:
1.
Ambiente
2.
Amor
3.
Relación Niño-Ambiente
Me
permito transcribir una descripción general del método, a modo de disparador,
para que docentes de todos los niveles puedan conocerlo y hacer la crítica,
para que la misma sirva como referencia respecto a la educación que denominamos
“tradicional”.
El método Montessori se caracteriza por
proveer un ambiente
preparado: ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento
tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños. El aula Montessori integra
edades agrupadas en períodos de 3 años, lo que promueve naturalmente la
socialización, el respeto y la solidaridad.
El ambiente preparado ofrece al niño oportunidades
para comprometerse en un trabajo interesante, elegido libremente, que propicia
prolongados períodos de concentración que no deben ser interrumpidos. La libertad
se desarrolla dentro de límites claros que permite a los niños convivir en la
pequeña sociedad del aula.
Los niños trabajan con materiales
concretos científicamente diseñados, que brindan las llaves
para explorar el mundo y para desarrollar habilidades cognitivas básicas. Los
materiales están diseñados para que el niño pueda reconocer el error por sí
mismo y hacerse responsable del propio aprendizaje.
El adulto es
un observador y un guía; ayuda y estimula al niño en todos sus esfuerzos. Le
permite actuar, querer y pensar por sí mismo, ayudándolo a desarrollar
confianza y disciplina interior. La educación Montessori cubre todos los
períodos educativos desde el nacimiento hasta los 18 años brindando un currículo
integrado.
El ambiente Montessori, como
dijimos, es un lugar amplio y abierto, ordenado, estético, simple, real,
donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo del niño. El
ambiente es proporcionado a la medida de los niños, con estanterías bajas y
distintas medidas de mesas y sillas donde se sientan los niños individualmente
o en grupos. El aula está subdividida en áreas temáticas donde se exponen los
materiales y la bibliografía correspondientes y permite una gran libertad de
movimiento. Los niños pueden trabajar en grupos o individualmente, respetando,
de este modo, su propio estilo y ritmo. Cada niño utiliza el material que elige
tomándolo de la estantería y devolviéndolo a su lugar para que pueda ser usado
por otros. El ambiente promueve la independencia del niño en la exploración y
el proceso de aprendizaje. La libertad y la autodisciplina hacen posible que
cada niño encuentre actividades que dan respuesta a sus necesidades evolutivas.
El aula Montessori reúne niños de tres edades distintas: menores de 3 años, de
3 a 6 años, de 6 a 9 años y de 9 a 13 años. Las salas integradas favorecen la
cooperación espontánea, el deseo de aprender, el respeto mutuo y la
incorporación profunda de conocimientos a través del ejercicio de enseñarle a
otros.
Para la Dra. Montessori todo educador
debe "seguir al niño", reconociendo las necesidades evolutivas y
características de cada edad, y construyendo un ambiente favorable, tanto
físico como espiritual, para dar respuesta a esas necesidades. El desarrollo
del niño surge de la necesidad de adaptarse a su entorno: el niño necesita
darle sentido al mundo que lo rodea y se construye a sí mismo en relación a ese
mundo.
María Montessori observó que el niño
pasa de la infancia a la adultez a través de 4 períodos evolutivos llamados
"Planos del desarrollo". Cada período presenta características
radicalmente distintas de los otros, pero constituye los fundamentos del
período sucesivo. Así "como la oruga
y la mariposa son muy distintas en su aspecto y sus manifestaciones, sin
embargo la belleza de la mariposa es consecuencia de su vida en el estado de
oruga, y no puede provenir de la imitación del ejemplo de otra mariposa. Para
construir el futuro es necesario vigilar el presente. Cuanto más cuidamos las
necesidades de un período, mayor éxito tendrá el período siguiente" (La
Mente Absorbente, María Montessori, Editorial Diana, 1998, pág. 245).
El primer Plano del Desarrollo comienza con el nacimiento hasta los 6 años, está caracterizado por la mente absorbente del niño, la cual toma o absorbe todo los aspectos, buenos y malos, del ambiente que lo rodea, el lenguaje y la cultura. En el segundo plano, desde los 6 a los 12 años, el niño posee una mente razonadora, para explorar el mundo con su imaginación y pensamiento abstracto. En el tercer plano, de los 12 a los 18 años, el adolescente tiene una mente humanística deseosa de entender la humanidad y la contribución que él mismo puede hacer a la sociedad. En el último plano del desarrollo, desde los 18 a los 24 años, el adulto explora el mundo con una mente de especialista apropiándose de su propio lugar en él.
Materiales
concretos
Los materiales Montessori fueron
diseñados científicamente en un contexto experimental dentro del aula,
prestando especial atención al interés de los niños según la etapa evolutiva en
que se encuentran y con la convicción de que la manipulación de objetos
concretos ayuda al desarrollo del conocimiento y del pensamiento abstracto. Estos
materiales permiten a los niños investigar y explorar de manera individual e
independiente. Posibilitan la repetición, lo que promueve la concentración.
Tienen la cualidad de aislar las dificultades, es decir, cada uno
introduce una única variable, un solo concepto nuevo, aislándolo y dejando los
demás conceptos sin modificar. Los materiales tienen control de error: es
el mismo material que le mostrará al niño si lo usó correctamente. De este modo
los niños saben que el error forma parte del proceso de aprendizaje, logran
establecer frente a él una actitud positiva, se hacen responsables de su propio
aprendizaje, y desarrollan confianza en sí mismos.
La maestra Montessori, llamada guía,
observa a cada niño, sus necesidades, capacidades e intereses y le ofrece
oportunidades de trabajo inteligente, con un propósito concreto al servicio del
cuidado de sí mismo y de la pequeña comunidad que es el aula. El objetivo final
de la guía es intervenir cada vez menos a medida que el niño se desarrolla. La
guía le permite actuar, querer y pensar por sí mismo, ayudándolo a desarrollar
confianza y disciplina interior. La guía Montessori no imparte ni premios ni
castigos, la satisfacción es interna y surge del trabajo personal del niño. Cuando
el niño, según su desarrollo evolutivo, está listo para una lección, la guía
introduce el uso de nuevos materiales y presenta actividades de forma
individual o a grupos reducidos. En los años más avanzados, cada niño
confecciona al comienzo de la semana una lista de objetivos y luego administra
su tiempo durante la semana de forma de cumplirlos. No es la guía sino el niño
mismo el responsable de su propio aprendizaje y desarrollo.
El
Currículo Montessori
Desde el nacimiento
hasta los 3 años
Durante los primeros tres años de
la vida del niño se sientan las bases para su futuro desarrollo.
Montessori denomina a este período como el del "embrión espiritual",
durante el cual realiza en la esfera psicológica lo que el embrión realizó ya
en la esfera física. Este proceso se logra gracias a la "mente
absorbente" del niño que incorpora experiencias, relaciones, emociones,
imágenes, lenguaje, cultura, a través de sus sentidos y por el simple hecho de
vivir. Estas experiencias de vida dan forma a su cerebro, formando redes
neuronales que tienen el potencial de permanecer con la persona toda su vida.
En esta etapa del nacimiento a los 3 años, la educación Montessori se concentra
en el desarrollo del habla, el movimiento coordinado y la independencia, que le
dan confianza al niño, le permiten descubrir su propio potencial y su lugar
dentro de una comunidad.
De los 3 a los 6 años
El currículo en el aula de 3 a 6
años se divide en cuatro áreas de trabajo:
- Vida Práctica: son actividades
que apuntan al cuidado de sí mismos, de los demás y del ambiente físico
que habitan. Las actividades incluyen tareas que le son familiares a los
niños: lavar, lustrar, poner la mesa, arreglo de floreros, etc. También se
introducen actividades de "gracia y cortesía" que caracterizan a
todos los seres civilizados. A través de éstas y otras actividades, se
logra coordinación y control del movimiento y exploración del entorno. Los
niños aprenden a realizar una tarea de principio a fin, desarrollan su
voluntad, su auto disciplina, la capacidad de concentración y la confianza
en sí mismos.
- Sensorial: el niño de esta edad
aprende a través de sus sentidos más que a través de su intelecto. Los
materiales sensoriales son herramientas para que los niños refinen cada
uno de sus sentidos ya que cada uno aísla una cualidad particular: olor,
tamaño, peso, textura, sabor, color, etc. En esta edad preescolar en la
que el niño recibe excesiva información sensorial, estos materiales le
permiten encontrar orden y sentido en el mundo, elevan su capacidad de
percepción, favorecen la observación y un sentido de admiración por todo
lo que los rodea.
- Lenguaje: cuando los niños
entran al ambiente a los 3 años enriquecen el lenguaje ya adquirido. Son
capaces de usarlo inteligentemente con precisión, belleza, dándose cuenta
poco a poco de sus propiedades. Aprenden a escribir partiendo de los sentidos
(el oído, el tacto) y, como una consecuencia natural de esto aprenden a
leer. Como una extensión de las actividades de lenguaje, los niños
aprenden sobre geografía, historia, arte, música. Estas áreas ayudan al
niño a conocer el entorno que lo rodea y a despertar la conciencia en el
niño del lugar que ocupa en el mundo; los lleva a sentir respeto y amor
por su ambiente, y crea un sentido de solidaridad con toda la familia
humana y su hábitat.
- Matemática: los materiales
ayudan al niño a aprender y entender conceptos matemáticos al trabajar con
materiales concretos que lo conducen intuitivamente hacia conceptos
abstractos. Le ofrecen impresiones sensoriales de los números y sientan
las bases para el álgebra y la geometría.
De los 6 a los 12 años
El Currículo en el aula
de 6 a los 12 años presenta una visión histórica, evolutiva e
integrada del conocimiento y del desarrollo humano. Incluye cinco Grandes
Lecciones o lecciones fundamentales a partir de las cuales se desarrollan
estudios específicos en distintas áreas. Las lecciones están diseñadas para
despertar la imaginación, la curiosidad y la admiración por la capacidad
creativa e innovadora del espíritu humano.
Grandes
Lecciones
Estudios específicos
Desarrollo del universo
y de la tierra Astronomía,
meteorología, química, física, geología geografía
Desarrollo de la vida Biología,
botánica, medio ambiente, evolución de la vida, zoología
Desarrollo de los seres
humanos Historia, cultura, sociales, descubrimiento
científico e invenciones
Comunicación por
signos
Lectura, escritura, lingüística, estructuras del lenguaje, literatura
Historia de los
números Matemáticas, origen y sistemas de números,
geometría
*Horacio Pili
Instructor de Formación Profesional, Sub jefe de área Centro de
Formación Laboral N° 401 Tres Arroyos.
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