AM 1470 La Dorrego
Entre cautelares y desalojos
“temas que no guardan relación entre sí, pero que
se reservan caprichosamente un mismo significado”

Las huellas no son sólo lo que queda 
cuando algo ha desaparecido,
sino que también pueden 
ser las marcas de un proyecto, 
de algo que va a revelarse.... John Berger


Previsible, crónica de una muerte anunciada. Creo que nos queda claro y de modo contundente en dónde descansa el poder real de nuestra Patria, al igual queda claro que las tangibles posibilidades de decidir nuestro futuro se desprenden de un limitado contrapoder, acaso como juguete que nos es otorgado a modo de placebo, denominado democracia. El ordenamiento político burgués occidental da una nueva muestra que los dilemas cruciales de nuestra sociedad – democratización de los bienes y distribución de la riqueza -  son incisos exclusivos de aquellos que tienen la concreta posibilidad, bajo el dominio discrecional de los resortes institucionales, de imponer su voluntad a como de lugar. Ergo, el que la tiene más grande o puede pagar artificialmente por ella, en consonancia con aquellos que gustan sorber y gozar de tan determinante antropometría (oposición política formal).
De modo que el viernes por la mañana, con el ánimo bastante caído debido al siniestro fallo de la cámara en lo civil y comercial (no me gusta tener razón, prefiero ser feliz diría el Negro Dolina), y en medio de cuestiones que nada tenían que ver con la cosa, me encuentro casualmente con uno de los más prestigiosos comunicadores que tiene el distrito, hombre de verba caliente, osada y comprometida, hombre que no acostumbra escatimarle a sus ideas la posibilidad de honesta y libre enunciación. Luego de fraternales saludos debido al extenso tiempo de no vernos, me comenta su preocupación debido a que los propietarios del inmueble en donde funciona la AM 1470 La Dorrego ha decidido extemporáneamente y sin plazos discutibles desalojarlos luego de cuarenta y dos años de inalterable presencia social.
De inmediato me desasnó sobre la letra chica que encierra el dilema dejando la sensación que por debajo de la demanda existe un claro intento por parte de la asociación propietaria del inmueble para cercenar un modelo de gestión innovador, arriesgado y ciertamente comprometido con su pueblo. No es la primera vez que un emprendimiento cooperativo, recuperado por los trabajadores, se encuentra acorralado por la intolerancia de aquellos que ven en ese formato un riesgo ideológico potencial. Bajo pretextos de toda clase y tenor, legales, pseudolegales e ilegales, cientos de empresas recuperadas han tenido que afrontar las costas adicionales que provoca la voracidad del peor defecto que detenta el capitalismo: Su permanente intento por disciplinar a los de abajo, hacerlos buenos domesticando sus deseos y sus dignidades por medio del peso de una bota cargada de egoísmo.
El caso que nos convoca preocupa doblemente puesto que se trata de un símbolo de nuestro pueblo. La AM 1470 La Dorrego constituye uno de los vasos comunicantes culturales más notorios, historia que nos permite sentirnos parte de un colectivo unívoco y sentipensante. Además y como cuestión que debe analizarse de modo paralelo, por importante y por humana, los componentes de la cooperativa son vecinos del Pago que necesitan y merecen mantener su fuente de trabajo, animales de radio a los cuales se los estaría condenando al ostracismo o a su definitiva extinción.
Pensar Dorrego sin su Radio AM, fuera de su ecosistema, es proyectarlo asimétrico, desigual, incompleto. No siempre coincido con las líneas editoriales de sus programas, pero ese no es el punto a debatir y menos a cuestionar, porque aquí no se trata de lo que se dice o no se dice, sino de mantener como capital social ese lugar en donde todos podemos expresarnos con absoluta libertad.
Desde este espacio no somos neutrales en el tema, consideramos a La Dorrego como una entidad a preservar sin peros ni eufemismos legales, instancia que como sociedad debemos abordar con compromiso y voluntad comunitaria.
La AM 1470 nos necesita con urgencia. Debemos peticionar y exigir a nuestras autoridades municipales, tanto ejecutivas como legislativas, tomar cartas en el asunto para conservar el patrimonio históricocultural que la radio y su hábitat natural significan, debiendo comprender nuestros representantes que las sociedades no sólo se construyen con sus tangibles productivos, también se construyen con sus tangibles sociales, variables que tienen nombres, apellidos, recuerdos, ideas, percepciones, dolores, historias, fotos de lo que fuimos y somos, audios y testimonios de nuestros irremplazables, cuestiones no redituables desde lo económico, pero imprescindibles para que nuestra contemporaneidad sobreviva al olvido.
Es probable que los demandantes tengan razón, acaso últimamente estamos experimentando la triste sensación que los poderosos no sólo poseen los recursos adecuados cuando la detentan, sino además no existe prurito alguno para invertir el doble de esfuerzos y dineros cuando no la tienen. De todas maneras hay modos y formas que deben ser contempladas. No es lo mismo recibir una fría intimidación taxativa que poner en autos, previendo tiempos y complejidades, sobre la necesidad de una mudanza a propósito de cuestiones atendibles.
A nuestro entender no sólo se está desalojando a una cooperativa de trabajo radiofónica y a su gente, también se está desalojando a una de las más bellas metáforas de nuestra historia, tal vez la más representativa del Pago en cuanto a nuestra posibilidad concreta de trascender - o acercarnos al mundo, quizás -  allende de nuestras fronteras distritales.
Ojalá se piense socialmente en el asunto, se lo encare y se lo resuelva dentro de ese contexto, asumiendo que este desalojo es un desalojo colectivo, considerar también que todos nuestros muebles y vajillas quedarán embalados sobre las veredas de la calle Uslengui, a un solo paso de la amnesia. A nuestro entender, no sólo se está intentando lograr un objetivo pecuniario, en lo profundo del dilema se está procurando amputar un modo de gestión participativo, democrático y popular, además de una buena parte de nuestras mejores obras. 
De todos modos, de lograr tan mezquino objetivo, no podrán evitar que los fantasmas de todos aquellos que circularon sus estudios los observen con indiferencia, acaso con desdén; ellos, los poderosos, nunca podrán hacer que ese viejo inmueble vuelva a exhibir la poesía que guardaban sus cimientos, porque para su tristeza, esa misma poesía preferirá mudar sus rimas en busca de aires bastantes más saludables. 

Comentarios

  1. ANTOLOGICO GUSTAVO! DESCIFRAR CON PALABRAS EL SENTIMIENTO DE CASI TODOS NOSOTROS, LO PUEDE HACER SOLO LA CAPACIDAD DE ALGUIEN COMO VOS. UN EMOCIONADO AGRADECIMIENTO Y GRACIAS POR EL INCONDICIONAL APOYO QUE NOS BRINDAN DESDE SIEMPRE JUNTO A DORA- UN ENORME ABRAZO DE TODO EL EQUIPO DE TESTIGOS DE PRIVILEGIO Y CARLOS MADERA MURGUI.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario