Introducción a la “Grieta” y el trailer del documental titulado 39, film que para algunos psicópatas solo es un paso de comedia a olvidar
La
denominada “Grieta” en nada favorece a los sectores populares ni a la oposición
política. Es el montaje de un escenario imaginario para encubrir la realidad
social.
Por
Osvaldo Drozd, Periodista para La Tecl@ Eñe
Mientras
algunos intentan descifrar si el macrismo ha logrado construir una hegemonía o
no, o en todo caso saber si está en camino de lograrlo, -cosa que sería de gran
importancia para los sectores populares, pues saberlo permitiría diseñar de
manera más precisa una política propia- no se debieran obviar algunas aristas
que hacen a la cuestión. Una es la falta de caracterización rigurosa de qué es
la famosa “Grieta”, y otra el lugar de la denominada “Clase media” en dicho
asunto. En esta nota intentaremos abordar ese istmo llamado “grieta”.
Si un sector de la sociedad se planteara verdaderamente una
estrategia orgánica de poder no podría prolongar una “Grieta” indefinidamente.
La utilización desmedida que hace el macrismo de ella muestra a las claras que
su acción no va encaminada a construir una hegemonía sino a producir un brutal
saqueo, una profundización de sus negocios corporativos mientras produce un
incremento de coacción y represión sobre los sectores más vulnerables. Todo
ello haciendo promoción de su gestión gubernamental a través de un montaje
mediático casi pornográfico. Las luchas contra la inseguridad, el narcotráfico,
la pobreza, son productos intangibles que no dejan de promocionar pero que
nadie percibe con certeza. Allí es donde la “Grieta” les es muy útil.
Como bien señalara el economista Jorge Beistein “No se trata del retorno del viejo
neoliberalismo de los años 1990 ni mucho menos de una imitación del régimen
oligárquico de fines del siglo XIX, sino de la tentativa de instauración de un
sistema mafioso parasitando sobre una población desarticulada albergando
grandes espacios de marginalidad y superexplotación laboral, realizando un
saqueo sin precedentes de recursos naturales. En esa dirección se van
imponiendo los instrumentos esenciales del régimen dictatorial: control
completo de los medios de comunicación, reconversión integral del sistema de
seguridad como apéndice del de los Estados Unidos, implantación de mecanismos
de destrucción económica y social a gran escala, despliegues
mediático-judiciales tendientes a extirpar a las oposiciones que no se subordinen
al nuevo régimen” .
La denominada Grieta no deja de ser una invención de los medios
hegemónicos y equipos de marketing político. Implica un escenario desfavorable
para los sectores populares. Allí no se debaten sus intereses en lo más mínimo.
Esos intereses no entran en el temario de la Grieta.
El gobierno tras las Paso de agosto, saludó el hecho de que no se
haya votado con el bolsillo. Hay que considerar al respecto que los temas
económicos no llegaron a la Grieta, no debieran llegar. Los popes mediáticos
eso no hablan de este aspecto. El principal tema es la corrupción y las causas
judiciales: “la que se robaron”, “el traje a rayas que les espera” y como
contrapartida “el cambio”, “el decir siempre la verdad”, el “sueño que vos
podés hacer realidad” y un conjunto de enunciados que siempre apuntan a una
salida fantástica e individual. “El sujeto
social del macrismo es el individuo” dijo el gurú del gobierno Alejandro
Rozitchner. El macrismo sólo es posible ante una seria desarticulación del
tejido social y una rotura sistemática de las potencialidades de movilización.
En la entrevista que Cristina Kirchner le diera a Infobae, la ex
mandataria aseguró que la grieta existió siempre y que la misma es la
confrontación entre dos modelos de país que cohabitan la Argentina. Si bien eso
es verdad habría que señalar que la denominada Grieta no coincide con ese
enfrentamiento histórico, aunque de alguna forma se apoye en él. Más bien -en
lo concerniente a la grieta- se trata de una cierta futbolización de la
concurrencia política como si se tratara de un duelo de hinchadas. Si bien la
Grieta se produce por enfrentamientos profundamente ideológicos, éstos se dan
de manera sumamente grotesca y atraviesan todos los estratos sociales. No son
patrimonio exclusivo de ciertas clases acomodadas o marginadas. No es que de un
lado están los trabajadores y del otro la oligarquía. La Grieta no deja de ser
el resultado de la apelación permanente de los medios para tomar partido sobre
ella y su exacerbación morbosa a través de las redes sociales en las que un
ejército de trolls lleva adelante la propaganda “políticamente incorrecta“ del
gobierno. Si éste se cuida de no derrapar, de ser políticamente correcto, sus
seguidores muestran honestidad brutal. En la Grieta no se dirimen fundamentos
ni argumentaciones. Se decía que “El amor vence al odio”, en la Grieta prima el
odio.
La Grieta es asimétrica y la encabezan los Lanata, Majul,
Novaresio, TN, Intratables, etc. No se puede decir que le sirva a alguien que
no sea el propio gobierno que se legitima con la Pesada Herencia y la Grieta,
ya que otra cosa no puede mostrar más que ser lo opuesto de lo que gobernó
antes que él. Afirman que hacen lo que los anteriores no hicieron, aunque lo
que dicen hacer es siempre una cortina de humo. La construcción mediática de
acontecimientos inexistentes es abrumadora en lo que va de gobierno macrista.
Desde la supuesta lucha contra el narcotráfico y “las mafias”, pasando por la
judicialización de la política, hasta la provocación de disturbios en las
movilizaciones utilizando infiltrados. Lo pueden hacer porque cuentan con la
cobertura mediática, las fuerzas de seguridad y la Justicia de su lado.
Una estrategia orgánica de poder al servicio de los sectores
populares debiera enterrar la Grieta y poner el acento en ganar a la más amplia
mayoría social. De otra forma imperará la barbarie.
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