"Una ‘tormenta perfecta’ de desigualdad en el horizonte". Entrevista Branko Milanovic para Revista Sin Permiso
Branko Milanovic [entrevistado por Felipe Ossa para
la revista New York] ha
pasado decenas de años estudiando la desigualdad de rentas. A lo largo de la
mayor parte de sus veinte años como economista jefe del Banco Mundial, afirma,
“ni siquiera la palabra desigualdad era
políticamente aceptable, porque parecía algo salvaje o socialista o lo que
sea”. Eso empezó a cambiar hace unos pocos años, gracias en parte a Milanovic,
que ayudó a introducir El capital
en el siglo XXI, de Thomas Piketty, en el mundo anglosajón con una crítica de
veinte páginas que recibió amplia difusión antes de su publicación en los
EE.UU. en 2014. Desde entonces, la desigualdad se ha convertido en palabra de
moda, y en cuestión central en la campaña presidencial norteamericana.
Y ahora el economista serbio-norteamericano —
profesor investigador en el Luxembourg Income Study Center, un centro de
investigación internacional sobre desigualdad de CUNY [Universidad de la Ciudad
de Nueva York] — aparece con un libro propio. Global Inequality examina las
disparidades de renta entre países y dentro de ellos, cómo hemos llegado a esta
situación y si hay forma de salir de la misma.
A los “millennials”
[generación de los nacidos a final de siglo] los están machacando en una serie
de países opulentos, y en los EE.UU. son los jóvenes quienes respaldan a Bernie
Sanders, el candidato de la desigualdad.
Existe esta brecha entre los “millennials” y los
“baby-boomers”, a los que les va muy bien, que crearon sistemas sociales en
tiempos de prosperidad que, por supuesto, están hoy todos garantizados. Se
beneficiaron de grandes aumentos en los ingresos reales [ajustados a la
inflación] a lo largo de todo un periodo, y ahora de la Seguridad Social. No
creo que se le pueda dar la vuelta a esto.
¿De manera que vamos a
asistir a un conflicto integeneracional?
Resulta irreal esperar que el tipo de trabajos que
es probable que la gente tenga en el futuro vaya a verse protegido de la
competencia extranjera y que sea un empleo estable, que vamos a librarnos de
estos trabajos precarios o a corto plazo. Y el problema es que la gente que podia ganar una suma razonable
de dinero y riqueza puede hoy transferirla a sus hijos. Eso crea otra brecha,
la que hay en el seno de los “millennials”.
Desde luego, eso es algo
que se siente muy agudamente en la ciudad de Nueva York, con todos esos niños
subvencionados. Pero cuando se trata de enfrentarse a la desigualdad, se
muestra usted escéptico respecto a que las políticas redistributivas, como un
impuesto sobre la renta más progresivo, puedan afectar mucho a la desigualdad.
Mi impresión es que la disposición de la gente a
pagar más impuestos — aunque sean menos que los que estaban acostumbrados a
pagar — ha llegado a un límite. Podría deberse a que la impresión hoy en día es
que el gobierno es ineficiente.
Los ricos podrían coger
su capital y llevárselo a otro lado.
Las personas de alta cualificación que ganan mucho
dinero pueden trabajar en Londres o Singapur. Hay un límite objetivo al volumen
de redistribución que podemos llevar a cabo.
Tanto Trump como Sanders
han denunciado los acuerdos comerciales y se han comprometido a proteger a los
trabajadores norteamericanos. ¿Es posible o incluso deseable revertir la
globalización? ¿Se podría volver a traer aquí las fábricas, con políticas
proteccionistas?
Se puede revertir cualquier fuerza. Puedes intentar
que la OCDE [Organización para la Cooperación y Desarrollo] vaya contra
las reglas de la Organización Mundial de Comercio y levante nuevas murallas.
Pero no creo que sea probable y no creo que sea deseable. El problema es que
estas fuerzas tienen perdedores y ganadores en todos los aspectos. No es
verdaderamente posible creer que pueden estar todos entre los ganadores.
¿Forma parte de la
solución gestionar mejor la transición para los perdedores?
En los países ricos, el “establishment” se ha
olvidado de que de que hay que prestar atención a los perdedores. El enfoque
consistía en que “si a nosotros nos va estupendamente, algo se irá filtrando a
los demás, deberían tener paciencia que al final las cosas irán bien”. Hay que
prestarle mayor atención a eso.
¿Qué quiere decir eso? Quiere decir un mayor
salario mínimo, que ya sabemos que reduce la pobreza y reducía la desigualdad.
Y reciclarse. La educación es más importante a largo plazo; reciclarse es
importante ahora..
Sanders quiere que
impulsemos un enfoque más nórdico.
Lo comprendo muy bien, [pero] pero tengo algunas
dudas cuando habla del modelo nórdico. Hay un problema evidente: los EE.UU. no
se asemejan a los países de los que estamos hablando. [Pero también es que] los
grandes estados del Bienestar a la vieja usanza, de los que los escandinavos
son el ejemplo más espectacular, sufren una enorme presión debido a la
globalización y también a las migraciones. No hablo ya de lo que está pasando
con los refugiados sirios, porque podría tratarse de un acontecimiento único
que se debe a la guerra civil, sino [de los inmigrantes} de Europa Oriental y
África. Aunque se muestre que los inmigrantes no recurren de manera
desproporcionada a las prestaciones de esos sistemas de Bienestar, la impresión
de que están explotando realmente el sistema es muy fuerte.
Mientras tanto, en el
Reino Unido hay de verdad un cargo que es el de “zar de la movilidad".
Me parece que aquí la gente lo ridiculizaría como
una broma burocrática.
En su libro sostiene que
la desigualdad probablemente no ha alcanzado su cénit todavía en los Estados
Unidos. ¿Qué es lo que sigue empujándola hacia arriba?
Es una tormenta perfecta. En primer lugar, hay una
concentración muy elevada de ingresos del capital [retornos de activos como
acciones o propiedades]. Eso va a continuar [sobre todo considerando que] ha
ido aumentando la parte de la renta total que va al capital comparada con la
que va al trabajo.
En segundo lugar, cada vez hay más gente rica en el
1% más alto, tanto en términos del capital del que reciben rentas como también de su trabajo. Es algo
muy reciente. No tenemos eso tan anticuado de capitalistas y trabajadores. Hoy
la gente más rica dispone de los dos tipos de ingresos. Hace que la desigualdad
sea mayor a la vez que le da un aspecto más meritocrático. Eso dificulta las
medidas políticas [para reducirla].
El tercer elemento es la homogamia: que la gente se
case con otras personas con un nivel semejante de ingresos. Esto es
consecuencia de que las mujeres tienen mucha mejor formación.
El cuarto es el funcionamiento del sistema político
norteamericano. Ahora ha quedado ya mucho más claro que el dinero está jugando
un papel muy importante. Creo que en el pasado acaso la gente tenía el mito de
la “democracia participativa”…Vemos ahora que se trata verdaderamente mucho más
de un dólar-un voto que de una persona-un voto.
Aun así, prevé usted que
en cierto momento, la desigualdad norteamerica “entrará en un ciclo de caída”.
¿Cuáles son las fuerzas que en última instancia
harán que esto remita?
La primera, que es la que estamos presenciando
ahora, es el contragolpe político.
La segunda es la llamada “disipación de las
rentas”. [Nota: Las rentas, en
el sentido económico es un fallo del mercado. Se utiliza a menudo para dar a
entender ingresos inmerecidos o beneficios excesivos respecto a lo que
permitiría un mercado perfecto de oferta y demanda. La “búsqueda de rentas” —
anatema para los entusiastas del libre mercado — puede producirse cuando una
empresa intenta obtener un monopolio o beneficios gracias al cabildeo]. Si la
revolución tecnológica ha llevado a todos estas nuevas rentas, gradualmente, a
medida vayan extinguiéndose las patentes o este progreso tecnológico, se
disiparán estas rentas. La gente que está recibiendo elevadas rentas empezaría
a perderlas y eso reduciría la desigualdad.
Con las subidas en los salarios de la escala alta
de los que tienen mucha formación, hay un incentivo para substituir a esos
trabajadores, de modo que podríamos asistir a un cambio tecnológico que hasta
ahora ha ido reemplazando a trabajadores con menos formación, que empiece a
reemplazar las tareas desempeñadas por personas altamente cualificadas, porque
salen demasiado caras.
Esto no suena
terriblemente positivo.
Cuando se echa un vistazo atrás en la Historia,
hasta el siglo XV, se ve cómo la desigualdad aumenta y disminuye. Eso me lleva
a ser un tanto optimista en el sentido de que la desigualdad tiene un
límite natural. No puede sencillamente — en sociedades ricas, en sociedades
democráticas — seguir aumentando perennemente.
Branko Milanovic es
un economista serbio-norteamericano. Especialista desarrollo y desigualdades,
es profesor visitante en el Graduate Center de la City University of New York
(CUNY), así como investigador titular en el Luxembourg Income Study (LIS).
Anteriormente, fue economista jefe en el Departamento de Investigación del
Banco Mundial.
Milanovick , ese empilche que llevas no concuerda con tu cuna o mas bien tus comentarios no reflejan tus credenciales.
ResponderEliminarReducir la lucha de clases a una disputa entre Baby boomers y Milenium kids es absurdo e incorrecto pues hay billones de baby boomers en pelotas , desplazados a la pobreza por maniobras monopolistas y fraudulentas amparadas por gobiernos que lo fomentan.
Baby boomers que trabajaron muy duro , que estudiaron que llegaron a algo y los derribaron. Tambien hay milenium kids que la pegaron por estar en el lugar justo solo una miniminoria de aquellos que se beneficiaron con innovaciones informáticas .
La concentración de riqueza no se puede explicar en estos términos , lo que ocurre es un triunfo de la percepción de que se puede acceder a ese 1% mas rico mediante el apoyo político de fuerzas políticas que garantizan el alejamiento de las posibilidades de ese logro. Digamos Fuerzas políticas que favorecen concesiones impositivas, financieras o de concentración de capitales para destruir competencia .
La guerra es contra todos y se trata de erosionar cada condición o beneficio laboral, cada posibilidad de mejora salarial, cada beneficio social, de salud y educación para todas las generaciones con el discurso de que bajando los impuestos se genera trabajo y se mejora la economía y el trabajo
La guerra es entre los países ricos y los países pobres , entre los ricos de los países ricos y los pobres de los países ricos , entre los ricos de los países pobres y los pobres de los países pobres y finalmente y mas tristemente entre los medios pobres y los pobres medios depende de quien se crea rico
Milanovick se la llevo a Marzo