Es tiempo de lucha político estratégica, no de resistencia - Ensayo - por Gabriel Merino, CEFIPES. Publicado en el blog Centro de Estudios Juan José Hernández Arregui
IMPECABLE ANÁLISIS PUBLICADO EN EL BLOG DEL CENTRO DE ESTUDIOS JUAN JOSÉ HERNÁNDEZ ARREGUI, ME PARECE MUY IMPORTANTE DETENERNOS EN SU LECTURA. AGRADEZCO A ANTONIO DIEZ EL MAYOLERO HABERLO PUBLICADO EN SU FACE LO QUE ME PERMITIÓ BAJARLO Y COLGARLO EN NOS DISPARAN...
Centro de Estudios Juan José Hernández Arregui
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Es tiempo de
lucha político estratégica, no de resistencia
Ejes para un análisis de situación nacional después del balotaje.
10 de diciembre de 2015
Por Gabriel Merino, CEFIPES
1- En el
periódico londinense Financial Times, referencia fundamental del pensamiento
neoliberal y usina estratégica de los intereses financieros globales
angloamericanos (HSBC, Barclays, Lloyds, Citigroup, Shell, etc.), puede leerse
en su nota editorial sobre las elecciones presidenciales: “Poner fin a más de
un siglo de desmanejo económico en uno de los Estados más disfuncionales de
Latinoamérica es una gigantesca tarea. El presidente electo Mauricio Macri
tendrá que deshacerse del populismo que deja como legado el peronismo, en medio
de una economía castigada por la caída de los precios de los commodities y
aislada por un agresivo juicio con los holdouts.” En el periódico
norteamericano The Wall Street Journal, referencia fundamental del pensamiento
liberal-conservador, neoconservador y usina estratégica de la fracción
financiera americana (JP Morgan, Bank of America, Exxon Mobil, etc.), puede
leerse respecto a las elecciones en su nota titulada “Resucitando a Argentina”:
es una “rara y buena noticia para la libertad mundial”. También en dicha nota
se repasa la agenda neoconservadora: arreglar con los buitres bajo sus términos
(“hay que cumplir los contratos”), avanzar con el caso Nisman de acuerdo a las
interpretaciones del mismo y, en una muestra de completa ignorancia (quizás
intencional) de lo ocurrido con la estatización de YPF dice que “si el Sr.
Macri quiere que los inversores vuelvan a desarrollar las enormes reservas de
petróleo del país, un lugar para empezar sería revisar el robo a Repsol”. (El tema
ya fue arreglado y los españoles quedaron por demás conformes con el pago, que
también recibió el JP Morgan uno de los principales accionistas de Repsol). En
tanto la embajada estadounidense en la Argentina afirmó con respecto al
resultado del balotaje: “Antes de las elecciones estábamos muy optimistas por
el cambio que estaba por venir y qué razón teníamos.” Se pueden sumar un
sinnúmero de posicionamientos y editoriales, pero sin dudas por su envergadura
estos son muy significativos en cuanto a observar quienes ganaron en el
balotaje.
2- Este proceso
de avance del poder financiero angloamericano y de “Occidente” es regional (ver
“El mundo después de Ucrania; nueva fase de la crisis global”). Se vive una
situación de reflujo que comienza en 2012 y que se debe tanto a factores
externos como a debilidades y problemas internos (cuellos de botella) de
Argentina y América Latina. En cuanto a los de escala mundial, lo central es
ver que a partir del 2011-2012 se desarrolla una fuerte ofensiva de los bloques
de poder centrales (representados en Estados Unidos, Inglaterra y la OTAN)
contra los bloques de poder emergentes (Rusia, China, Irán, América latina). La
ofensiva sobre la región cobra la forma de la
Alianza Pacífico , integrada en principio por Chile, Perú,
Colombia y México. Ello busca partir la UNASUR y la CELAC, debilitando el
avance del MERCOSUR y el ALBA inspirados en una concepción de regionalismo
autónomo. La unidad “anti-populista” de las dos fracciones de la interna de
Estados Unidos (y del conjunto de la angloesfera) es fundamental para entender
este cambio en la
región. Más allá
de sus profundas diferencias, ambos bloques, neoliberales y neoconservadores,
“globalistas” y “americanistas” acordaron avanzar en conjunto contra los
“populismos”, neodesarrollismos, socialismos y todos los proyectos que
converjan en la construcción del bloque de poder regional en América Latina y
el Caribe. Junto con ello, se da a partir del 2014 una profunda baja en el
precio de los commodities que golpea particularmente a la región, viéndose
afectados los ingresos de las exportaciones. Ello socava las bases de
legitimidad y apoyo de los gobiernos nacionales-populares, que tienen
dificultades para legitimarse mayoritariamente cuando no pueden garantizar
expansión del consumo, y además generan un terreno propicio para las maniobras
económicas del gran capital concentrado.
3- ¿Quiénes son
los que ganan? La
Alianza Cambiemos expresa
fundamentalmente la herramienta política del Foro de Convergencia Empresarial,
cuyos actores más importantes conforman el denominado “círculo rojo” del poder
en argentina, es decir, las fracciones de capital dominante de la estructura
económica y los cuadros y organizaciones políticas e intelectuales de las
clases dominantes. Significa, por lo tanto, reconstitución política del Bloque
Financiero dominante en el país entre 1976 y 2001 (se define como bloque
financiero por criterios expositivos ya que resume una caracterización. No se
pretende referir meramente a una cuestión económica sino que hace a un proyecto
estratégico de ciertos grupos de poder económico, político e ideológico. Dicha
caracterización tiene la virtud de identificar claramente qué grupos de poder
expresan fundamentalmente el instrumento PRO y la
Alianza Cambiemos ).
El Bloque Financiero
se resquebraja a partir de 1999 cuando un sector de los Grupos Económicos
locales y de la burguesía local nucleada en la
Unión Industrial Argentina , la
Cámara Argentina de
la Construcción y Confederaciones Rurales Argentinas conforman el Grupo Productivo
contra “los bancos, las privatizadas y los hipermercados” dominados por las
fracciones de capital extranjero. Ello se articula y converge con el
PJ-Duhalde, la UCR-Alfonsín y el Frepaso para conformar el Movimiento
Productivo Argentino, acompañado por la pastoral social de la
Iglesia Católica y
gran parte del episcopado y el Grupo Clarín.
Sin embargo,
actualmente no todo el Bloque Financiero se recompone, ya que gran parte de la
burguesía local, de la estructura de la
Iglesia Católica alineada
con Francisco, de los cuadros neodesarrollistas, del PJ-disidente y del
conservadurismo popular juegan en el armado político opuesto a la
Alianza Cambiemos. Incluso ello
se observa en el apoyo a Scioli o en la posición contraria a la
Alianza Cambiemos por
parte de un sector importante del massismo como Lavagna, Peirano, de
Mendiguren, Felipe Solá y Duhalde.
En línea con lo
planteado, el gabinete está dominado fundamentalmente por neoliberales,
neoconservadores y neodesarrollistas conservadores: el (ex) JP Morgan (Prat
Gay) conducirá la economía, el (ex) Shell energía (Aranguren), el (ex) HSBC en
Producción (Cabrera), el dolarizador y ferviente defensor del ALCA al principal
banco del país el Banco Nación (Melconian), el monetarismo neoliberal con
matices al Banco Central (Sturzenegger), los terratenientes de CRA a
Agricultura (Buryaile), la CEO de la empresa extranjera General Motors (Isela
Constantini) va a conducir Aerolíneas Argentinas, el sionismo duro
neoconservador (Bergman) a Medio Ambiente (quizás porque era lo más cercano al
término Medio Oriente) y a Derechos Humanos (Avruj, hombre del banquero Beraja
de la DAIA, quien está siendo juzgado por encubrimiento a los atentados de la
Amia). Los herederos del apellido de "estirpe" de la oligarquía
porteña a educación y seguridad (Bullrich), la gerencia de IBM y Telecom con
previo paso como jefa de gabinete de la secretaría de Naciones Unidas a
Cancillería (Malcorra). El productor de Animales Sueltos e hijo del empresario
mediático Carlos Ávila fue propuesto a la Secretaría de Políticas
Universitarias, pero tuvieron que dar marcha atrás por el rechazo del sector. A
la secretaría de Comercio iría Miguel Braun, el sobrino de Guillermo Braun,
dueño de la cadena de supermercados La Anónima y vicepresidente de la Asociación
de Supermercados Unidos (es decir que los mismos que ponen los precios, el
oligopolio de los hipermercados, asumirán la administración del control de
precios). La
Unión Industrial Argentina ubicará
a uno de sus directores ejecutivos Martín Etchegoyen en la secretaría de
Industria dependiente del ministerio de Producción (algo le tenían que dar…).
Como para completar el cuadro, aunque saliéndonos de la órbita nacional,
podemos observar que Leonardo Sarquis ex gerente de la multinacional
estadounidense Monsanto estará al frente de la secretaría de Asuntos Agrarios
de la provincia de Buenos Aires.
Más que el
gobierno de los CEOs, es el gobierno del capital financiero transnacional,
multinacional y de los Grupos Económicos Locales concentrados a través de sus
gerentes, donde convergen cuadros de la derecha conservadora sionista y
católica además de las fundaciones y think tank que forman parte de dicho
entramado junto con las principales cámaras empresariales. Es decir, de los
mismos cuadros estratégicos que administran el estado privado del gran capital
y ahora pasarán a la administración pública del estado. La misma
característica, el mismo discurso y similar programa tenía el ministro de
economía del golpe de 1976 Martínez de Hoz, quien sentó las bases fundamentales
del modelo de acumulación por valorización financiera destruyendo el modelo de
sustitución de importaciones: era asesor del Chase Manhattan Bank de
Rockefeller (ahora parte del JP Morgan), director de la siderúrgica local
Acindar (oligarquía diversificada) y miembro prominente de la
Sociedad Rural Argentina que
nuclea a los mayores terratenientes del país.
4- El dispositivo
partidario electoral del Bloque Financiero funcionó. El partido de promoción de
candidatos como lo definiera el sociólogo alemán Max Weber, logró llevarse un
resultado. Obviamente esta forma de partido que sustituye al partido ideológico
de masas constituido está perfeccionado y aggiornado. Al igual que describe
Weber, en él no se discute programa ni ideología (que no se discuta no quiere
decir que no se alinee con una visión ideológica pero esta se naturaliza como
si no fuera particular) y se dice lo que el público-cliente quiere escuchar
para que éste compre el producto. Lo fundamental es el marketing como técnica
político comercial para la venta de un producto electoral. La estructura de
este partido es dual y sustituye a la estructura del partido ideológico de
masas. El partido ideológico de masas se compone de dirigentes (cuadros
formados en la militancia), militantes, afiliados o adherentes movilizados en
pos de un programa, de un conjunto de ideas fuerza e impregnados por una visión
estratégica. En el partido de promoción de candidatos la estructura dual es:
por un lado el candidato, los medios de formación de opinión como mediación en
lugar de la militancia y la audiencia; por el otro, los cuadros estratégicos
(provenientes de empresas, fundaciones, etc.), los punteros o juntadores de
votos sin ninguna ligazón a un programa de estado y visión estratégica, y el
cliente (ya sea de barrios populares o de clase “media”). Este partido en su
versión posmoderna, con mucha composición de ONGs, tiene la tremenda capacidad
a nivel global de legitimar y ganar elecciones para aplicar proyectos
profundamente excluyentes, propios del capitalismo salvaje del siglo XXI. La
espectacularidad de la política, la ilusión de la democracia a través de la
participación a partir de los medios masivos de formación de opinión (como
audiencia pasiva) y los significantes vacíos que prenden como marcas en la
sociedad son rasgos fundamentales de este dispositivo político. Pero, hay que
aclarar, ello funciona y resulta exitoso fundamentalmente cuando se debilita la
militancia, se agudizan las divisiones en el campo nacional-popular y deja de
haber un programa profundizador como analizaremos más adelante.
5- El triunfo
electoral del Bloque financiero, no implica un cierre del ciclo histórico
nacional-latinoamericano iniciado a comienzos del siglo XXI. Lo que cierra es
el ciclo de un gobierno, en una etapa de reflujo regional para las fuerzas
nacionales populares. El resultado del domingo 22 de noviembre no es una
derrota estratégica para el pueblo como lo fue en otros momentos históricos: en
los golpes de 1930, 1955, 1976 y 1989 (golpe económico hiperinflacionario). La
derrota no significa un retroceso definitivo para el proyecto nacional popular,
que recién en 20 o 30 años se va a poder reconstruir. Incluso el ajustado
triunfo del PRO hace que el golpe táctico sea muy ajustado, por sólo 2,8%, que
en realidad es 1,4%, ya que por el tipo de elección los votos que suma a uno lo
resta el otro casi en su totalidad. Este estrecho margen se reflejó el lunes 23
de noviembre en la bolsa de valores con una profunda caída y la preocupación de
muchos sectores, ya que el “círculo rojo” esperaba una diferencia más amplia a
favor de Macri. Es fundamental entender qué significa el resultado electoral
del balotaje ya que la desmoralización es un elemento central de la estrategia
del Bloque Financiero que pretende construir el relato del “fin del populismo”
y desplazar del terreno político a las fuerzas nacionales y populares.
6- La oportunidad
histórica sigue abierta. Hay tres elementos fundamentales que así lo indican:
a) La situación
de multipolaridad, lucha entre bloques de poder y crisis del orden mundial. Los
cierres de ciclo coinciden aproximadamente con los procesos de re-construcción
del Orden Mundial y cierre (al menos momentáneo, un nuevo equilibrio) de la transición
histórica. En dichos cierres, los ganadores presionan para recuperar sus
territorios de influencia (como Estados Unidos y el polo angloamericano lo hizo
en América Latina a partir de 1953 cuando finaliza la guerra de Corea o a fines
de los 80’ con la caída del
Muro de Berlín cuando las fuerzas angloamericanas del capitalismo neoliberal
devinieron en hegemónicas). Mientras se mantenga la crisis mundial y la lucha
entre bloques de poder para definir el nuevo orden en ciernes, los pueblos
cuentan con una grieta estratégica para avanzar en función de sus proyectos de
autonomía.
b) La alianza de
fuerzas que hoy conduce el Vaticano (la
Iglesia Católica ) es favorable a los “intereses” populares y
al proceso de integración regional autónomo. Ello se ve en la consigna de las
tres T (Techo, Tierra y Trabajo), en las encíclicas que apuntan contra el
capitalismo salvaje, el consumismo y el dios dinero, en los posicionamientos
geopolíticos del Vaticano y en las alianzas e intervenciones políticas que se
impulsan en América Latina y el Caribe, entre otras cuestiones. Por el
contrario, en los procesos de cierre de ciclo histórico la cúpula eclesiástica
tiende a formar parte del bloque conservador reaccionario como en 1976, y juega
a disciplinar a las líneas populares, reformistas, revolucionarias y
“progresistas” en su interior.
c) El nivel de
conciencia y organización popular alcanzado en esta etapa. Claramente, la
Alianza Cambiemos tuvo
que conceder en términos ideológicos a bajarse de parte de su programa y
aceptar que va a continuar con gran parte de las conquistas populares en estos
años, por lo menos hasta que se produzca un nuevo cambio en las relaciones de
fuerzas. Tuvo que aceptar continuar con la administración estatal de YPF,
Aerolíneas y el Sistema Previsional, continuar con lo hecho en Ciencia y
Tecnología y Educación Superior, y continuar con los programas sociales de
inclusión. Todo ello a pesar de haberlos votado en contra en el congreso
nacional, de haberse opuesto sistemáticamente a dichas políticas y de que sus
cuadros fundamentales tengan una visión opuesta a dichas políticas.
7- Otro elemento
central que sería parte de este tercer punto (nivel de conciencia y
organización popular) es la reacción popular militante luego del resultado del
25 de octubre. Sin dudas la militancia de base, las organizaciones populares de
un amplísimo espectro y de todos los colores, ya sean kirchneristas o no, las
personas que se sintieron movilizadas ante la posibilidad del triunfo de la
Alianza Cambiemos se
hicieron cargo de la
campaña. La pelea
del pueblo permitió dar vuelta un resultado que podría haber sido catastrófico
y casi posibilita un triunfo electoral de Scioli, quien a medida que
transcurrían los días previos al balotaje se fue consolidando discursiva y
políticamente como el candidato del gran frente nacional-popular. Incluso se
puede especular que con unos días más de campaña el resultado bien podría haber
sido otro. La pelea popular, carente de recursos y poco organizada pero
desbordante de voluntad, se sobrepuso a divisiones y peleas superestructurales,
especulaciones, apuestas en contra y demás mezquindades dirigenciales (hoy más
en crisis que nunca). Trabajadores, estudiantes, docentes, científicos,
profesionales, cooperativistas, campesinos, pequeños empresarios y los más
humildes salieron a dar pelea frente por frente, a hablar con sus propios
amigos, compañeros o vecinos, entendiendo que la discusión no era entre
kirchnerismo y anti-kirchnerismo, oficialismo y oposición, sino que se trataban
de dos visiones enfrentadas de país, dos proyectos en pugna, uno de los cuales
era más favorable a los intereses populares. Muchos dejaron de lado enojos y
contradicciones secundarias para pelear por su futuro. Esta reacción popular es
el gran indicador de que no entramos a una etapa de pura resistencia en un fin
de ciclo estratégico, ya que cuando eso sucede los pueblos no luchan, se
entregan desmoralizados, como ocurrió después del golpe financiero
hiperinflacionario de 1988-1989 (más allá de que puedan producirse reacciones y
luchas aisladas). Dicho nivel de lucha popular se encuentra en el nivel
político, en las luchas hegemónicas del Estado, no en un momento gremial propio
de la resistencia.
8- Las
correlaciones de fuerzas en el plano de las ideas. Aunque los indicadores sean
difusos, podemos decir con toda claridad que no vamos a una re-construcción
inmediata de la hegemonía del bloque financiero bajo conducción neoliberal o
neoconservadora. En primer lugar, porque en el mundo ese proyecto y ese polo de
poder está en crisis (No estamos en pleno Consenso de Washington sino en medio
de una transición histórica del orden mundial). En segundo lugar porque
internamente hay un empate de fuerzas y el bloque financiero no puede
legitimar-consensuar su programa (por lo menos por el momento). En tercer
lugar, porque si bien lograron consolidar una fuerza para ganar la elección,
adentro hay muchas líneas con políticas y visiones que difieren y pueden entrar
en contradicción rápidamente (ya se resquebrajó la Alianza al no darle a Sanz
el lugar de Jefe de gabinete, algo que afectó al radicalismo y su jugada en
sintonía con el grupo Techint para consolidarse en el gobierno como el ala
neodesarrollista conservadora bajo formas socialdemócratas. Techint viene
intentando ese camino desde el gobierno de Alfonsín. De esta forma, ya queda
afectada la estrategia de Nosiglia. Por otro lado, fue atroz el ninguneo al
radicalismo al darle la Secretaría de Políticas universitarias a Ávila, el
productor del programa televisivo Animales Sueltos y no al centenario partido
con tradicional base universitaria y cuadros académicos. Además, pareció una
provocación bajo formas burlescas hacia el conjunto del sistema nacional de
educación superior. La reacción de dicho sector obligó a realizar una marcha
atrás.
9- Las
correlaciones de fuerza en el plano institucional tampoco brindan una situación
de hegemonía al bloque financiero. Y en este sentido, el Congreso de la Nación,
tanto en diputados como en senadores, es donde éste posee una situación
adversa. La foto después de las elecciones es la siguiente: 117 diputados del
FPV/PJ y aliados, 50 de la UCR y la CC, 41 del PRO, 37 PJ disidente, 9 PS/GEN,
4 Izquierda; mientras que en el Senado la mayoría abrumadora es del FPV/PJ y
aliados con 42, UCR/CC 11, el PJ disidente 10, PRO 4, PS/GEN 2, otros 3. La
Alianza Cambiemos suma
sólo 91 diputados (de un total de 257) y 15 senadores (de un total de 72) por
el momento. Además de no contar con la primera minoría en diputados, la
Alianza Cambiemos contiene
dos sectores fundamentales (PRO-UCR) que no constituyen un bloque homogéneo. Si
bien la presión a cambio de recursos autorizados por el poder ejecutivo puede
ser una vía típica para contrarrestar dicha situación para el bloque
financiero. Por otra parte, para poder llevar adelante sus iniciativas
estratégicas deberá, en estas condiciones, poner en crisis uno de sus ejes de
construcción hegemónica: el supuesto republicanismo. Supuesto en tanto el
Bloque Financiero no dudó en pasar por alto las instituciones o destruir lo
público para disputar la conducción del estado. Pero el PRO pretende constituir
una derecha republicana y democrática por primera vez en la historia, lo cual
puede entrar en crisis por las exigencias estratégicas del Bloque Financiero.
10- Hay que
alertar con la posibilidad de una corrida (golpe) financiero antes del 10 de
diciembre o, en su defecto, en los primeros meses de gobierno. El objetivo
sería producir una devaluación antes de la asunción de Macri o apenas asuma
para que este no pague todo el costo de la devaluación y el ajuste. Y sobre
todo, lo que van a querer producir es un profundo golpe económico para cambiar
las relaciones de fuerzas en el estado a su favor y desequilibrar el empate
hegemónico. Saben, sin embargo, por experiencia histórica, que dichas maniobras
pueden resultar un boomerang, especialmente en las condiciones políticas
actuales.
11- Otra de las
formas para desequilibrar las relaciones de fuerzas a favor del Bloque
Financiero es el intento de generar una provocación hacia las fuerzas populares
o hacia un sector de ellas. Una acción desmedida, apelando a la violencia,
puede ser justificativo para la deslegitimación de las fuerzas nacionales y
populares, su pérdida de fuerza moral y el justificativo para dar un giro represivo
que apunte a desarticular la capacidad de lucha social y política de las
fuerzas populares. También, dentro de estos posibles escenarios, puede suceder
algún acto “terrorista” que profundice la articulación con las fuerzas armadas
y las fuerzas de defensa norteamericana, justifique la alineación drástica de
nuestro país con el polo de poder angloamericano y las fuerzas del capitalismo
financiero global (lo que también llaman “Occidente”), y que sirva como
justificativo para perseguir organizaciones populares como se hace en otros
países de Nuestra América.
12- Lo
fundamental que se pierde al quedar el ejecutivo en manos del Bloque Financiero
es la imposibilidad de que la iniciativa estratégica popular se traduzca en
políticas de gobierno, en decisiones del sistema institucional que modifican la
estructura del estado. Ello impide poder avanzar en lo inmediato en las
transformaciones profundas que son necesarias para solucionar en términos
populares los “cuellos de botellas” existentes. El ejemplo típico es YPF en
donde ante la agudización de los problemas de abastecimiento, necesidades
crecientes de importación, desinversión, vaciamiento por parte de Repsol,
disminución estrepitosa de las reservas y calamitosos intentos de introducir a
ciertos representantes de la “burguesía nacional”, finalmente el gobierno de
Cristina Kirchner decidió en 2012 hace lugar a un histórico reclamo popular y
se concretó la nacionalización parcial de la empresa, a partir de la cual
comienzan a revertirse los problemas señalados. Sin embargo, el momento no es
de resistencia en el sentido estricto del concepto (ello deja a los pueblos
fuera de la política) sino de oposición político estratégica frente al Bloque
financiero. Aunque se deban resistir programas de ajuste e intentos de
cercenamiento de derechos conquistados, el momento que se abre es de oposición
político estratégica a la política de gobierno, rearticulación política de las
fuerzas nacionales y desarrollo de propuestas que articulen un programa de
estado para recuperar la
iniciativa. Es decir,
debe mantenerse el debate político, la elaboración de propuestas y la discusión
de un programa profundizador. No es posible re-articular la fuerza política y
retomar la conducción del gobierno desde la pura resistencia. Sin propuestas-programa
que muestren al conjunto del pueblo cómo resolver los problemas que vive y
brinde el por qué luchar no existe ninguna posibilidad de recuperar la
iniciativa y la conducción del gobierno. De mantenerse en la perspectiva de la
resistencia las fuerzas nacionales habrán perdido la lucha antes de librarla y
la situación de empate se tornará en dominio del bloque financiero. Por ello la
imperiosa necesidad de seguir pensando, a su vez, en términos de proyecto
nacional, popular y latinoamericano.
13- El reflujo en
la región y la victoria en Argentina del Bloque Financiero tiene estrecha
relación con no haber resuelto tres cuellos de botella a los que llegamos:
a- El cuello de
botella en la
economía. La economía
extranjerizada, concentrada y primarizada constituye un obstáculo central para
el proyecto nacional y popular. Ello se traduce en: inflación por puja
distributiva (cuando los trabajadores y los más humildes aumentan sus ingresos
el capital concentrado responde con aumento de precios), en informalidad (34%),
problemas de empleo y pobreza ya que debemos producir más valor agregado (más
trabajo, en vez de importar trabajo de afuera), en incapacidad de planificar
nuestra economía nacional en función de nuestras necesidades ya que está en manos
de transnacionales, en divisas (dólares) que se fugan al exterior y en los
problemas de restricción externa (falta de dólares). Dos caminos se presentan
para solucionar este cuello de botella: 1) el del Bloque Financiero: inversión
extranjera, endeudamiento externo y especialización primario-exportadora de
bajo valor agregado que reproducen el problema estructural de la economía; 2)
el del Bloque Nacional-Popular: desarrollo autónomo, con industrias
estratégicas del Estado asociadas a pymes y cooperativas, redes regionales de
valor y desarrollo científico-tecnológico autónomo. No excluye la posibilidad
de inversiones extranjeras pero bajo nuestras condiciones en función de los
intereses nacionales-latinoamericanos.
b- El cuello de
botella en la Integración regional: la fragmentación es la condición de nuestra
dependencia y alienación como pueblos. Existen dos caminos: subordinación a las
fuerzas globales y redes financieras transnacionales, territorio de disputa de
las potencias mundiales y regionalismo dependiente bajo la
Alianza Pacífico ; o “tercera posición”, regionalismo autónomo,
avance hacia el Estado Continental Plurinacional Latinoamericano,
profundización alianza MERCOSUR-ALBA y protagonismo de los pueblos. Petro-Sur,
Banco del Sur e industria para la defensa del Sur. No resolver el problema de
la fragmentación regional en términos estructurales mediante la construcción de
un estado Continental es no resolver realmente el problema de nuestra
independencia, es decir, escapar de nuestra situación periférica y dependiente
que se traduce en superexplotación e injusticia social.
c- En el plano de
las ideas y los valores: ante la crisis civilizatoria que existe hoy en día,
quedan dos caminos. O continuamos la decadencia del capitalismo occidental,
basada en el capitalismo que fomenta el individualismo, consumismo, destrucción
de la naturaleza, explotación humana y la violencia; o construimos nueva
civilización desde una concepción nuestro-americana, desde el sincretismo entre
las tradiciones de los pueblos originarios plasmadas en el Buen Vivir, el
cristianismo popular con su humanismo y solidaridad, las tradiciones
democráticas, comunitarias y populares de los movimientos nacionales y de las
izquierdas latinoamericanas; ese sincretismo de la américa mestiza que contiene
la tradición ibérica, afro, indígena y del occidente moderno que nutrieron las
migraciones tardías y contribuyeron al mundo de las ideas revolucionarias.
El dilema es si
somos “Occidente” o somos “Latinoamérica”, que sin negar la influencia
occidental significa la construcción de una identidad propia y una empresa
civilizatoria que escape a la decadencia actual y constituya la base sobre la
cual construir otro proyecto de sociedad más humano. Sin este avance profundo
no es posible una transformación que vaya más allá de lo conquistado. No
podemos legitimar procesos políticos meramente por el crecimiento económico y
la posibilidad de ciertos sectores de cambiar el auto todos los años.
Este es el mismo
dilema que en el siglo XIX los “occidentalistas” y neocolonialistas de entonces
formularon bajo la forma “civilización” (Europa y Estados Unidos, capital
extranjero, libre comercio, cultura occidental) o “barbarie” (Nuestra América,
criollos y américa morena, pueblos originarios, afrodescendientes, tradiciones
latinoamericanas, desarrollo autónomo, proteccionismo). Martí, desde la
perspectiva de Nuestra América, explicó frente a dicho dilema que la verdadera
contradicción nos es entre la civilización y la barbarie sino entre la falsa
erudición de los que copian moldes de afuera y rechazan lo autóctono, y la
“naturaleza” real y creadora de nuestro suelo americano. No por casualidad el
diario Clarín en su editorial del mismo día de las elecciones generales del 25
de octubre de 2015 reclama ya en su título “Y si volvemos a Occidente”. Allí,
en un ejercicio de eurocentrismo, racismo y negación de los pueblos nuestro
americanos afirma a los cuatro vientos “somos occidente”, esa es nuestra cultura.
Y ello es lo que se juega en estos tiempos: “Occidente” y el capitalismo
financiero global se devora el mundo para superar su crisis y construir un
nuevo orden mundial, imponiendo sus pautas culturales fundamentales tamizadas
por el multiculturalismo globalizador, o construimos nueva civilización. Por
otro lado no hay muchas opciones reales: si la pauta de consumismo frenético
estadounidense se esparciera por toda la población mundial necesitaríamos cinco
planetas tierra para subsistir.
En base a esta discusión
el Papa Francisco es atacado directa o indirectamente por la intelectualidad
occidental. Un claro ejemplo de ello es el artículo de La Nación del 10 de
julio de 2015, escrito por Loris Zanatta profesor de historia de la Universidad
de Bolonia, que se titula “Un papa propenso a abrazar las raíces del populismo
latinoamericano”. Allí se encadena bajo una opinión profundamente negativa y
despectiva, el catolicismo, el populismo y la discusión civilizatoria en tanto
la religión está en la base de las civilizaciones y, por lo tanto, de cualquier
proyecto político. Por ello, una vez establecido el vínculo profundo que existe
entre líderes populistas, religiosidad latinoamericana, la apuesta de Francisco
y la cuestión civilizatoria, el autor observa: “En ese sentido, Francisco tiene
enemigos: para Jorge Bergoglio, eran "la racionalidad iluminista" y
las clases medias de América latina, enfermas de "mentalidad
colonial", laicas, consumistas. Y tiene preferencias: "Los
movimientos populares de signo nacional", vehículos de la cultura
católica. ¿La política, la Constitución, la democracia, el Estado de Derecho?
Muy bien. Pero antes está la "cultura", sobre la cual deben
inspirarse las instituciones políticas para conservar su legitimidad.” Y
finalmente advierte: “¿Habrá entendido la Iglesia el drama del populismo, el
grado de destrucción institucional, de descalabro económico, de división social
e ideológica causados en nombre del monopolio sobre "lo popular"? ¿O
repetirá el error pensando que ha sido un éxito?”.
14- Al no
resolver dichos cuellos de botella se vuelven en contra. De ahí la cuestión de
que si no se profundiza se retrocede. De hecho, como se viene observando no se
dio la profundización esperada a partir del triunfo del 2011 por el 54%.
Algunas de las medidas centrales que se debatían para profundizar el proyecto
eran: A) ley de participación de los trabajadores en las ganancias de las
grandes empresas (que permite controlar inflación a partir del conocimiento
obrero de la estructura de costos y participar en las decisiones de inversión);
B) recuperar el control estatal del Banco Hipotecario para el desarrollo de un
programa de viviendas que complemente y amplíe el PROCREAR; C) ley de servicios
financieros (en sustitución de la Ley de Entidades Financieras de la
dictadura); D) estatización de YPF; E) ley de tierras, para garantizar el
acceso a la tierra a todo ciudadano del pueblo argentino; F) ley de
responsabilidad solidaria, para que las empresas principales sean
solidariamente responsables de las tercerizadas, respetándose los derechos de
los trabajadores y de esta forma evitar que las empresas utilicen la
tercerización como una forma más de precarización laboral; G) ley de educación
superior, para sustituir la ley neoliberal todavía vigente y única ley
educativa que no se sustituyó en estos años; H) profundizar la recuperación de
las industrias estratégicas de Estado y el plan industrial para la
independencia económica; I) profundizar la integración regional desde los
pueblos (Banco del SUR, Fondo del Sur, Moneda del Sur, Petro SUR, Industria
para la Defensa del Sur, potenciación de TeleSur, Universidad del Sur, etc.);
J) reforma tributaria para avanzar hacia un sistema progresivo; K)
nacionalización del comercio exterior. De los puntos mencionados, a los cuales
podríamos agregar algunos más, en pocos se avanzó.
Esta discusión se
planteó a fines del 2011 bajo la forma sintonía fina o profundización, juventud
o alianza social y unidad estratégica, Boudou o Recalde en la
vice-presidencia. La misma
agudiza las contradicciones al interior de la alianza social en función de
gobierno, por un lado, y en el esquema de poder, por otro. La profundización
del proyecto nacional popular latinoamericano colisiona con el
Neo-desarrollismo, tanto en su fracción neoconservadora como en su fracción
nacional y “neokeynesiana” (aunque dentro de este último sector hay matices y
posiciones divididas). Sin embargo, al no avanzar también estos últimos
terminan perdiendo, reaccionando tardíamente ante dicha situación.
Como observamos
en el libro Crisis mundial y encrucijada nacional-latinoamericana (2014): El
freno al proceso de transformación se vislumbra en el freno al programa de la
“profundización”, a lo que se suman medidas que intentan cubrir demandas de los
otros componentes del esquema de poder: ley antiterrorista (a pedido de Obama y
el Bloque financiero Global), intentos por regularizar la situación con los
mercados financieros internacionales, ley de ART a pedido de la UIA,
acercamiento al empresariado para apostar a la inversión y al desarrollo
económico (Chevron, Monsanto, etc., más los grupos económicos locales). A su
vez, se observa que en la puja distributiva comienzan a retroceder los sectores
asalariados y populares, en contraposición al capital concentrado, donde se
destacan ganancias extraordinarias en algunas ramas como los bancos. Ello se
impone por la propia estructura de poder consolidada en la estructura económica
existente. La inflación, acicateada por el gran capital concentrado, actúa como
mecanismo de agudización de los enfrentamientos al interior de la articulación
bajo la forma de alianza social del bloque nacional popular. La restricción
externa, por su parte, por sus consecuencias debilita dicha articulación y
genera una crisis con el gobierno.
15- La división
del frente nacional-popular y la agudización de las contradicciones secundarias
es algo muy visible y analizado ya hace varios años (ver por ejemplo
“Kirchnerismo, contradicción principal y contradicciones secundarias”, marzo
2012). Esta es, sin dudas, otra de las razones centrales de la dificultad para
llevar adelante un programa profundizador y de la derrota electoral de 2013 en
la provincia de Buenos Aires y las presidenciales de 2015. Si hay algo
que los adversarios de las fuerzas nacionales populares tomaron como evidencia
es que la unidad del bloque nacional popular era muy difícil de derrotar. Para
ello provocaron las divisiones. Con total “ingenuidad” y/o por problemas de
concepción estratégica las fuerzas del bloque nacional tomaron dichos ejes de
discusión para dirimir las tensiones internas, haciendo de dichas tensiones
antagonismos e introduciendo la lógica amigo-enemigo en el propio campo
nacional. Ello derivó inevitablemente en una profunda debilidad.
16- En varios
sentidos comenzó a producirse una crisis de representación en el movimiento
nacional debido a varios problemas de concepción: se pasó de la concepción
movimientista y de frente nacional, a la concepción de “orga”. Ello implica que
en vez de propugnar una concepción que busque sintetizar los distintos
componentes del movimiento se impone una organización que lo pretende
representar sin sintetizarlo, en tanto la conducción no brota del proceso de
construcción popular. Además, se verticaliza con extrema rigidez y se instrumentaliza
el proceso de mando con lo pierde que capacidad de conducción (persuasión). La
lógica “arriba-abajo”, negando el ida y vuelta dialéctico de la construcción,
le hace perder sensibilidad y realidad a la
conducción. Por otra
parte cambia el sujeto de la transformación: de la “alianza social” con
centralidad en los trabajadores a la “juventud”, que ahora se esgrime como
sujeto y no como trasvasamiento generacional. Ello parcializa al sujeto que se
pretende construir y se lo desliga de los grupos sociales que se busca
articular-empoderar. Además, la “orga” ya no piensa en términos de frentes para
organizar el movimiento de las mayorías, sino que en vez de organizar mayorías
pretende incorporar elementos a la orga (para que crezca la orga), lo cual además
genera discursos endógenos y militancias superestructurales. Es por ello que se
dificulta bajo esta concepción el entendimiento de lo gremial y lo particular,
que no puede ser anulado en nombre de lo general y lo político sino que debe
ser articulado, ya que sino se pierde la capacidad de trabajar las tensiones en
términos creativos (García Linera), incorporar las demandas particulares en la
política general (construcción de hegemonía), trabajar los frentes desde su
especificidad.
La concepción de
“orga”, por otro lado, compite con otras “orgas” profundizando las divisiones
en el movimiento nacional. Ello es exacerbado cuando al ser una “orga” la que
debe representar al resto más allá de las relaciones de fuerzas de cada frente
y de cada situación particular, lleva adelante la lógica de que lo que no
conduzco lo parto. Por último, para nombrar otro de los problemas estratégicos
a los que lleva esta concepción, la “orga” exacerba la fuerza instrumental en
la conducción (cargos, dinero, etc.) por sobre el desarrollo de fuerza moral y
material, lo que debilita dramáticamente la construcción de poder popular.
Estos son sólo algunos de los problemas para la construcción popular que trae
esta concepción y que debemos debatir, y que no es atribuible meramente a una
sola organización.
17- Después del
balotaje quedan conformados tendencialmente tres espacios políticos del frente
nacional: el neodesarrollismo (con sus matices más o menos conservadores) en
coincidencia con cierto conservadurismo popular, el progresismo, y el
nacionalismo popular Latinoamericano (donde se incluyen sectores de la
izquierda nacional latinoamericanista). Por supuesto, vale aclarar que en la
realidad no hay una clara divisoria entre los tres, sino que entre uno y otro
el pasaje es gradual. Los tres espacios van a debatir la conducción y el
liderazgo del movimiento nacional, van a debatir los ejes de trabajo y el
“programa”, van a debatir el PJ-FPV como instrumento político electoral, van a
debatir la concepción de construcción. Lo central es que se de un proceso de
articulación y unidad contra el Bloque Financiero. En este sentido es central
el accionar del nacionalismo popular latinoamericano, del peronismo, por su
capacidad de realizar dicha re-articulación. Es central debatir pero no hacer
de las “contradicciones secundarias”, de lo que denominamos tensiones al
interior de las fuerzas nacionales-populares, “contradicciones principales”, es
decir antagonismos en términos de amigo-enemigo que profundicen las divisiones.
Ello va a ser estratégico para definir qué bloque de fuerzas conducirá el
estado al final de la presente transición.
18- Es necesario
por último reafirmar la necesidad de pensar en términos de rearticulación del
movimiento nacional y oposición político estratégica al Bloque Financiero. En
tanto el gobierno del Estado es el resultado de una relación de fuerzas, el
gobierno a asumir el 10 deberá expresar esa relación de fuerzas (que es de
empate pero cambio en la iniciativa estratégica) o caerá en una crisis
política. Por ello no va a poder aplicar en términos puros el programa de
gobierno neoliberal, llegando según la circunstancias a distintos compromisos
inestables. En este sentido, no se trata de un momento de resistencia en el
sentido estricto de la palabra, es decir, cuando las fuerzas nacionales
populares se encuentran excluidas de la política, imposibilitadas de dar las
luchas instituyentes, enfrentadas en un plano social y gremial a un bloque
hegemónico.
Es fundamental
debatir la concepción de la militancia y la construcción popular, aprovechando
la tremenda reacción que se dio en los distintos sectores a partir del 25 de
octubre. La rearticulación es posible si se pasa de la fragmentación a la
integración y de la integración al protagonismo. La rearticulación para
recuperar la iniciativa estratégica es posible si se parte de los frentes que
constituye el movimiento nacional (movimiento obrero, movimiento social
barrial, movimiento estudiantil, movimiento de profesionales docentes,
movimiento de trabajadores técnicos y jerárquicos, movimiento campesino y de
pueblos originarios, movimiento de cooperativas, movimiento de pymes,
movimiento de derechos humanos, movimiento de género, etc.) La rearticulación
es posible si el proyecto nacional popular democrático y latinoamericano, con
propuestas y programa, conduce los instrumentos políticos electorales PJ-FPV
entendiendo que su lucha central es contra el Bloque Financiero.
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