PAPEL PRENSA



Un viejo, pero no olvidado, capítulo de la novela se reabre. Y eso sucede cuando la justicia hace todo lo posible para no resolver los dilemas. Las diligencias penales por delitos de lesa humanidad cuando la operatoria de traspaso durante la dictadura cívico-militar se percibe tan parada como la causa de lavado del Oligopolio. Al trabajar full time para el grupo, Marijuán, no tiene tiempo para fiscalizar en nombre de todos los argentinos. Más allá de la ausencia de equidad en el precio del papel, años hace que el dueto La Nación-Clarín no le liquida ganancias al Estado, sin embargo los periodistas y analistas independientes no gustan reparar en semejante desfalco al pueblo. Como tampoco se detienen en la cautelar del Supremo Fayt (suegro de Claudio Escribano), con acuerdo de la Corte, a favor del Diario La Nación con relación a una deuda impositiva por más de 200 millones de pesos, cuestión que hace poquito acaba de cumplir sus frescos 10 años de vida.



El proyecto presentado por los Diputados Kunkel y Conti, entre otros, viene a completar en la praxis aquella declaración que hiciera el Congreso sobre la entidad de bien público que tiene el papel de prensa. Hay dos modos para efectivizar la medida desde lo eminentemente político: Una de ellas puede ser que el propio Estado desarrolle una fábrica de papel ingresando de ese modo en franca competencia con Papel Prensa; cosa ciertamente ridícula sin tenemos en cuenta el paquete accionario que tiene de esta, y la otra es expropiando una porción de las acciones de manera englobar la mitad más uno de ellas y con ello tener el control de la empresa.



El Gobierno Nacional se ha tomado su tiempo para presentar el proyecto de manera efectivizar la declaración legislativa. Acaso pensó que luego de aquel acto republicano los medios dominantes modificarían sus conductas. No sólo quienes ostentan las mayorías accionarias de la empresa continúan sin liquidar las ganancias, además el precio del papel siguen encuadrado dentro de la misma política (valor subsidiado para Clarín y La Nación, precio abusivo para el resto). Hay un excelente artículo de James Nielson, nota que data del año 1979, y que hoy leyera Víctor Hugo en su programa de radio, en el que presagiaba el desdoroso camino que luego recorrió y que aún recorre nuestra prensa escrita. (De todos modos sospecho que ex Director del Herald debe estar un tanto olvidado de lo que escribió hace 34 años atrás)



Sabemos que el proyecto será castigado con variada y gruesa munición, aún por aquellos que hace muy pocos años atrás denostaban el manejo discrecional y despótico de Papel Prensa. Pero existe un detalle no menor. Este travestismo deberá pagar el oneroso precio que implica  defender el modo de apropiación que tuvo la empresa. Rol similar que muchos de ellos decidieron cumplir cuando la causa por los hijos de Noble. Hermanos cuya adopción irregular les interesó por sobremanera pero sólo hasta el momento en que decidieron saltar el mostrador.



Es muy interesante la propuesta del Gobierno. Obliga a posicionarse política, histórica y jurídicamente, de modo que la virulencia dialéctica cruzará transversalmente temas como la libertad de prensa, los derechos adquiridos, la seguridad jurídica, el totalitarismo y demás incisos que los medios suelen exponer cuando de negocios propios se trata.



En el mientras tanto, el grupo Clarín propone en su cartelera central un retiro voluntario a sus empleados debido a la crisis que sufre la empresa (en oportunidades causa gracia la “Cosa Nostra”). Como bien sentenció VHM sería interesante que Lanata, Castro, Tenembaum, Zloto, hombres sensibles si los hay a favor de los sectores más permeables de la sociedad, insten a sus jefes para que aprovechen la operatoria de blanqueo, traigan sus capitales fugados, y saneen la corporación de modo que no se vean afectadas las fuentes laborales de sus colegas. De alguna forma resolverían dos situaciones al mismo tiempo ya que además de evitar un frente de conflicto interno el velado vaciamiento de la empresa por parte de sus directivos quedaría ciertamente mimetizado.



A por un nuevo round entonces contra los representantes de la barbarie posmoderna. Sabemos que ante la ausencia de argumentación sólida sobrarán capitales dispuestos a favor del denuesto y la movilización desmadrada. Un cuero curtido y mucho de razón política avalan nuestro convencimiento.




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