Término parvo, intelectualmente
económico dentro del contexto, que sin dudas establece y determina el
consciente y el inconsciente de la política económica de Cambiemos. Una suerte
de derrame en donde el voluntarismo caritativo de los excedentes se ofrece como
precursor y fórmula a la hora de evitar el futuro naufragio social. Liberado el
Estado de sus obligaciones humanistas queda en manos de la culposa caridad individual,
superior y egocéntrica, el destino igualitario de la sociedad, incluso
dejándole librado al “propinante” la
posibilidad de tabular, cual evaluador moral, la calidad del servicio prestado
para proceder antes de santiguarse. No debe sorprendernos ni ofendernos la
aparición del vocablo dentro de la dialéctica oficial, se lo puede considerar
como un esclarecedor sincericidio cuando el tiempo de asumir paradigmas y
modelos llega a su inexorable desenlace. El mensaje es concreto: “nuestra gestión, nuestro modelo político de
Estado está para asegurar otras cuestiones, asuntos económicos que se
relacionan con otros actores sociales. Por caso darle previsibilidad a las
agroexportadoras, a las empresas globales de servicios, a los bancos, a los
importadores, a los sojeros y a los inversionistas golondrinas que apostaron a
jugar dentro del mercado local. Nuestras prioridades, y cuando hablamos de
prioridades nos referimos a nuestros esfuerzos presupuestarios, están enfocados
hacia dicha matriz en donde los servicios financieros, internos y externos,
juegan un rol cardinal. De manera que no podemos ni debemos distraer recursos
en gasto público más allá del necesario para mantener la estructura de poder
que nos permitió llegar a gobernar”.
El Estado de
Cambiemos no concibe el desarrollo de políticas igualitarias que apunten a la
inclusión y a la equidad, menos aún está en su ideario plasmar programas
productivos en donde el valor agregado local y el consumo interno se
constituyan como variables armónicas de progreso.
Todo lo contrario, el
desmantelamiento de las estrategias socioeconómicas más virtuosas de la
anterior gestión no han sobrevivido, y con su muerte el advenimiento de las
siete plagas neoliberales: endeudamiento, aumento de la desocupación, aumento
de la pobreza, desinversión en salud, desinversión educativa, deterioro de los
ingresos y estanflación... El neoliberalismo nos pide que confiemos en las
propinas como solución, cómo será la cañada que a medida que su programa avanza
cada vez hay menos comensales generosos dentro de los pocos restaurantes que aún
quedan en pie...
A propósito, Carrió
es la coautora de un proyecto que intentó modificar la ley de Banco de
Alimentos. En esa modificación la psicótica diputada oficialista liberaba de
responsabilidad a los donantes (supermercados) con relación a los vencimientos
de los insumos, incluso todos recordamos la pelea mediática con Stolbizer y los
insultos a los opositores cuando rechazaron su derrame, su propina pletórica de
superiordad moral.. e inmoral...
Las propinas de la Dra. Carrió
El Banco de Alimentos se creó en 2004, a través de
la ley 25.989, que regula cómo las empresas privadas pueden donar
alimentos en buen estado a instituciones públicas o privadas para que sean
repartidas luego entre los más necesitados.
Esa norma establece en la actualidad que los
alimentos deben cumplir con las condiciones de salubridad y
bromatológicas, para evitar que se entregue mercadería podrida.
Sin embargo, el proyecto que lleva la firma de 10
diputados de Cambiemos modifica un artículo clave: el 9, que define las
responsabilidades de los donantes ante cualquier problema que haya con esos
alimentos. En pocas palabras: elimina la responsabilidad penal de
quienes regalen alimentos vencidos y puedan provocar la intoxicación o la muerte.
Si bien en la ley se asegura que, una vez hechos los
controles, quedan librados de ser denunciados civilmente por daños y perjuicios
"salvo que se tratare de hechos u omisiones que degeneren en delitos de
derecho criminal", la reforma que quieren aplicar establece
que "para aquello no establecido en la presente ley se aplicará el
Código Civil y Comercial de la Nación”. Así, se borra cualquier tipo de
responsabilidad penal para los donantes de alimentos en mal estado. AMEN...
Hay que ser muy pero muy hija de puta.
ResponderEliminarFuck Keynes and Samuelson , la solucion estaba en las propinas!! santas moneditas Batman!!
ResponderEliminarBueno, pero la insigne diputada en el exilio vacacionaal tiene razón, si no hay paritarias ni sueldos ni laburo, al menos que haya propinas y changas así el virreinato parece menos injusto, por supuesto, ella siempre más progresista que el resto de la jhauría amarilla... mnire si no, ¿qué se les da a los trapitos?, chirolas, billetes chicos, esas chucherías y mientras doña malbec los quiere meter en cana.... nuestra heroína del coleterol propone las propinas..... progre??, no, claro que no, una revolucionaria de estos tiempos. Otra, ¿qué es una changa?, vender medias, limones y demás boludeces en la calle..... igual, la doña malbec y sus rambos a meterlos en cana y chorearle la mercadería, ¿nuestra princesa valiente?, no, hace un llamamiento a la solidaridad y pide que aún perdiendo guita habilitemos changas... ¡cómo decirle que no?, no sé ustedes pero me parece que su inminente próximo partido será en vecindario trosko o algo peor....
ResponderEliminar"La propina como instrumento social revolucionario"el ensayo perdido de Marx y Engel,junto con el suplemento gratuito " El canje, las cuasimonedas,y las cervezas artesanales armas secretas en la lucha contra el Imperialismo"
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