Yo lo noto desde hace
unos 12 años pero puede venir de antes y tal vez no me di cuenta por no prestar
atención, seguramente se fue produciendo paulatinamente como todos los cambios
pero a mí se me hizo evidente desde el momento en que el odio, la insolidaridad,
la mezquindad y el individualismo se hizo partido político, hasta ese momento
esos disvalores se mantenían en reserva como un defecto para ser manifestado
solo en la intimidad por la vergüenza que causaba mostrarse de esa forma humana
tan ruin, pero con la llegada del Pro a la arena política, los miserables de
espíritu comenzaron a tener representación pública y política y los pecados
capitales pasaron a ser la manifestación de una ideología que no solo tuvo sus
referentes políticos, sino también sus periodistas, intelectuales y filósofos,
hoy convivimos con ellos y los hemos naturalizado como algo normal y común, y
escuchamos sus frases cargadas de desprecio hacia el prójimo como una variante más
en las características del ser humano, vemos actitudes inhumanas de personas
sin el menor respeto por el sacrificio y la entrega de los que tal vez muy
pronto expongan su pellejo para salvarles la vida, médicos, enfermeros,
científicos, bastardeados y considerados hasta delincuentes por aconsejar a la
sociedad la mejor forma de proteger su salud y la de los suyos, consejos que
sienten como una agresión a sus intereses económicos que es al parecer lo único
que les importa, próceres primero tratados de borrar de la memoria colectiva y
luego utilizados para cruzadas descabelladas en manifestaciones partidarias por
motivos inexistentes, el daño por el daño mismo con la mentira y la confusión
como bandera y todo llevado adelante con el orgullo de creerse mejores y dueños
de la verdad, esta es la triste realidad que vivimos con los que alguna vez
fueron nuestros "amigos", vecinos y parientes, personas que creíamos
con nuestros mismos valores pero que en realidad tenían una máscara que
ocultaba su verdadera cara. Tal vez viví toda mi vida en un carnaval en el que
solo vi caretas y hoy que se terminó, cada uno se saca la máscara y se muestra
como verdaderamente es con toda su monstruosidad. Así son las cosas y habrá que
aceptarlas, será el nuevo paradigma del siglo XXI, el egocentrismo en detrimento
del altruismo necesario para convivir en armonía social, se acabó el carnaval,
se cayeron los disfraces y esta es la verdad, no importa, total, por cuatro
días locos que vamos a vivir.
*Kamilo Centofuoco. Escritor, poeta
Comentarios
Publicar un comentario