El ex auxiliar de
ferrocarriles y DNI pasó por Coronel Dorrego y dijo lo que ya todos sabíamos; y
no dijo lo que también sabíamos que no iba a decir..
Aquí los
antecedentes que avalan el título:
1- Por Mario de
Casas, Ingeniero civil. Diplomado en Economía Política, con Mención en
Economía Regional, FLACSO Argentina – para La Tecl@ Eñe
Ni pendencieros ni
burócratas, Por Mario de Casas, Ingeniero civil. Diplomado en Economía
Política, con Mención en Economía Regional, FLACSO Argentina – para La
Tecl@ Eñe
A partir de la
dinámica electoral y del lanzamiento del espacio “Cumplir”, Mario de Casas
analiza en este artículo las contradicciones en el seno del Movimiento
Nacional, que suelen ser funcionales a los sectores conservadores, también
cuestionados desde una perspectiva gramsciana que incluye a la gran prensa.
La dinámica
electoral y el lanzamiento del sector autodenominado “Cumplir”, ha puesto en
vidriera características del proceso político argentino que si bien no le
corresponden en exclusividad se dan aquí con ciertas particularidades.
Se podría definir
lo burocrático como un estilo en la práctica política, con distintas aristas,
una de las cuales supone actuar en la órbita de valores -o disvalores- e
intereses que impone el adversario, particularmente cuando éste se ve
favorecido por la relación de fuerzas. Así, por ejemplo, detrás de
formulaciones inocentes se encubre la búsqueda de algún objetivo públicamente
inconfesable. Es el caso de Randazzo, quien al postularse en estos días ha
repetido con indisimulado cinismo “pensamos que los candidatos no deben ser
elegidos a dedo”, cuando en 2015 pretendió ser ungido nada menos que candidato
presidencial por el dedo de Cristina. No es necesario ser un agudo analista
para ver que esa letanía busca ocultar lo que no es otra cosa que una maniobra
más para debilitar la única fuerza socio-política con credenciales y
posibilidades de derrotar al macrismo, y desandar su proyecto reaccionario.
La burocracia todo
lo quiere consensuar, cultiva un falso realismo que termina en pragmatismo
ramplón y rechaza cualquier iniciativa de someterse al juicio teórico: los
maestritos de la derecha le han enseñado que eso es pura “ideología”, y que la
ideología no tiene nada que ver con el mundo práctico. Entonces su actividad
está a salvo de ese sentido de innovación propio de la política transformadora,
de esa proyección socialmente superadora que ésta busca en cada táctica, en
cada hecho para que no se agote en sí mismo.
El burócrata está
inmerso en una serie de relaciones superestructurales de las cuales cree
valerse pero que en realidad lo tienen aprisionado; suele ser sensible a
tonteras como las acusaciones de “populista”, y cultiva las banalidades
sociológicas que le inculcan bajo disfraz “progresista”, por lo que declara
fantasioso y aventurero todo planteo que desafíe la correlación abrumadora de
fuerzas en contra de los intereses populares. Aunque se manifieste con otras
palabras, afirma que el Movimiento nacional no debe ser “clasista”, porque
confunde la composición policlasista del Movimiento con su ideología: supone
que existen ideologías policlasistas o neutras. No puede entender que, en un
frente de lucha, estamos todos de acuerdo con el policlasismo; pero que la
ideología es transformadora en función de los intereses de los sectores
subalternos o es reaccionaria.
Otra seña
inconfundible del burócrata es su adhesión a lo que podríamos denominar
psicologismo, ese método de análisis político-social apenas un escalón superior
a la hechicería: para tener una idea de su cientificidad basta considerar que
es el único que conocen los influyentes editorialistas de la derecha vernácula.
Los mismos que estiman que los enfrentamientos entre unitarios y federales, la
causa yrigoyenista y el régimen conservador o el peronismo y el antiperonismo,
fueron expresiones de una tendencia histórica a malgastar las energías
nacionales en luchas duales que nos distraen de las tareas constructivas; que
nos estamos destruyendo por odios y cuestiones sin importancia, que seríamos un
gran país si no fuese por esa idiosincrasia nativa que desde hace quince años
nos impulsa a pelear en dos frentes estériles: los del kirchnerismo y el
antikirchnerismo. Es decir, que el país se ha malogrado porque nos peleamos por
puro pendencieros que somos y que no hay solución mientras no corrijamos ese
vicio del carácter; lo que en buen romance significa la domesticación del
kirchnerismo y el sometimiento de los sectores populares.
No debe sorprender
que surjan burócratas de las filas kirchneristas, corresponde a la
contradicción interna del Movimiento nacional: sus componentes principales y su
lucha contra la dependencia y por la justicia social lo ubican en uno de los
polos de un antagonismo irreconciliable en cuyo extremo opuesto está el
macrismo; mientras que su organización, estructura y desarrollo teórico están
por debajo de esos requerimientos. Seguramente esto no es resultado de la mala
suerte, pero tampoco un determinismo que nos condene a convivir con nuestras
propias carencias.
2 Por
Alberto Nadra, Político, escritor y periodista para La Tecl@ Eñe
Sin
adjetivos, discutir y aprender de los errores. Políticamente, Randazzo puede
ser un “boludo”, pero de ahí el trayecto hasta “traidor” es considerable. Por
Alberto Nadra (para La Tecl@ Eñe)
Ustedes saben, no
me preocupa ser “políticamente correcto”, ni adecuarme al sentir mayoritario de
los que tienen poder, estén o no en el gobierno, pues jamás busqué beneficios
personales, sino la grandeza de la Patria y el bienestar de nuestro pueblo.
Por eso, cuando –a
veces como reacción a tanta infamia de los monopolios mediático judiciales,
otras por simple anteojeras-- es tan fácil estigmatizar o alinearse como
campeones desde posiciones de “purismo”, las más de las veces contradictorias,
escribo al correr de la máquina, como es mi costumbre, tanto si me “conviene”,
como si no.
A ver compañeros,
tratemos de aclarar los tantos.
No soy tan
ambicioso para pretender ponernos completamente de acuerdo en estos tiempos
complejos, que de todas maneras no lo son más que los que nos tocaron vivir
conscientemente a los que llevamos algunos años militando, o sufrir a los que
suponen que no se meten en política. Pero razonemos, charlemos sin agresión,
tratemos de pensar para buscar los mejores caminos.
Políticamente,
Randazzo puede ser un “boludo”, pero de ahí el trayecto hasta “traidor” es
considerable.
Aclaro
que todo lo dicho y lo por decir es con un fuerte y fraternal espíritu
frentista, puesto que como marxista “atemporal”, si tal cosa existiera, me
resultaría cómodo eludir lo principal de la accesorio en una etapa y
decir, por ejemplo, que no deposito muchas esperanzas en ningún dirigente ni
dirigenta de la burguesía, que considere al capitalismo, aún en sus variantes
menos “perniciosas”, como su aspiración de máxima, crea que puede ser mejorado
con buena voluntad a favor de los trabajadores, y actúa, legisla y gobierna en
consecuencia.
No es el caso, y
procesos que por comodidad llamamos “populistas”, pese a lo polémico del
término, han demostrado cuanto bien se puede hacer al pueblo, sin encarar
un rumbo decididamente anticapitalista, aunque uno esté convencido que solo ese
camino llevaría a tornar más sólidas las conquistas. Digo sólidas, porque
“irreversible”, adjetivo derivado del pujante positivismo del siglo XIX,
que suponía la inevitabilidad del progreso, incluido el social, se ha
comprobado una utopía desgarradora, paralizante, y en casos fatal.
¿No es acaso por
reacción y rechazo a la desigualdad, la miseria y el dolor de los nuestros, con
el sueño de una sociedad mejor, no como un fin en sí mismo sino para cambiar
esta realidad, que nos hicimos marxistas, peronistas revolucionarios, radicales
yrigoyenistas, cada uno con su enfoque, su propuesta y su camino?
Según el
razonamiento de algunos compañeros Randazzo es un traidor por su tozuda
pretensión, tal vez justa en un principio, que sin dudas perjudicará en un
porcentaje que ignoro, la candidatura de Cristina Fernández, UNICA CANDIDATURA
QUE PUEDE GOLPER CON EFICACIA AL MACRISMO.
Por lo tanto,
debería profundizar (y adelanto NO es el momento, al menos para regocijo de los
monopolios mediáticos) en preguntarnos por qué CFK --que hoy personalmente
apoyo sin vacilaciones-- PUSO UN TRAIDOR AL FRENTE DE UN MINISTERIO DURANTE
OCHO AÑOS, concretamente sus dos mandatos.
Y si encaramos por
ese camino debo recordar que Alberto Fernández fue el Jefe de Gabinete de CFK,
al igual que Sergio Massa y Juan Manuel Abal Medina; que Graciela Ocaña estuvo
al frente del PAMI con Néstor y con ella de la vital cartera de Salud
(insalubre, dengue por medio), Martín Lousteau en Economía, y que puso A DEDO
la mayoría de los candidatos que ahora condena (y condenamos) pues violaron su
mandato a las semanas de ser elegidos en las listas del FPV para enfrentar la
restauración conservadora.
Como hay algunos
iluminados que pretenden, para atacar a Cristina con éste y otros argumentos,
vendernos la INFALIBLE “MUÑECA” POLÍTICA DE NÉSTOR, que sin duda “muñeca”
tenía, y del que me enorgullezco haber sido no amigo, pero si compañero de
algunas largas charlas, recuerdo que entre los ministros destacados del
recordado “flaco” figuraron Roberto Lavagna, José Pampuro, Gustavo Beliz,
Horacio Rosatti (el del 2x1 en la Corte, recuerdo), el mismísimo Alberto
Fernández como Jefe de Gabinete, y joyitas como Alfonso Prat Gay y Martin
Redrado como titulares del Banco Central.
Compañeros, no
jodamos con los pases de facturas personales, o pasar de la obsecuencia a
la crítica total. Vamos al fondo de la cuestión y discutamos lo que no se
hizo (encarar la renta financiera, pesquera, petrolera, minera, y no
convertir en ley conquistas que hoy pueden ser revisadas mediante un simple
decreto, para citar solo algunas de mayor importancia), lo que se hizo
mal (abandonar la idea de “transversalidad” o de un frente nacional
amplio, con protagonismo de todas las fuerzas que fueron conformando el
movimiento nacional y popular, dándoles el espacio y la oportunidad para que
construyan CONJUNTAMENTE poder popular en el territorio y en cada espacio
laboral, productivo, estudiantil).
Se trata DE
DISCUTIR Y APRENDER DE LOS ERRORES (los dirigentes en primer lugar), no
ignorarlos, y menos repetirlos, para ahora encarar la PRINCIPAL TAREA DE
LA HORA: SUPERAR AL MACRISMO EN LAS PASO DE AGOSTO con particular atención
en la figura/símbolo de CFK en la provincia, y DERROTARLO EN OCTUBRE, a lo
largo y ancho de país.
3 ¿Randazzo,
tajaí ? preguntó preocupado Massa.. Por Gustavo Marcelo Sala
Randazzo viene a
finalizar la tarea de Massa, esto es, reencausar al peronismo dentro de esa
abstracción de derechas de la que nos habla Horacio González
Horacio González
sintetiza al peronismo como "una abstracción de derechas en donde el
sistema de bienes de producción privado nunca será puesto en litigio,
permitiéndose solamente socializar los servicios, ergo los gastos, nunca las
rentas, implementando al mismo tiempo una cierta distribución moderada de la
riqueza vía derrame impositivo, no más.."
Paradójicamente no
existe movimiento político o partido más inclusivo que el peronismo. Los
diagramas de Venn que confluyen en él son variopintos desde el punto de vista
ideológico y digo paradójicamente porque esa diversidad es lo que motoriza la
oposición más descarnada y voraz. Sin embargo nunca como antes he observado
tanto peronismo antiperonista, incluso durante el menemato las líneas internas
opositoras al caudillo riojano se presentaban ciertamente moderadas,
respetuosas de su investidura y nunca pusieron en duda su continuidad, a pesar
de la notoria destrucción que estaba llevando a cabo. Vale decir, jamás, en aquellos
tiempos, le presentaron a la sociedad recetas destituyentes. Acaso la
abstracción de derecha de la que nos habla Horacio González tenga que ver con
la historia reciente; acaso el kirchnerismo, sin llegar a poder considerarse ni
tan siquiera como progresista, no se trate de esa abstracción de derecha pura
tal cual el histórico “deber ser” subsistente del peronómetro transversal le
exige a su dirigencia.
Dice H.G: “Buena parte de la estructura interna del
peronismo está cimentada por la contradicción. Su ala derecha no muestra
grietas al respecto, ni la de antaño ni la actual. Hoy la Triple A no es
necesaria, su lugar está ocupado por las corporaciones mediáticas afines.
Alguna vez Ortega Peña, en la soledad de su banca, habló sobre la necesidad de
entablar acciones políticas concretas cuando la correlación de fuerzas lo
permitiese, en ocasiones la verdadera identificación debe merecer momentos de
profunda meditación, acaso de silencio. Por otro lado si gobernar es movilizar,
y sabemos al mismo tiempo que nunca vamos a detentar el poder real para
terminar con las asimetrías sociales bueno es hacer todo el ruido posible,
porque gobernar es movilizar, es responder, es contestar. Es hora de
movilizar, basta de silencio, es necesario el armado de una ingeniería
comunicacional popular que desbarate toda y cada una de las operaciones y a su
vez tenga capacidad de contraataque. Los poderes fácticos no van a ceder un
milímetro en estas cuestiones”.
Como mencionamos
hace pocos días la estigmatización es una conducta política asentada, forma
parte de la plataforma política de la derecha peronista y no peronista, de modo
que el antagonista ideológico (corporaciones) ha logrado modelar estructuras
internas y externas al movimiento que es necesario interpretar en su verdadera
dimensión.
4 Anexo.
Los fans de
Randazzo – Por Gustavo Marcelo Sala
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