El Perdido - Coronel Dorrego

Dando vueltas en la calesita
de la urgencia, la demagogia y las dudas infundadas

Foto: Blog La Dorrego

A principios de año la Juventud Radical de la sexta sección electoral emitió un documento en donde uno de los incisos con los que castigaba más duramente al Gobierno Nacional era el tema de la demagogia. Bien por ellos en lo conceptual, adhiero. Más allá de no ver a la sobreactuación política como un pecado capital siempre es más saludable escindirse de toda cuestión empalagosa que tienda a exhibir bondades políticas meramente especulativas. Puntualmente no acordaba con el sustento intelectual del documento debido a que la muchachada confundía, quiero creer de buena fe, acaso motivados por el discurso dominante, políticas sociales inclusivas con una arquitectura demagógica. De inmediato se disparó el debate con relación al verdadero significado de la concreta actitud demagógica. Debate que por cierto terminó antes de que comenzara debido a que no pude lograr que los jóvenes galeritas tomaran el guante de la disyuntiva, más allá que aquel articulo publicado en este mismo foro contó largamente con más de un centenar de interesados.

Admito discutible que haber reglado las Asignaciones Universales por hijo y para embarazadas mediante un decreto en lugar de utilizar los resortes legislativos encierra una actitud personalista en línea con la demagogia sabiendo que la misma contaría con absoluto consenso por parte del cuerpo colegiado. Ergo. Me reservo para mí los créditos políticos de la medida. Reconozco la debilidad argumental del oficialismo al respecto, pero no es menos cierto que la urgencia de la coyuntura demandaba acotar los tiempos de debate que corrientemente propone el Congreso. Además dicha polémica iba desprender montos del más variado grado y tenor, cuestiones que sólo tienen justipreciados los ejecutivos en función de la marcha de la economía y su relación con el presupuesto.

Se suele afirmar, estimo que con soberana vulgaridad, que una disfunción política estructural puede resultarle muy beneficiosa al demagogo, tomando él la responsabilidad pública de urgencias que no le competen operativamente, mediante placebos o paliativos coyunturales, a favor de no tener que asumir conflictos que lo enfrenten a un costo político. Desde la derechas se suele argumentar que la pobreza es la resultante de una política de Estado del Ejecutivo Nacional de modo fomentar una suerte de asistencialismo dependiente. Le pregunto entonces a las derechas dorreguenses. ¿Con la cuantiosa y variada cantidad de médicos que tenemos en la nómina municipal resulta lógico y aceptable qué nada menos que el Intendente Municipal Doctor Fabián Zorzano atienda actualmente en la Unidad Sanitaria de El Perdido en lugar de utilizar ese tiempo para desarrollar funciones relacionadas con el mandato ejecutivo? Si mal no recuerdo, y ante una situación similar en Oriente, la actitud de nuestro Lord Mayor fue la misma. No quiero pensar que dirían de “la yegua” si un día de estos decidiera atender publica y gratuitamente cuestiones leguleyas en algún barrio del conurbano. Sospecho que al respecto los siempre malpensantes, “badulaques” de turno, expondrían en sus redes sociales los calificativos más Kretinos sobre tal actitud presidencial. Ni que hablar de la reciente atención que personalmente gestionó a favor de una vecina dorreguense. Varias preguntas me surgen al respecto.

-          ¿Le cabe a nuestro Intendente tal calificación teniendo en cuenta la autoridad política de su cargo para distribuir recursos profesionales en áreas sensibles en función de las necesidades distritales?
-          ¿Sería justo pensar sesgadamente que el hombre está especulando con una situación límite a favor de propiciar una imagen solidaria y altruista y al mismo tiempo ahorrarse un conflicto con la corporación médica local?
-        ¿Toda acción que desarrolla un político debe estar inquisidoramente sujeta a duda?
-          ¿Es honesto pensar que Zorzano le escatima a la población de Guisasola una decisión definitiva a favor de lograr, con su asistencia momentánea, un beneficio político personal?

Cuántas de estas elucubraciones están instaladas a escala Nacional. El deporte de pensar mal es algo corriente dentro de la oposición política y mediática, inclusive de aquellos que leyendo este artículo me están tildando de demente. Ante cada decisión de nuestra Presidenta lo primero que se hace es indagar sobre posibles segundas lecturas. Nunca, durante el anterior y el presente mandato de Cristina, una decisión ejecutiva dejó de sufrir especulaciones de toda clase y tenor argumentando las más variadas fantasías. Tiros y tiros disparados en contra del honor y la buena fe de las personas.

En lo individual no sólo estoy convencido, además tengo la voluntad política y humana (porque lamentablemente, en base a la opinión publicada, parece que pensar bien de nuestros dirigentes requiere de grandes dosis de voluntad) de creer que nuestro Intendente, ante la coyuntura, consideró que por el momento él podía remediar una problemática que aún no tiene resuelta. Y me parece estupendo que se haga cargo de una falencia. No tengo derecho a especular con segundas lecturas imaginarias, por lo menos ni siquiera mencionarlas, hasta que esas segundas lecturas no se muestren como realidad concreta. Si le suma o no le suma a su imagen es un problema menor, lo trascendental pasa por tener servicio médico en la Unidad Sanitaria local por un profesional de indiscutible capacidad. Al igual que con relación a las Asignaciones, a la estatización de los fondos de pensión y a la expropiación YPF, entre decenas de medidas implementadas, lo importante es la acción política tangible y viable en función de resolver una problemática social que nos impacta a todos. Le sugiero buenamente a los especuladores y a los falsos juristas de la moral (siempre ajena) abstenerse y entender que no siempre resulta políticamente correcto afiliarse a los inquisidores que tan de moda se instalaron desde el monopólico prime time dominical.


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