Cambiemos tiene sed de sangre y sed de muerte. Patricia Bullrich y Cristian Ritondo son sus mejores ejecutores…
Obra
de Zdzislaw-Beksinski
Masacre
de Esteban Echeverría: “Sabemos quiénes son los responsables y queremos que
paguen”
Fuente:
17
diciembre, 2018 por Redacción La
Tinta
Los familiares de las víctimas
en la Comisaría Tercera de Transradio se movilizaron al cumplirse un mes de
la masacre que
dejó a diez personas muertas en Esteban Echeverría.
Por
Leandro Albani para La tinta
Las
voces se escuchan desgarradas. En cada palabra, retumba el dolor, la angustia,
la rabia y el recuerdo de los muertos queridos. La memoria de las diez personas
que murieron sobrevuela un sábado donde el sol brilla y encandila.
Antes
de expresar lo que sienten en la plaza de la Memoria, los familiares de las
víctimas llegan a la plaza Mitre de Monte Grande. Se saludan, se abrazan muy fuerte,
hablan y sonríen. Aunque la vida duela en lo más profundo, sacan fuerzas y
sonríen. Todos y todas llevan remeras con las caras de esas diez personas que
la policía de Transradio dejó que murieran de la peor forma: quemados y
asfixiados. El mismo escenario tétrico que se armó el 2 de marzo de 2017 en la
Comisaría Primera de Pergamino, cuando los uniformados se esmeraron para que a
siete pibes se les escapara la vida en una celda derruida.
El
15 de noviembre pasado, la Comisaría Tercera de Transradio estaba abarrotada:
27 detenidos hacinados en tres celdas. Muchos de ellos dormían de pie, se
acomodaban como podían en los calabozos de 12 metros cuadrados que destilaban
humedad y un aire viciado. La mayoría estaban encerrados por delitos menores,
como tenencia de estupefacientes, encubrimiento o, en uno de los casos, por
intentar robar una máquina de cortar pasto.
En
la madrugada, algunos detenidos comenzaron a prender fuego colchones y
frazadas, porque los agentes policiales habían cortado la luz para que no
pudieran escuchar música. Esa noche, el subcomisario Jesús David Muñoz, la
oficial inspectora Edith Giselle Juárez, el oficial subayudante Emilio Adolfo
Caña, el sargento Daniel Calderón y el oficial Eric Alexander Blanco no
hicieron nada para detener el fuego. El resultado de la decidida policial tuvo
como consecuencia las muertes de Eduardo Rogelio Ocampo, Jorge Luis Ramírez,
Juan Bautista Lavarda, Miguel Ángel Sánchez, Elías Soto, Jeremías Rodríguez,
Carlos Ariel Crovera, Juan Carlos Fernández, Walter Gabriel Barrios y Fernando
Arguello. El 11 de diciembre, Arguello fue la última víctima fatal. Se encontraba
internado en el Hospital Eva Perón de Lanús en estado crítico. La familia de
Fernando no puedo concurrir a la marcha. A esa misma hora, lo estaban velando.
A
principios de diciembre, Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la
provincia de Buenos Aires desafectó a los cinco policías que presentaban
funciones durante la masacre. La medida, de carácter cautelar, se tomó en medio
de la investigación sumarial que busca establecer la conducta disciplinaria de
los efectivos. Pese a la decisión del ministerio, ni su titular Cristian
Ritondo ni la gobernadora María Eugenia Vidal pronunciaron una sola palabra
sobre lo sucedido en la Comisaría Tercera.
Ahora,
los familiares de las víctimas de Transradio, acompañados por más de quinientas
personas, se despliegan sobre una de las calles de la plaza Mitre. Dos nenas y
un nene sostienen un cartel que dice “Justicia x los 10 masacrados”. Al frente
de la marcha, camina Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo
–Línea Fundadora-.
La
columna toma por la avenida Buenos Aires al grito de “Justicia”. Los familiares
están acompañados por otros familiares de víctimas de gatillo fácil. Desde
Pergamino, viajaron Silvia Rosito y Ludmila Díaz (madre y prima de Fernando
Latorre) y Andrea Filiberto (hermana de Sergio Filiberto), dos de los pibes que
murieron en la Comisaría Primera. Ellas saben muy bien del dolor que ahora
sienten los padres y las madres de las víctimas de Transradio. También saben
que en la calle, movilizadas y siempre reclamando, se consigue justicia.
Luego
de que la marcha ingresa a la plaza de la Memoria, las personas se acomodan
alrededor de una tarima a la que suben los familiares. Junto a ellos, están el
abogado Roberto Cipriano, integrante de la Comisión Provincial por la Memoria
(CPM) y Nora Cortiñas.
Cipriano
es el encargado de las palabras iniciales. “Los policías tenían que cuidar a
las personas y, por supuesto, no lo hicieron –remarca el abogado. Hay una
responsabilidad muy clara del ministro de Seguridad, del ministro de Justicia y
de la gobernadora Vidal, porque todos sabían que podía pasar este hecho”. Cipriano
recordó que el Estado provincial conoce la situación precaria de las comisarias
bonaerenses, de las cuales el 80 por ciento no tienen matafuegos ni redes de
prevención de incendios ni planes de contingencia.
La
comisaría de Transradio, señaló Cipriano, “tenía dos matafuegos vencidos.
Además, no tenían colchones ignífugos, eran de gomaespuma, que son altamente
inflamables y tóxicos. Entonces, hay responsabilidades de los
funcionarios. La policía responsable, pero también lo son Ritondo, Ferrari y
Vidal”. Para el abogado, desde el Estado argentino, se defiende una
“política criminal” que lleva a la mayor tasa de encarcelamiento nunca antes
conocida en el país, que alcanza a 50 mil personas privadas de su libertad.
El
abogado de la CPM, además, remarcó que la dependencia de Transradio “estaba
clausurada, no podía alojar personas, pero la mayoría de los detenidos que
estaban en esa comisaría clausurada estaban a disposición del mismo juez que
había dispuesto la clausura. El juez clausura la comisaría, pero manda a los
detenidos al mismo lugar. Esperemos realmente que todos paguen por lo que
hicieron”.
Las
palabras del abogado fueron seguidas por los testimonios estremecedores de los
familiares de las víctimas. Entre llantos, voces al borde del desgarro y mucha
firmeza, quienes pudieron hablar lo hicieron con contundencia. La esposa de
Miguel Ángel Sánchez demandó “justicia por todos los fallecidos”, mientras que
el padre de Elías Soto agradeció a los presentes y aseguró que “no vamos a
dejar la lucha, que lo tengan bien claro”. A su vez, la madre de Jeremías
Rodríguez también reclamó “justicia para él y por todos sus compañeros”. La
esposa de Walter Barrios fue uno de los testimonios más duros de escuchar. Con
la voz tomada por el dolor, recordó que los policías –a los que calificó de
“hijos de re mil putas”- “dejaron a un bebé sin su padre”. La mujer gritó que
los policías “dejaron a un montón de familias arruinadas, a chicos sin padres”.
Por su parte, la madre de Elías Soto resumió el reclamo de las familias: “Hoy,
15 de diciembre, a un mes de la peor masacre, estamos marchando, pidiendo
verdad y justicia por nuestros familiares masacrados en la Comisaria Tercera”.
La mamá de Elías dejó en claro que, en esa madrugada, “no hubo motín ni fuga” y
que “la policía y los bomberos no actuaron como debían, como era su obligación
de hacerlo, porque juraron proteger al prójimo”. “Solo pedimos que la señora
gobernadora y el ministro Ritondo no miren para otro lado y se hagan
responsables de lo que pasó”, sintetizó. También hablaron la hija de Eduardo
Ocampo y los padres de Jeremías Rodríguez y Jorge Ramírez respectivamente. El
padre de Jorge agradeció a quienes los acompañan en su reclamo. “Vamos a seguir
en la lucha –enfatizó-. Pedimos justicia por todos nuestros hijos asesinados.
Sabemos quién son los responsables y queremos que paguen: son los policías de
Transradio”.
Por
último, las palabras a cargo de Nora Cortiñas fueron
precedidas por el clásico “Madres de la plaza, el pueblo las abraza” que cantó
la gente. “Estamos siempre cerca de ustedes –afirmó Nora-. Están pasando hechos
horribles, de los que el Estado es responsable. Cuando hay muertes, el
presidente Macri premia a los policías asesinos. Y todavía se regodean con que
hacen justicia. También a la señora Bullrich, que ya tendría que haber
renunciado. Ella tiene sed de sangre, sed de muerte. Ahora pretende que cada
uno compre un arma para matarnos entre nosotros. Ellos quieren que nos vayamos
matando, pero eso no lo van a lograr. Nosotros estamos decididos a querernos, a
respetarnos, a podernos mirar a los ojos, a poder darnos un abrazo en la calle
en algún momento”.
Para
la titular de Madres de Plaza de Mayo, el gobierno nacional “está desvariando,
pero no están locos. Está desvariando por el veneno que tiene contra el pueblo,
pero, en cualquier momento, se les va a dar vuelta. Para eso, tenemos que
seguir luchando”.
Nora
recordó que, en Argentina, la policía mata un pibe por día y que, hace quince
días atrás, fueron asesinados por las fuerzas de seguridad dos militantes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular
(CTEP). También denunció los femicidios que se cometen diariamente
en el país.
“No
nos debilitemos en la lucha, dejemos de lado que si somos de un partido u otro,
y de mirarnos como enemigos. No les demos ese gusto, sigamos adelante, peleemos
todos los días”, expresó Nora. “Seamos solidarios con cada compañero y
compañera que están pasando un mal momento. Démonos las manos, no seamos
indiferentes”, manifestó.
El
final del acto estuvo rodeado de abrazos, lágrimas y demostraciones de fuerzas
entre las personas que, como al comienzo de la marcha, seguían masticando la
rabia por los diez muertos en la Comisaría Tercera.
Por
Leandro Albani para La tinta
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