Según José María
Rosa un líder político popular es la multitud hecha símbolo y hecha acción. Por
su voz se expresa el pueblo, con sus ademanes gesticula el país. Es líder
porque sabe interpretar a los suyos; dice y hace aquello deseado por la
comunidad, el conductor es el primer conducido. Los sectores acomodados de la
sociedad se estrellan con esa realidad debido a que su inteligencia no le
permite comprender. Ese continuo estrellarse contra la realidad, esa lucha de
liberales y extranjerizantes contra algo que se obstina en ser nacionalista y
popular, es lo que se llaman en nuestra Historia: Guerra Civiles... (En el
presente se ha banalizado este fenómeno con el término grieta)
Mientras en la
superficie se siguen volcando hectolitros de mentiras y fraudes desde los
medios dominantes, nuestra líder persiste en colocar sobre la mesa de debate
cuestiones no ensayadas, asuntos no pensados en donde aparecen automáticamente
conflictos a priori no percibidos desde nuestra llanura intelectual. Ya no
importa la razón, menos aún la lógica y la política, ni la solvencia
argumentativa, ni siquiera la propia verdad, lo único que fascina a estas
clases acomodadas es fisurar esas gestualidades del pueblo profundo y su líder,
acaso su necesariedad...
Recuerdo que para el completo arco opositor
de aquel gobierno, toda cuestión que estimulaba la ampliación de derechos ostentaba
per-se un tufillo autoritario. Oxímoron tan llamativo como ridículo, pero
exitoso por fuerza de la mass media. En la actualidad la ratificación de ese
oxímorón se amplifica por la recíproca, es decir un síntoma saludable de
republicanismo sería recortar derechos.
Vayamos a las declaraciones públicas cuando
los tiempos del voto joven, la AUH, la ley de medios, la reforma
constitucional, el fondo de garantía de sustentabilidad, pretendían,
solapadamente, que finalizaran los juicios por la verdad y que la causa papel
prensa prescribiera, entre decenas de incisos reaccionarios. Uno de los debates
más viles que se dieron por entonces fue la implementación de la tarjeta SUBE.
Lo mortificante para estos grupos resultaba
inconfesable públicamente debido a eso no había político opositor que asumiera
sus consignas por fuera de meras generalizaciones especulativas. En el presente
la intencionalidad de aquellas argumentaciones sofísticas están a la vista,
como alguna vez afirmamos que las revelaciones, casuales
y no casuales, amaneceres que nos depara el tiempo nos confirman que aquellos
que fuimos catalogados injustamente de fraudulentos no lo éramos tanto y
aquellos impolutos plagados de superioridad moral que nos acusaron de fraude en
realidad lo eran en primera persona; solo había que saber esperar por la
desnudez de la verdad para poder liberarse definitivamente de tamaña carga. La
verdad es una vieja solterona y fea que muy pocos respetan, aprecian y menos
desean ver desnuda. Yo hoy le agradezco enormemente su presencia en mi vida,
así de desnuda, así de fea, así de solterona…
Aspiro que algún
día, como sociedad pensante, nos sorprenda la originalidad. Determinados
códigos lingüísticos y retóricos no hacen otra cosa que colocarnos en comarcas
prestadas, rutinas y costumbres ajenas que para colmo de males nada le agregan
a nuestro conocimiento y menos aún a nuestra inteligencia. En la coyuntura
siento la gran desazón que estamos viviendo en medio de un estado de efemérides
anticipadas mientras cuestiones políticas realmente trascendentes nos pasan por
encima sin siquiera advertirlo.
La ausencia de originalidad argumentativa y, peor aún, propositiva en el campo político extenso, hoy, claramente... es una elección por la que decanta una mayoría de la clase política argentina. Porque las herramientas mentales están disponibles en todos los agentes sociales que hacen de lo público su oficio. No se trata de que carezcan de ideas de futuro mejores de las presentadas Hasta Diciembre 2015.
ResponderEliminarLo que se insinúa ya a voces - ese futuro ominoso recrudeciendo en retrasos previsiblemente desde octubre en adelante - encontrará a esos mismos que solo pensaron en su supervivencia política (en tiempos en que la política ya se perfila especie a extinguirse de continuar su vulneracion diaria)...desnudos y tan inermes como la sociedad a la que traicionaron en representar.
La originalidad conlleva una condición de partida: la honestidad desde donde imaginar sociedades. Ausente esta, no es posible la originalidad. Y hara imposible el tiempo humano cotidiano. Porque en este país ya mismo no está asegurada la reproducción de los sujetos. Saludos.