En Coronel Dorrego no existe nada a la derecha del Radicalismo


En Coronel Dorrego no existe nada
a la derecha del Radicalismo

La población del distrito de Coronel Dorrego se ha manifestado democráticamente determinando de modo contundente y preciso sus lineamientos políticos y su percepciones, estableciendo, preferencias mediante, premios, confianzas y castigos en función de las propuestas, antecedentes y conductas desplegadas por parte de una oferta política, en mi opinión, muy pobre desde el contenido, ciertamente indefinida desde lo ideológico y muy vaga desde la ponencia.
Hace tiempo hacíamos referencia sobre el páramo intelectual en el que estábamos inmersos, la ausencia llamativa de debates serios y puntuales en función de determinadas falencias que nuestra población vive a diario. Considero que nada ha cambiado. El menú ofrecido no escapó de tal lógica, como consecuencia, el resultado no podía ser otro del que fue.

El ingenio es insolencia educada decía Aristóteles. En Coronel Dorrego no vemos ingenio para enfrentar el futuro, menos aún insolencia para asumir riesgos, y muy poca educación para respetar la diversidad que la democracia debe ostentar como savia del sistema.
Desestimar el elevado coeficiente de voto en blanco constituye un elemento alarmante, que por ahora, no parece preocupar a nuestra dirigencia vernácula. Por lo menos nadie desde la institucionalidad ha sido capaz de analizar el mensaje. Del mismo modo que se minimiza el decrecimiento poblacional, el esquivo deseo de participación tampoco es tomado como elemento de atención. Así los porcentajes de desinterés por la suerte del pago se van sumando y nadie vislumbra que dicha inercia tenga visos de detenerse.

Negar la eficiencia política del Oficialismo dentro de la coyuntura resultaría una lectura sesgada de la política. El 50% de la población está absolutamente conforme con lo que hay y ha sido persuadida que lo que hay es un techo social que nadie por sobre el Radicalismo puede mejorar. Tal es así que las fuerzas políticas alternativas corren detrás de los paradigmas establecidos por el mismo oficialismo, sin entender que lo que necesita Coronel Dorrego es una visión superadora, lejana a los preceptos conservadores recurrentes que han sumido a nuestro distrito en una suerte de oscurantismo medieval. Nada existe a la derecha del Radicalismo debido a que el Partido centenario ha sabido representarla, desde la gestión y la política, con suma eficacia.

Como detalle mantener una entidad o grupo denominado Grandes Contribuyentes para debatir el tema de las tasas públicas a escala legislativa nos pinta a las claras la inexorable dependencia sobre una conceptualización de la sociedad aceptadamente segmentaría y ciertamente clasista.

Sabemos que la participación política dentro del orden democrático es la única forma posible de afrontar y solucionar nuestros dilemas cotidianos. Por fuera de los discursos de ocasión y políticamente correctos nada nos hace pensar que el actual orden establecido se modifique para bien.

Estamos pauperizados culturalmente y resignados socialmente. No se observa inquietud ni se vislumbra cosquilleo esperanzador. Se asumieron los resultados electorales como quien confirma una enfermedad de origen genético; entendiendo su carácter inevitable, observando que de aquí en más sólo resta cuidarse. Tal vez sea esa la visión de una población mayoritariamente antigua, cansada de llevarse puesta, cuya pirámide estadística demuestra a las claras que el relato ejecutivo apuntala y alimenta dicha pauperización sin remilgos ni tropiezos.

Ejemplifiquemos:

En el artículo titulado El Perdido de Cara a los Comicios he manifestado detalladamente las deficiencias de gestión y de política fácilmente observables con solo recorrer la aldea y sopesar opiniones varias. A la vez que no he tenido más que palmadas laudatorias por dicho trabajo; nadie, y cuando digo nadie hablo de funcionarios o candidatos, ha salido a refutar los debates colocados en la agenda de discusión. ¿Qué ha sucedido entonces para que el oficialismo local haya obtenido una clara aceptación comunal? Muy simple.

a)  Existe un orden dominante con ventajas puntuales que nadie desea poner en riesgo. No hay ni un ciudadano en el pueblo que acepte con agrado el depósito de bolsones en el centro de la aldea. Pero a la vez el propietario de esos bolsones es quién determina la suerte de muchas familias debido que absorbe gran parte de la mano de obra existente en forma directa o indirecta. La pregunta obvia es porqué el Estado no cumple con su rol y se pone delante del reclamo correspondiente. Pero a no preocuparse, ningún candidato que nos visitó habló sobre el asunto. Es más y como dato de color, sus carteles publicitarios fueron colocados justo delante de la prolija hilera de bolsones. Cuarenta y ocho horas después de conocerse los resultados definitivos dos nuevas hileras vestían armoniosamente el predio tomado. ¿Habrá sido para festejar otra jornada de fiesta cívica?

b)  Se desprende del punto antecedente que si bien la mayoría de la población considera al oficialismo responsable de dicho desaguisado, asume a la vez que el mismo oficialismo es el único que lo puede subsanar. Y esto debe preocupar doblemente a las fuerzas políticas que se mostraron como opción. Los habitantes terminan confiando, para la solución de sus dilemas, más en los agentes que provocan los problemas que en los que se muestran como alternativa para modificar la realidad.

Con el ejemplo aludido queda claramente explicitado el fenómeno de la pauperización cultural y la resignación social de cara al futuro. La inexistencia de la rebeldía intelectual. Y no hablo de erudición ni de formación instructiva. Hablo de cierta concientización indispensable (descolonización colectiva) para entender que los abusos no deben formar parte de una sociedad que se precie de democrática. Ese toma y daca establecido como moneda corriente, como conducta aceptada, típico del feudalismo, nunca es a favor del colectivo, nunca tendrá entidad de paradigma, sólo calmará alguna coyuntura individual y socialmente imprecisa.

Ese Padre al que se le paga el Remis un Sábado o un Domingo para atender a su hijo en el Hospital Municipal agradece la gentileza sin entender sobre la deuda pendiente del Municipio para con él, su hijo y su comunidad por no brindar servicio médico en la Unidad Sanitaria local. (Reitero mi sugerencia de revisar el estupendo film español Los Santos Inocentes)

De modo que se hace imprescindible el rol del Estado para ponerse a la cabeza de las necesidades del colectivo social, y visto lo vivido no me parece que nuestro Estado Municipal a través de la actual dirigencia pondere proyectar osadías que hasta el momento ha decidido obviar.
Atento a las recientes declaraciones del Presidente de Concejo Deliberante Contador Raúl Reyes, del Concejal electo por Udeso Profesor Fabián Barda, en el prestigioso programa radial Testigos de Privilegio, además de las lamentables apreciaciones sobre la AUH de la futura Concejal Irene de Inés y el recuerdo sobre la negatividad que representan para el Intendente Zorzano las tesis garantistas, cierta sensación de desconsuelo reafirma mi apocalíptica percepción sobre el futuro dorreguense. Los funcionarios asumen una acuarelizada lectura de nuestra realidad. Gente joven resignada a un transcurrir político coyuntural más que a honrar sus cargos poniéndose al frente de las necesidades y reclamos de su pueblo. Personas a la espera de concesiones, permisos, temerosas de conflictos, decididas a rechazar la máxima de Aristóteles antes mencionada, más preocupadas por responder a sus linderos históricos y genealógicos que a protagonizar los cambios que muchos consideramos Coronel Dorrego necesita.

Pues así lo ha decidido el pueblo... Sospecho que así deben pensar los triunfadores en los comicios.

En Coronel Dorrego lo público y lo privado se hacen tantas concesiones que llegan a parecerse.  Resulta, en la ocasión, muy a lugar parafrasear al “Tano” Porchia.

Un sistema público de salud de excelencia y eficiente acotaría automáticamente las rentas del sistema privado de salud local y en consecuencia la población más sensible no sufriría tanto el impacto económico que significa sanarse. (Esto es política social Sra. de Inés y ayudaría aún más para que la AUH sea menos insignificante como usted dice. Tarea para el hogar) Poco hay para agregar a la ecuación precedente y más si tomamos en cuenta cierta simbiosis profesional existente. Me hubiera encantado escuchar algo del asunto de boca de estos hombres supuestamente provenientes del campo popular. (Si todavía podemos considerar que el radicalismo está cómodo dentro de ese espacio)
Pero que va..., hace poco más de dos años un funcionario político de alto rango y ante un reclamo puntual con respecto a la ausencia de una especialidad básica, más precisamente Gastroenterología me contestó sin ruborizarse: - Sabés lo que pasa Gustavo, acá los médicos son muy bravos, casi es imposible modificar o regular algo que tenga que ver con la actividad.

Por suerte, todavía, a nadie se le ocurrió decir que estamos condenados al éxito.

La derecha dorreguense está a sus anchas, tiene representantes y voceros eminentes, legisla y promueve políticas sin necesidad de ensuciarse en el barro. Determina y posee agentes que aman seducir a sus sensibles oídos... Qué más se puede pedir. En un país que decidió institucionalmente por un modelo inclusivo, en donde la mesa de agranda de modo incesante, han logrado reeditar en su república perdida los paradigmas noventistas sin tener necesidad de viajar a la estratosfera.










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