Una rentabilidad de máxima a favor de los grupos concentrados va de suyo que necesita un Estado de mínima.. y ese Estado de mínima somos nosotros
Martínez de Hoz - 1976
Alguna vez el Subcomandante Marcos escribió sobre el estado Neoliberal:
El Estado, en el neoliberalismo, tiende a
contraerse al "mínimo indispensable". El llamado "Estado
Benefactor" no sólo se convierte en obsoleto, se desprende de todo lo que
lo constituía en tal y se queda desnudo. En el cabaret de la globalización,
tenemos el "show" del Estado sobre una "table dance" que se
despoja de todo hasta quedar con su prenda mínima indispensable: la fuerza
represiva. Destruida su base material, anuladas sus posibilidades de soberanía
e independencia, desdibujadas sus clases políticas, los Estados Nacionales se
convierten, más o menos rápido, en un mero aparato de "seguridad" de
las megaempresas que el neoliberalismo va erigiendo en el desarrollo de esta IV
Guerra Mundial. En lugar de que la inversión pública la orienten al gasto social,
los Estados Nacionales prefieren mejorar su equipo, armamento y preparación
para cumplir con eficacia la labor que la política dejó de cumplir hace años:
el control de la sociedad. Los "profesionales de la violencia
legítima" se llaman a sí mismos los aparatos represivos de los Estados
Modernos.
Pobreza, represión y desigualdad: las
consecuencias sociales de un Estado que desaparece
por Redacción
La Tinta
Fuente:
Desde la asunción del
gobierno de la alianza Cambiemos en diciembre de 2015, se viene señalando la
falta de respuestas sociales del Estado frente al ajuste, los tarifazos y el
hambre en aumento. Frente a ello, la única acción estatal y con apoyo gubernamental
fue la represión en la protesta social y el aumento del ejercicio represivo en
los barrios más vulnerables. Sin embargo, las consecuencias sociales que
conlleva la desaparición del Estado en todos los frentes destruyen igual, o
más, que cualquier bala.
Por Giuliana Sordo
para La
Primera Piedra
El 3 de septiembre de 2018, el Gobierno nacional
anunció el cierre de diversos ministerios para pasar a ser secretarías o
dependencias de otros espacios. Salud. Trabajo. Energía. Ciencia. Tecnología.
Cultura. Todas áreas fundamentales para el desarrollo social y la producción
fueron reducidas con el fin de eliminar el gasto público, el déficit fiscal y
cumplir con el acuerdo del Fondo Monetario Internacional (FMI). En medio de
aumentos de precios, derivados de la suba del dólar, esta medida denunció un
punto crucial en el ajuste y achicamiento de un Estado que, una vez más en la
historia argentina, retrocede y desaparece de aquellos lugares en los que
debería respetar, proteger y garantizar derechos.
El mismo día del anuncio, un joven de 13
años, Ismael Ramírez, fue asesinado
en una manifestación en reclamo de comida frente a un supermercado en Roque Sáenz Peña, provincia de Chaco. Si
bien las versiones oficiales hablaron de un intento de saqueo, tanto familiares como vecinos desmintieron esto, afirmando que los habitantes del barrio se encontraban concentrados frente a las
puertas del supermercado, lugar en el que solían retirar una tarjeta de
alimentos, pero que en aquel momento se las estaban reteniendo por los aumentos
de precios que se estaban dando en esos días. Las distintas
versiones que señalan a la fuerza “de seguridad” local como principal
responsable del asesinato.
Este hecho que parecería aislado de los anuncios
oficiales del gobierno de Mauricio Macri es, por un lado, una de las respuestas
de los sectores populares al hambre al que están siendo condenados en un
sistema económico que desde hace más de 40 años mantiene la exclusión y, que en
un contexto de ajuste, con políticas estatales eliminadas, se acrecienta de
manera violenta y brutal. Por otro lado, como en el 2001, con casos muy
similares a este hecho represivo, las principales víctimas de este sistema
siempre fueron y son los sectores vulnerables.
Casi 10 días después de este asesinato, en la
localidad de Moreno, provincia de Buenos Aires, secuestraron en la calle a
Corina de Bonis, docente
del Centro de Educación Complementaria N° 801 de la localidad. La subieron a un auto y la torturaron: le
pusieron una bolsa en la cabeza, la golpearon y le escribieron el abdomen con
un punzón. El mensaje señalaba que la práctica que venían
ejerciendo, la de realizar ollas populares para alimentar a niños y niñas de la
localidad, debía suspenderse para dar clases.
En Moreno
hay entre 200 y 400, según las diferentes versiones, establecimientos
educativos que se mantienen sin abrir por problemas y peligros de infraestructura,
gas y electricidad, luego de la
explosión en la Escuela N°49 que terminó matando a Sandra Calamano y Rubén
Rodriguez el 2 de agosto de este año, y señalando una vez más, la ausencia del
Estado. Como reclamo ante la falta de presupuesto para la educación pero
también de medidas de seguridad para trabajadores y niños, en la
localidad se replicaron las ollas
para que los chicos y chicas puedan seguir siendo alimentados a pesar de no
poder asistir a clases.
La falta de
presencia estatal evidenciada en este terrible hecho señala una verdad: cada
vez que se reducen los costos estatales, lo que se destruye son las políticas
fundamentales para garantizar los derechos básicos de la población. Estas
medidas anunciadas, no son otra cosa que un hito más en la cadena de una serie
de anuncios, que desde la llegada al poder del gobierno de Mauricio Macri,
siempre ajustan en los mismos sectores: perjudicando y sustrayendo todo aquello
que puede garantizar una vida digna mientras, en paralelo, se siguen beneficiando
los sectores concentrados.
Cuando el
Estado desaparece, no solo aparecen las balas del sistema represivo, sino
también y fundamentalmente las consecuencias en una sociedad que sufre el
hambre y la exclusión. El gobierno actual redujo el accionar del Estado,
retirando y achicando sus funciones y, por lo tanto, reduciendo políticas
estatales fundamentales como lo son garantizar las necesidades básicas, la
salud y la educación. Este Estado
es responsable de las muertes causadas, las tragedias señaladas y las
consecuencias sociales que seguirán existiendo mientras que el rol
del gobierno actual sea seguir ajustando sobre los sectores más vulnerables.
*Por Giuliana Sordo para La
Primera Piedra
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