Cuando en el presente el progresismo de izquierda analiza técnicamente el desempleo habla de “Mercado” laboral... toda una definición ideológica...
Un año de Macri en el mercado laboral argentino
Ana Rameri, Economista.
Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), Argentina y Claudio
Lozano, economista, diputado
nacional por Unidad Popular, es miembro de la mesa de coyuntura del IPYPP, para
Revista Sin Permiso
1)
Estancamiento del empleo
En términos
generales se observa que el empleo continúa una tendencia decreciente iniciada
a partir del año 2012. A pesar de los altibajos estacionales de la tasa de
empleo, del gráfico se observa, que la trayectoria general demuestra una baja
en el nivel de empleo. Cabe destacar que durante el período comprendido entre
el II trimestre 2013 (43,1%) y III trimestre 2014 (41,3%) se experimentó la
caída más importante. Luego de este fuerte descenso, la tasa de empleo oscila
en un nivel menor al de los años anteriores, en torno al 42%. Particularmente, durante el último año se observa que el empleo mantuvo una
tendencia declinante aunque más moderada que la verificada con anterioridad
pero que en términos estrictos de tasa, se tradujo en una disminución que fue del 42,1% al
41,9% redundando en una caída de 28 mil puestos de trabajo (tal comparación
resulta del 4to trimestre 2016 en relación al 3ro del año 2015 ya que no se dispone de las
información correspondiente al 4to 2015).
La
fuente del SIPA, que publica el Ministerio de Trabajo, al ser una base de datos
administrativos presenta información de empleo, sólo para el segmento
registrado de la fuerza
laboral.
De la misma se deducen, de todos modos, similares conclusiones respecto a la
dinámica asumida por el empleo (aunque cabe considerar que se deja de lado lo
ocurrido con el empleo informal no registrado). Se observa
entonces que el empleo se mantiene prácticamente estancado, con una leve baja
en la tasa de empleo (-0,5%) aunque con un marginal aumento en las cantidades
absolutas (de aproximadamente 72 mil). Lo anterior implica que el empleo
registrado, si bien aumentó, lo hizo por debajo del crecimiento
demográfico, es decir, no logró cubrir el crecimiento de la oferta de
fuerza laboral. La
primera diferencia entre el SIPA y la EPH se ubica, entonces, en las diferentes
tendencias respecto a la cantidad de ocupados durante el año 2016 (no
así en las tasas), que en principio, parecerían explicarse por una
presunta caída del segmento de los trabajadores no registrados – ausentes en la
fuente del SIPA- aunque como se verá en el próximo punto, éste aumentó en lugar de
caer. Cabe
señalar también, que el año 2017 comenzó su primer mes con una caída en la
cantidad de trabajadores registrados de gran intensidad, equivalente
incluso, a la mitad del aumento experimentado durante el año 2016 (de -43
mil) que como tal, se refleja también en la evolución
negativa de la tasa.
2)
Cambio en la composición del empleo
Del
primer punto queda claro entonces que el nivel general del empleo está
estancado, o para ser más precisos
denota una leve caída. Sin embargo, la composición del mismo ha sufrido
cambios importantes según lo verificado en las
dos fuentes disponibles:
- Según
la EPH. Más informalidad laboral y mayor cuentapropismo. Al no disponer de
los cuartos trimestres, no es posible acceder al
análisis durante el año calendario. De todos modos, comparando el II trimestre 2016 en relación al mismo
período del 2015 surge que
mientras el empleo asalariado registrado cayó, el informal aumentó en más
del doble que la caída del primero. La
comparación de este período, a diferencia del IV 2016 vs. III 2015, da como resultado un aumento del
total de ocupados en 269 mil. Conviene
señalar que la mayor parte de la reducción de los empleos asalariados
registradas obedece a una retracción de los
contratos por tiempo determinado. Adicionando
al universo de ocupados, la mayor cantidad de desocupados y la incidencia de la precarización por ingresos laborales
que no superan el SMVM, surge entonces
que la precarización aumentó en más de 1,1 millones de trabajadores (en
esta estimación se sobrerepresenta la suba en la
desocupación ya que se toma el nivel
del
desempleo subestimado del INDEC intervenido del 2015).
- Según
el SIPA: Caída del empleo privado y el público nacional en el marco de una
mayor informalidad laboral vía contratación
fraudulenta por la figura del monotributo
(incluyendo el social) y aumento de empleo público provincial y municipal. El aumento en la cantidad de trabajadores
registrados durante el año 2016 fue
de 70 mil aproximadamente (como se señaló en el primer punto este aumento, de
todos modos, implica una caída en la tasa). Este
saldo fue el resultado de trayectorias heterogéneas de las categorías consideradas por el SIPA. Se destaca el
retroceso del nivel de empleo en
la categoría de los asalariados registrados (-46 mil) y el aumento
de los monotributistas (+38 mil), los sociales
(+28 mil) y asalariados públicos (+29 mil). Sin embargo, las dinámicas al interior del sector
público también revisten notables
disparidades:
mientras el sector público nacional verificó una caída de -1.400 puestos
de trabajo, el sector provincial y municipal
revirtió esta tendencia contribuyendo con
un
aumento de 21.600 y 10.700 correspondientemente.
- Durante
el mes de Enero 2017, en materia de empleo registrado, se revierte por
completo la tendencia descripta. Si bien habrá
que esperar los meses consecutivos, hasta
el momento, se observa un desplome en la cantidad de puestos de trabajo del
sector público (-50 mil) y un aumento de poco
más de 11 mil en el empleo registrado del
sector privado.
Fuente:
Revista Sin Permiso
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