Lanzamiento



Tratar de reinstalar a la Coalición Cívica en el concierto político nacional le va a costar bastante esfuerzo al ex socio de Gorriarán Merlo y de Mata. Lo cierto es que necesita un sello. La idea de proponerse como diputado por esa Agrupación en alianza con Pino no le resulta para nada descabellada teniendo en cuenta la añeja simbiosis política que guarda con Carrió. Para ello deberá recomponer un poco de la imagen por demás apolillada de quien llegara a ostentar casi el 37% del padrón electoral a escala nacional (legislativas del año 2009). Para ello no hay mejor manera que reflotar una vieja denuncia que la propia Coalición Cívica hiciera en el 2009 y que por inconsistencias probatorias quedó tajantemente desestimada.

Un dato anexo e interesante es recordar que el centro de estudios políticos Hannah Arendt fue un proyecto diseñado en conjunto por Lanata y por Carrió. De hecho el periodista no sólo daba regulares conferencias en la “Academia” sino que además el propio Jorgito fue quien se encargó de la inauguración.

Vale decir, darle un giro al denuncismo honestista. Utilizarlo no solamente como variable periodística, operación que simplemente sirve para lacerar a un Gobierno sino añadirle a dicha estrategia el usufructo político que puede disparar una supuesta investigación a favor de una herramienta concreta para erigirse como la única figura “política” de la “no política” que lucha con cierto compromiso en contra la corrupción.



La Propuesta es interesante, habrá que ver el distrito escogido para desarrollar la estrategia. Sospecho que la Provincia de Buenos Aires es el mejor de los paisajes debido a que la idea fundamental es tratar de darle batalla al oficialismo en donde aparentemente no tendría rivales de peso. No olvidemos que Lanata ya está en campaña más allá de las prohibiciones legales de carácter electoral debido al eficiente disfraz que le brinda su show, cosa que aprovechará durante todo el año.



El Gordo no tiene prontuario político, en estricto sentido no presenta las usuales marcas que deja la gestión, ostenta un par de aciertos periodísticos notorios, tiene buchones en todas las agrupaciones y sobre todo ha sabido armar un personaje supuestamente “incorruptible” que enamora al mediopelo dolarizado. Sólo cuentan en su contra algunas contradicciones societarias, cambios de opinión de las que ninguno de nosotros estamos exentos y que para nada laceran su imagen como hombre público. Se presentará como un liberal de izquierda (vaya a saber que significa eso) y tratará de encolumnar a todo el arco opositor que preste su conformidad para “caprilizarse”. El tipo tuvo el enorme acierto de haber lanzado, en el primer programa, su candidatura sin que haya sido percibido (o enunciado) por la política formal.



Hasta el momento tuve la enorme fortuna de estar un pasito delante de sus intenciones. Acaso por conocerlo intelectualmente. Los lectores de este espacio recordarán las notas publicadas  y pueden refrescar las fechas en donde se afirmaban cuestiones que luego sucedieron con llamativa exactitud. Su segura incorporación al monopolio y el armado de un prime time dominical inmediatamente luego del cierre de Crítica se constituye acaso como el más notorio. Y esto no se debe a genialidades personales ni a señales venidas del más allá y menos aún a talentos particulares. Como gran admirador que fui de su laburo no sólo leí absolutamente todos sus libros, sus ensayos y sus notas, no me quedé con escuchar todos sus programas de radio siendo además televidente de la mayoría de sus entregas en la pantalla chica, sean programas diarios, semanales o entregas especiales, me jacto - aseguro que sin el menor de los orgullos - de haber sabido  interpretar sus entrelíneas. Alguien me puede reprochar el tiempo perdido; cuestión que asumo a medias, a vista del presente podemos discutirlo largamente.



Lo más complicado en la personas públicas es detectar sus secretos, aquello que no dice, o que dice pero utilizando otro idioma, quizás un lenguaje subliminal. Esto sólo es posible localizarlo por medio de la admiración. Si tal cosa no existe nunca pondremos la atención debida. Confieso que al tipo lo admiré enormemente aún sabiendo que tarde o temprano expondría todas esas entrelíneas apenas la situación lo coloque en un momento de quiebre. Lamentablemente dicho momento de quiebre nos encuentra en veredas opuestas. Es probable que muchos de sus viejos colegas de Página 12 se encuentren en una similar posición, entiendo que para estos aún no ha llegado el momento de enfrentarlo.



Leer Cortinas de Humo es un fantástico aprendizaje para saber cómo se mueve dentro del campo periodístico. Con un 10% de certezas el tipo recrea con llamativa verosimilitud un 90% de supuestos. Presenta una novela como un ensayo periodístico. Recordar su comportamiento y su discurso durante los noventa nos coloca indefectiblemente en el lugar adecuado con relación a sus compromisos y prioridades políticas.



Pero a no equivocarse, el tipo no quiere ser Diputado, el tipo no quiere ser Senador ni Gobernador. El tipo quiere algo que, según su ego, sospecha siente y merece. A su criterio no existe por arriba de él, ni periodísticamente, ni éticamente, ni intelectualmente. Para él La Rosada no es un puesto menor.



Por ejemplo, desde hace varios años se hace encuestar con el objeto de analizar su imagen dentro de la opinión pública. No sólo lo hace con relación a su credibilidad profesional, además lo profundiza para saber en qué lugar del espectro es colocado por la sociedad. Nunca midió como ahora. Tiene 52 pirulos, sabe que etariamente no queda demasiado hilo en el carretel, y menos en el suyo. Debe comenzar ya mismo. Intentó hacerlo cuando la crisis del 2001 luego de su show en el Parque Rivadavia pero lo acobardó la situación social; no encontrar un sello político con cierto prestigio ayudó para dejar de lado la utopía. Con 45 mil millones de dólares en el BCRA, sin el default y con la deuda renegociada, todo es más sencillo.



Acaso esta nota haya llegado muy lejos en la proyección y en el análisis. Una cosa son las intenciones y otra muy distinta es el resultado definitivo. Pero a no dudarlo, el tipo se considera un “Poronga”, inclusive presume que Argentina le queda chica, por eso, para estar bien consigo mismo dentro de la Patria necesita jerarquizarla con su investidura.



Sospecho que esta semana debe estar enloquecido. La glucosa y la presión habrán subido como el blue, y la apnea debe ser lo menos relevante en el marco de su insomnio. Dos impresentables borregos en derrota, corruptos hasta las manos, lo tomaron por boludo, hasta cometió el llamativo error de acusar a Rial como operador de Zannini. Equivocaciones que sabrá capitalizar. Seguramente va a saber modificar esa inercia negativa, gil no es, nunca va a permitir que su baraja de lanzamiento político sea observada como fraudulenta. Tenemos que estar atentos, muchos jueces, contrarios a la reforma, están dispuestos a potenciar causas desestimadas o a reflotar otras cerradas a favor que tanto Lanata como su impronta política se presenten como la única opción posible para destruir al kichnerismo.



¿Hay que tenerle miedo? - preguntaba un compañero de estos espacios -. En lo absoluto. Hay que tenerle respeto, su poder de daño político no radica en lo que es como individuo inteligencia, sino en lo que representa y la lectura que hacen las corporaciones de esa representatividad.



No sería la primera vez que a escala mundial, con la enorme colaboración del poder judicial y de las corporaciones mediáticas, se instala un candidato, un modelo, un Fujimori, un Berlusconi, un Capriles,... ergo, una rata funcional y como complemento gestionalista: un vacacionista compulsivo.

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