No ganó Macri, ganó la oposición y las corporaciones colocaron el fusible más débil









Y no me cabe ninguna duda de la afirmación. Al igual que en 1999 cualquier agrupación o alianza que aunara y reflejara los cansancios de la mass media no tendría inconvenientes para alzarse con la victoria electoral más allá de que esos cansancios provengan de variopintas cuestiones. Tan seguro estoy sobre lo dicho que me permito aseverar que los arquitectos de la obra hasta se dieron el lujo de poner en riesgo el triunfo apoyando a su peor candidato, el actual Presidente. Acaso el más débil, el más manejable por esa misma razón. Ante una instancia de segunda vuelta Sergio Massa hubiera triunfado con enorme comodidad, y en consecuencia con mayor solvencia política, mayor capital y autarquía, y con peronismo detrás, cuestión sumamente peligrosa para el eje corporativo dominante. Como toda alianza por el espanto dicha relación dura hasta que la soberbia les hace creer a los actores que el fantasma ya no posee peligrosidad. Por eso considero que se funda en este punto la urgencia de las corporaciones a favor de apurar la batería de medidas que ellos necesitan para que sus ecuaciones y asientos contables arrojen las ganancias anheladas. Obvio que las corporaciones globales jamás van a conformarse y eso conspira en contra de la gobernabilidad, cualquiera sea el signo ideológico, es imposible sostenerse en el gobierno con un estado de quita permanente que impacta en contra de las mayorías. Y es allí en donde comienzan los cortocircuitos, momentos en los cuales las manos amigas desaparecen porque es necesario que el gatopardismo luzca sus mejores túnicas. La necesidad de cambiar para que nada cambie. Nuestra historia da fe que las corporaciones hasta tuvieron el poder de sacrificar a perversos y sanguinarios militares de furiosa traza que habían servido enormemente a la causa de la concentración económica. Lo más peligroso para Macri es que no se ha dado cuenta de cómo es el juego porque no es político, es un empresario, un mero administrador de recursos con una hoja de ruta prefijada por sus aliados ocasionales, los mismos que lo llevaron a Balcarce 50.  Macri, si sabe leer la experiencia De La Rúa, deberá apartarse del microclima corporativo y ponderar que su desgaste popular también va a ser tabulado por sus aliados y que serán estos quienes determinen su suerte como mandatario. Acaso por eso su acercamiento a las FF.AA. Tal vez Macri  comenzó a observar que necesita guardaespaldas obedientes y de trinchera; y que la Bolsa de Comercio, y los Bancos, y la SRA, y las cámaras de exportadores, y la grandes cerealerales no van a enfrentar y menos detener las manifestaciones en su contra en donde el cuerpo de doliente sea el arma de protesta, porque ya no queda otra cosa por poner. Y para muestra podemos leer entrelíneas que ni los medios dominantes con su catarata de distracciones y denuncias han podido hacerlo hasta el momento cuando la calle habló, teniendo en cuenta que aún se vive dentro de una suerte de luna de miel.


Comentarios

  1. En medio de lo que bien describís hay un hecho impensado al menos en la dimensión que ha cobrado. Si terminan dando vía libre a sus legisladores para que apoyen la flexibilización laboral, los gobernadores peronistas ingresarán definitivamente en la alianza que nos está llevando al tacho. Y la elección de todos ellos partió directa o indirectamente desde nuestro espacio.

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  2. Es que existe un tema que me parece estamos obviando. El peronismo es un movimiento pragmático en donde la conservación del poder territorial hace a su esencia. Los gobernadores e intendentes peronistas quieren conservar el poder en su territorio, de manera que muy poco les calienta la ideología del gobierno central, ellos luego desarrollarán sus programas de forma autárquica. Así lo hicieron durante el gobierno de Cristina, así lo harán ahora. Nunca fueron de nuestro espacio, son de su espacio, de su territorio. Los Rodriguez Saa son la clara muestra de lo que afirmo. Se cagaron en Menem, en Duhalde, en Néstor y ahora en Cris. Mañana se cagarán en Macri y pasado en Massa. Pueden levantar la mano con la flexibilización pero no practicarla en sus provincias. Vale decir tienen margen de acción para ser independientes del poder central, y el poder central de alguna manera los necesita. Hasta ayer era látigo y chequera, hoy es diálogo y consenso. Ni Fellner, ni Closs, ni Insfran, ni Gioja, ni Zamora, ni Alperovich eran nuestros, son de ellos. Acaso un poco más Coqui y Urribarri, pero en definitiva la conservación del poder territorial es lo que cuenta. Es resto es cosa de cintura... Por ejemplo, mi intendente es Radical y apoyó la alianza con el Pro. Su discurso es regorila, pero no te raja ni un tipo del Municipio, es más, ingresó gente, y está abriendo por segunda vez la paritaria. Su territorio está por encima de cualquier ideología de la provincia y de nación.

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  3. Si asi es la Luna de miel como sera el divorcio... https://www.youtube.com/watch?v=1Tby-eDdvHA

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  4. Me da miedo el párrafo que habla de massita. No es mejor que esté mau, que sabemos y supimos siempre quien es, que el tipo que iba a la embajada a buchonear?. Entre otras cosas, claro.

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