Ya no se trata de invertir la carga de la prueba, es cargar sobre el acusado a pesar de la no existencia de la prueba... Con una “Fake news” disfrazada de causa alcanza...
La
justicia de los vencedores – Por Julián Axat, para La Tecl@ Eñe
Fuente:
http://lateclaenerevista.com/2018/08/12/la-justicia-de-los-vencedores-por-julian-axat/
Asistimos en estos tiempos a la ausencia de
discusión política en la arena del ágora. No parece haber diálogo en el
plenario democrático. Sin acuerdos hay intolerancia, revanchismo, degradación e
imposición. Este tipo de impotencia de la política exhibe un estado de
excepción permanente por parte del partido de gobierno, pero también la
remisión a los estrados de aquella impotencia: la judicialización de la
política como guerra librada a cualquier precio, por los vencedores sobre los
vencidos.
La justicia de los vencedores es la
continuidad de la guerra política por otros medios. Una versión de la historia
que se acomoda al nuevo relato oficial para degradar y culpar al pasado, como
corte sin verdadera guillotina. Se simulan Robespierre sacados de los detritos
del anciem regim de
la justicia corporativa con los que se pacta –a la carta- el nuevo orden de su
continuidad transicional.
Este tipo de justicia no es argumental y
fundada, es hostil a cualquier tratado del derecho y a su hermenéutica precisa.
Escolástica como retórica contumaz y no la pharresía de los sabios juristas. El
mamarracho del derecho bélico es el mecanismo de cut
y paste: bajar de internet glosa de autores de la enciclopedia y
forzarlos a los hechos con los que pretende el vencedor librar la contienda
contra sus enemigos.
Lo importante resulta que el nivel de
discursividad se ajuste al cadalso de los vencidos torciendo cualquier tipo de
reglas. Si la prueba no está, si ha sido elidida, acaso destruida; entonces ya
no hay hechos, tan solo imágenes e interpretaciones. O acaso no hemos asistido
en estos días a la inversión de aquel viejo adagio que gustaba citar un viejo
juez de la corte, y que ahora reza: “las interpretaciones son sagradas, los
hechos pasan a ser libres”. Si hay fake news en los medios de comunicación, que
haya en la justiciafake judicial.
“Pantalla total” como crimen de lo real, decía
Baudrillard. La presencia virtual de un hecho, suprime la lógica procesal de la
prueba y, por tanto, su sentido ontológico bajo las mil interpretaciones de la
supuesta sana crítica. El crimen de la realidad indiciaria es la indubitable
premisa virtual y, como contracara, la ausencia “real” del resto arqueológico
de pasado que no sabemos si existe, pero que habla de la supuesta degradación
de todo el sistema de gobierno anterior vencido. La ausencia de una prueba corpórea
en tiempo y espacio, es el colmo del posmodernismo judicial, y del law
fare actual, que
tienen como destinatario al ciudadano televidente sometido a la guerra de las
apariencias, para captar su voto.
En esta contienda, los medios de comunicación
hegemónica ya no son mera caja de resonancia, también participan como
protagonistas en el armado de la justicia de los vencedores: inician su causa,
le dan fuerza, son testigos y hasta hacedores de verdad. El estado de la
justicia de los vencedores es integral y del orden sacrificial y vengativo,
tendiente a generar un ritual de degradación del acusado vencido político que
termina reafirmando los valores sociales del vencedor. Una vez que se echa al
ruedo la justicia de los vencedores todos van corriendo atrás de ella. Como
dice Danilo Zolo, la “justicia de los vencedores” se aplica a los derrotados, a
los débiles y a los pueblos oprimidos, con la connivencia de las instituciones,
el silencio encubridor de gran parte de los juristas académicos, la complicidad
de los medios masivos de comunicación y el oportunismo de […] las llamadas
‘organizaciones no gubernamentales’ (2007: 18).
El juzgamiento del pasado, como guerra,
implica el fraude procesal, la utilización de comisiones especiales o fórum
shopping. El mani pulite sin reglas claras, es de corto plazo,
mientras dure el show y sea circo para las multitudes; abre también la apuesta
para que los vencedores futuros, se venguen con los mismos mecanismos y
procedimientos sacrificiales, de los perdedores del futuro.
Son tiempos penosos para la justicia, pero
especialmente para el mundo jurídico en general. La refundación del derecho
tardará tiempo, necesitará de buena fe y honestidad para salir de este círculo
vicioso, en especial el compromiso de las nuevas generaciones de no usar el
derecho y a la justicia como mecanismo bélico contra sus enemigos. La política
es acuerdo y debe ser llevada al plano de la robusta discusión
parlamentaria. Y toda herencia de criminalidad, debe enfrentar un
valladar constitucional. La sana guía sigue siendo la ingeniería del Juicio a
las juntas o los actuales juicios de derechos humanos. Una justicia que es
única y ejemplo en el mundo. Sin revanchismo ni venganza, respetando garantías
y el debido proceso, sin torcer las reglas de los hechos y el derecho...
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