Una tormenta sin factores climáticos, hablamos de un cataclismo debido a decisiones humanas depredadoras... y arriban las FF.AA para poner orden llegado el caso..
Fuerzas Armadas, FMI y los eufemismos de Cambiemos
Dicen que un eufemismo es una manifestación decorosa de ideas que suele
ocultar expresiones duras, incómodas, desagradables. Un decir políticamente
aceptable que suaviza las connotaciones severas que entraña la realidad. El
gobierno de Cambiemos es un compendio de eufemismos.
Por CORREPI, Coordinadora contra la represión policial e
institucional
Fuente:
http://www.correpi.org/2018/la-tormenta-la-crisis-la-economia-argentina/
Con su política de
libre mercado, fuga de capitales, devaluación, inflación y feroz endeudamiento
ha desatado una crisis fenomenal coronada con la entrega al Fondo Monetario
Internacional: imposiciones que sólo prevén para nuestro pueblo un escenario de
recesión despiadada, si es que se llegan a cumplir las metas; o de caos económico,
si es que no se cumplen.
En el lenguaje del
gobierno, esta es
la tormenta. Eufemismo con el cual se equipara la política con
un suceso natural, inesperado, inevitable e inmanejable. De este modo, se
instala que nadie es responsable aunque pocos (y muy bien identificables) sean
los beneficiados por ese “fenómeno”.
A nivel global, el gobierno de los EEUU está
dinamitando las bases del comercio internacional. Necesita para ello de un
escenario bélico en el que las construcciones artificiales de enemigos internos
en cada país los habilite a marcar la agenda militarista, a desparramar bases
militares y a comandar las respectivas Fuerzas Armadas para asegurarse el
dominio libre de cualquier resistencia a la opresión que postulan.
En el lenguaje del
gobierno, esto es
volver al mundo. Eufemismo con el que se pretende encubrir el
alineamiento incondicional con las políticas de sometimiento para los países
periféricos que se discuten en el Grupo de los 20.
El G20 es un foro
integrado por los países más ricos del mundo y que representan el 85% del
movimiento económico mundial y que Argentina integra (si bien con diferente
protagonismo desde finales de los 90) por resultar una de las tres economías
emergentes más importantes de América Latina junto a México y Brasil (que
también forma parte de ese foro).A partir de la crisis global del
2008, el G20 incorpora en su mesa al FMI. Los principales ejes que caracterizan
al desarrollo capitalista entran en discusión en este foro. Dos destacan a la
Argentina: la marcha de las economías emergentes y la cuestión del terrorismo.
El próximo cónclave
mundial se hará en nuestro país a fin de año, por eso este viernes llega a la
Argentina la directora del FMI Cristine Lagarde, para inspeccionar y supervisar
la aplicación de sus conocidas recetas antipopulares y devastadoras, y además,
participando activamente del diseño de un aparato de seguridad que garantice la
realización del encuentro ante la segura reacción popular con la que nuestro
Pueblo expresará su repudio.
No es una casualidad que se haya instalado
nuevamente la discusión sobre el rol de las Fuerzas Armadas en el marco de la
seguridad interior. Ni que la ministra de seguridad haya declarado que es
necesario darse una nueva política de “ocupación territorial” en la materia, ni
que el presidente Macri haya planteado “acomodar el nuevo rol de las FFAA a las
demandas del siglo XXI y a las nuevas amenazas que se ciernen sobre nuestros
países”.
El gobierno de
Cambiemos está haciendo los deberes: no sólo postula la modificación del
decreto 727/2006 que limita el actual rol de las FFAA, sino que también tiene
en carpeta el anteproyecto de reforma al Código Penal que incluye un replanteo
del paquete de leyes antiterroristas y un capítulo especial de agravamiento de
todas las figuras que impiden el ejercicio del derecho a la protesta. A ello,
debe sumarse la aprobación en el Senado de la reforma al Código de Procesal
Penal: con la modalidad flagrancia permite el rápido encarcelamiento del que
protesta y legaliza el espionaje interno destinado a desbaratar cualquier modo
de organización de la resistencia.
El eufemismo que
aquí se utiliza es el de guerra
al terrorismo.
En este contexto se
debe entender la suba del salario al 20% que el estado le otorgó a los
militares, aumentando así una vez y media el ofrecimiento original que era del
8%.
En este contexto es
que se deben entender las presiones que las FFAA ejercieron para obtener esa
trascendental mejora.
Y en ese mismo
contexto, también debe entenderse la amenaza concreta de la Ministra Bullrich: “no podemos gobernar con el
espejito retrovisor mirando al pasado, necesitamos que los militares se
inserten en la democracia”.
A eso vino el
gobierno de Cambiemos, a cumplir el rol específico del estado: administrar y
resguardar los intereses de las clases dominantes que en muchos casos (como el
del mismísimo Presidente) son sus propios intereses. Con el diseño de un poder
ilimitado para reprimir, integrado a una especie de megapolicía mundial que,
poco a poco, va legalizando hasta lo ilegal y consagra una lógica de la
excepcionalidad que avanza sobre los pobres del nuevo orden, el enemigo que han prefigurado
desde los tiempos del Plan Cóndor hoy lleva el eufemismo de guerra no
convencional.
Y es en este
contexto que no olvidamos que formamos parte de un Pueblo con historia que no
se entregará, resistiendo en todos los frentes y ganando las calles como lo
hicimos el 18 de Diciembre.
Contra la política
de hambre y represión de Cambiemos, el FMI y el G20: ORGANIZACIÓN y LUCHA, sin
eufemismos.
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