Dignos e indignos beben de los mismos elixires...




“... y nosotros, piensa el establishment, nos quedamos con la indignidad de bajarnos los impuestos directos, condonarnos las deudas y los defalcos, blanquearnos la guita que le robamos al Estado durante 50 años, ergo al pueblo, luego evadimos y fugamos, y demás cuestiones menores que provocan que hoy la dignidad y la indignidad se hagan tantas concesiones que llegan a parecerse”.

Del mismo modo tras las balas de Gendarmería aparecen las topadoras y los emprendimientos mobiliarios curiosamente desarrollados y financiados por la familia Bullrich, porque a decir de gran parte de la población y en consonancia con el ejecutivo: “Hay que volver a la época en que la voz de alto significaba entregarse”. Más allá de la aberración conceptual, bajo la nada disimulada intencionalidad clasista de sitiar el país a favor de una casta, estamos naturalizando la idea de una implícita ley de fugas, orden en el cual disparar es una simple consecuencia de otras conductas, por ejemplo tener miedo y correr; un dato no menor es que nunca la mass media  cuestiona las causas de tal cirugía, esas son resorte “interpreoperativo y lobotomizador” de los medios cómplices y la cogobernante corpojustica.






Uno de los datos más sensibles y que me resulta fuente de observancia y estudio antropológico, respuesta que seguramente quedará para un futuro lejano, es la feliz connivencia que existe entre los valores de los psicópatas gobernantes, dialéctica y praxis, y los valores de una porción muy importante de la población afectada por sus perversiones. Alguna vez hablamos de la genial obra de Wells que data de 1895, La Máquina del Tiempo, en donde los bestiales Morlokcs eran amos y señores de un mundo en donde los Eloi se habían resignado a ser solamente alimento de los primeros. Ambos paradójicamente eran descendientes de la misma especie: la humana. Acaso los jubilados se sientan parte de los Eloi por estos días. Es probable, y temo que los iguala el mismo conformismo, para peor es que la posibilidad de reacción es tan admisible como que aparezca un viajero en el tiempo que los libere. La culpa como condena a través de un sofisma exagerado para que luego y definitivamente se imponga una falacia promedio: “se llevan la parte más grande de la torta”.. El “se llevan” es todo un símbolo dialéctico que fortalece aún más la artificio posterior.



Hace poco, y a propósito de la tragedia del ARA San Juan (curioso que aún ningún medio hegemónico haya titulado en sus páginas en dichos términos)  afirmábamos lo siguiente:
“Es más que probable que el círculo cercano de los 44 marinos haya optado por este modelo de país. Es probable que el círculo cercano de las 44 víctimas nos odie a nosotros y no a sus asesinos. Es probable que el círculo cercano de estos 44 pibes estén convencidos que murieron por la patria y como héroes, y no como parte de una ridícula puesta en escena geopolítica y entreguista, es probable que muchos del círculo cercano de estos 44 jóvenes acepten las indemnizaciones que el neoliberalismo ya tiene dispuestas para negociar... Los medios se encargarán en un mes de que no se hable más del tema, tal cual pasó con los más de 40 gendarmes fallecidos en Enero del 2016 a pedido de Morales. Palabra de mercado.. te alabamos mercado”..


Tristemente no nos equivocamos, y esto no ocurre porque somos genios analíticos sino lamentablemente porque nuestra sociedad es sumamente previsible y conserva en su ADN la verbigracia y la supuesta seguridad que ofrecen las decisiones del poder real. Estar bajo un paraguas redime, consuela, mojarse no es civilizado. No confía en sí misma más allá de sus éxitos cuando le tocó decidir, aún con enormes limitaciones, para el caso prefiere el encanto de la observancia. En situaciones complejas ostenta pánicos escénicos que la hacen desconfiar hasta de sus propios valores humanísticos. Es en ese momento cuando la moral del poderoso, por medio de su modesta y fraudulenta dialéctica, impone condiciones férreas a sus intereses gracias a la insistencia y a la debilidad de los que abandonaron su condición de ciudadanos y comenzaron ver a sus iguales como enemigos de sus intereses.

Afirmábamos el 23 de noviembre pasado: “Gobiernan los mismos que tienen como práctica usual endeudar empresas poniendo de garantía sus activos no financieros, apropiarse de los descomunales activos financieros solicitados, desviarlos, para más tarde mandarlas a la quiebra. En muchos casos, luego de años de asociatividad bajo distintos formatos, los trabajadores logran recuperar económicamente esas empresas, desde lo productivo y lo comercial. Algo de esto ocurrió con el país, no sin dificultades y errores, durante el período 2003-2015. Es allí que aquellos, una vez activada la máquina productiva y con la inestimable ayuda de una justicia cómplice, inician un proceso "legal" de reclamo y reintegro bajo el sofisma de la seguridad jurídica. Si lo hacen con sus sellos empresariales, por qué razón no han de poner en práctica dicha fórmula del éxito con un país al cual consideran propio porque buena parte de la ciudadanía ha decidido servírselo en bandeja. De este modo se reinicia un nuevo ciclo perverso, una nueva vieja etapa: El eterno retorno al saqueo...




Comentarios

  1. Y si no pueden pagar un servicio,les queda la dignidad de la carencia, el afixiante calor en el verano,sin vacaciones indignas,esperando el digno frio del invierno disfrutando de la dignidad de ver un cuarto de pantalla estirando el digno cogote para ver un partido de futbol en la calle frente a la ventana del bar indigno.Por favor denme una grande de indignidad cortada en 8 bien regada con el indigno vino del confort, yo me sacrifico.

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