Abracé la
militancia kirchnerista hace muchos años, cuando no había kirchnerismo orgánico
en Coronel Dorrego más allá de los números que Cristina exhibía en los comicios
ejecutivos. Sospecho que ese “deber ser” mass media del Pago Chico le impidió a
muchos expresarse políticamente en un territorio sumamente hostil. Hasta el año
2007 el conflicto no formaba parte del paisaje, no existía la estigmatización
ni el odio visceral, uno transitaba por aquellos días esperanzado ya que todo
era mejor que lo vivido. Aún no había coagulado la sangre del 2001, el fin del ciclo neoliberal y la muerte y la
desocupación y el abandono y la exclusión y la pobreza extrema estaban frescos
en el recuerdo de la población. El año 2008 nos pone en un lugar en donde
tenemos que elegir veredas, escoger políticas, proyectos y modelos, y uno no
tuvo dudas aún sabiendo que los días serían tremendamente largos por lo
sufrientes. Y uno distinguía a los pocos kirchneristas que mostraban su
adhesión haciendo un paralelo con el pionero: Su soledad y las flechas en la
espalda. El ocultado laboratorio de informática Carlos Cesar Aiub, nuestro
recordado Manuel, El Coronel, y algún que otro seudónimo que el tiempo ha
logrado borrar. La estigmatización comenzó a tomar formas cruentas y la
exclusión social proponía una sensación pestilente, como si uno fuera portador
de un mal terminal y contagioso. El año 2009 nos colocó en el peor de los
lugares ya que a lo antedicho se sumaba una derrota impensada a manos de una
suerte de alianza antipolítica. A partir de ese momento no exagero si me
permito bocetar un escenario épico. El vamos por todo de Néstor, en Carta
Abierta y al aire libre, fue todo un símbolo. El Mito de Sísifo contemporáneo.
Un enorme esfuerzo para recuperar la agenda política perdida. Y la militancia
puso lo suyo, organizadas en las redes sociales, en los medios, en las calles.
Por un lado nosotros y nuestra doctrina por el otro un odio in crescendo. Que
éramos pagos, corruptos, todo fogoneado por los medios corporativos que como
nunca antes en nuestra historia estaban siendo enfrentados por un gobierno
popular con herramientas políticas. Enumerarlas, por suerte y para nuestro
orgullo, sería extremadamente extenso. El año 2011, ya sin Néstor, se
multiplicaron exponencialmente esos odios y esos egoísmos, y a las 24 horas de
los comicios las corporaciones ya estaban operando contra la voluntad popular.
Ese 54% no importaba, había que aniquilar al kirchnerismo. Las flechas en
nuestras espaldas incrementaban su número, pero así y todo, como Sísifo,
queríamos llegar a la cima con la roca. El año 2013 sufrimos una caída similar
a la del año 2009 pero no tan extrema ya que no se modificó para nada nuestra
base política en el Congreso, de manera que la gobernabilidad estaba asegurada
para los últimos dos años, cosa que la oposición, política y corporativa,
deseaba lacerar. Y el kirchnerismo seguía sin aparecer en Coronel Dorrego. La
orfandad política era notoria y no había forma ni modo de establecer
convocatorias y estrategias políticas orgánicas. El pato que pelar vernáculo
era más fuerte que la convicción. Locales políticos vedados, letargos
conformistas y una ausencia dirigencial comprometida con el proyecto
conformaron la silueta del Frente por la Victoria. Y uno seguía escribiendo y
militando y ensayando ideas y disparando dialéctica desde distintos mangrullos
pero siempre con la misma herramienta política e ideológica. Así nos encuentra
nuestros días. Por suerte hace un par de años las autoridades supieron leer que
a Coronel Dorrego le faltaba kirchnerismo, y con él de forma natural se acercó
la juventud, savia del proyecto, simbiosis necesaria, el kirchnersimo es
sinónimo de juventud y muchos de los que estamos dentro es bueno que
reconozcamos que esa juventud colabora para que nos reconciliemos con la
estructura. De no haber visto tanta juventud no creo que me hubiera acercado a
colaborar. Gracias a ellos mis veintitantos me acompañaron por un rato. Ya es
hora de volver a tener 54, no es justo seguir con el embuste.
Hoy quiero
volver a mis textos, a mis lecturas, a mi vocación literaria. Siempre habrá
alguna apostilla política local a considerar, pero estoy convencido que de
ahora en más la cuestión política depende de la organicidad del Partido
Justicialista y sus dirigentes dentro del Frente por la Victoria. Es la
política la que debe ponerse por delante de la militancia aislada e informal,
para organizarla táctica y estratégicamente, a favor del objetivo. Hasta ahora
fui un espontáneo, desprolijo e indisciplinado francotirador, creo que no
podría ser otra cosa. De alguna manera no me quiero sacar ninguna de las
flechas que tengo en mi espalda, son mi orgullo. No soy orgánico y lo asumo
como un defecto. Lo que me parece mal lo sufro a través de las letras, de
manera que considero no tener opción. Es lo mejor para todos, creo que no
podemos estar en desacuerdo, los que me respetan y valoran me entenderán
perfectamente, y los que me consideran un estorbo, un tipo peligroso, se
sentirán aliviados.
En estos últimos
días mis textos han sido utilizados para una multiplicidad de interpretaciones
antojadizas y malevolentes. Algunos lo hicieron para denostarme, otros para
sacarles provecho. Ninguno hasta ahora ha intentado debatir las
argumentaciones, prefirieron tomar los atajos de la conveniencia, incluso mediante
una lectura equivocada llegaron a conclusiones disparatadas. He vuelto a sentir
un pinchazo más en la espalda y lo que me pareció más doloroso, el mismo estado
se soledad que en aquellos tiempos con Manuel, El Coronel. Por suerte la charla
que tuve ayer por la noche con una persona muy cercana a Hugo Segurola puso las
cosas en el lugar debido, sin intermediarios, sin necesidad de traductores, sin
especulaciones. Por suerte, con esta persona, nos conocemos desde hace muchos
años para dudar de nosotros mismos. Tal acción mancomunada de enorme humanismo
entre dos adversarios políticos circunstanciales no se vio reflejada en el
resto de los actores sociales los cuales prefirieron sacarle provecho agregándole
trampas a algo que era sumamente transparente y leal.
Durante este
tiempo he vivido la fabulosa experiencia de estar adentro o afuera del
colectivo kirchnerista de acuerdo al tenor de mis textos. La palmada y el ceño
fruncido. En lo personal considero que siempre estuve afuera más allá de mis
colaboraciones en Guisasola. Toda la vida fui indisciplinado y eso se potencia
cuando de pensamiento crítico se trata. No debo defraudar a mis lectores ni
puedo abandonar mis convicciones.
El Partido
Justicialista de Coronel Dorrego dentro del Frente por la Victoria volvió a ser
considerado por la sociedad como opción política. Y vaya si me alegra, pero lo
mismo que mencioné con relación a Juntos por Dorrego le cabe. El éxito y el
fracaso son dos embusteros, el problema es cuando comenzamos a creernos sus
mentiras. Con un compañero, acaso con el que mayor diálogo tengo siempre
hablamos de los dos grandes males de la política local, sobre todo de los
opositores: El microclima y el cortoplacismo. Si a estos dos males los
aderezamos con una dialéctica banal y demagógica, fuera de toda racionalidad
crítica, sin el indispensable contenido y continente político, el resultado no
puede ser otro que haber vivido lo que pudo haber sido y no fue.
Los tiempos políticos
que se vienen no son para los espontáneos, para personas que no piden permiso,
para militantes indisciplinados, y está muy bien que así sea y lo entiendo y
corresponde. ¿Pero sabés qué? pasados los días alguien va a preguntarse por qué
Sala, como analista y cuadro político del FPV, no escribe editoriales a favor
de Daniel Scioli. Simple. Porque no puedo mentirme y en consecuencia mentirle al lector. Sin dudas que lo votaré, pero
no lo haré con el mismo entusiasmo y convicción como lo hice en el 2007 y en el
2011, diría que ni cerca. No lo negaré ni seré desmedido en la crítica, para eso la oposición tiene
sus escribas. Pero resulta obvio que buena parte del horizonte del PJ-FPV local
está alineado visceralmente al ex motonauta, de manera que toda voz parcialmente
disonante debe apartarse si es que se desea un triunfo en Octubre. Para
finalizar sigo pensando que “el candidato es el proyecto” fue un excelente
estribillo que para mi tristeza no tuvo su correlato musical.
Bueno, no se puede pretender que nadie, gustosamente, respalde lo que no le gusta; sí, se respeta, se acompaña pero, las dudas están, las razones de esas dudas también están y, que del otro lado solo se vean porquerías es poco consuelo y ninguna. o casi, expectativa de paisajes mejores; en fin, lo único que se me ocurre, de un francotirador a otro, bah!....
ResponderEliminarPero cuesta hacerlo entender.... Saludos
ResponderEliminarRealmente una pena, se puede o no estar de acuerdo contigo, pero le ponías picante a la política de Dorrego. No queda claro si te "mandaron a guardar" (lo cual sería una porquería) o te guardás solo por decisión personal estricta, ya que hace rato se sabe lo de Scioli. De cualquier forma, una pena para la política...
ResponderEliminarTe agradezco pero no te haga los rulos. Nadie me mandó a guardar, tomé la decisión cuando tuve la oportunidad de observar con claridad el absurdo rol que estaba cumpliendo. Si bien lo de Scioli se sabe hace rato, la cosa se potencia luego de la interna. En lo personal hace rato que lo tengo pensado. Deseaba en el Pago un FPV vivo y activo, nuevamente en la consideración. Se logró gracias al trabajo de muchos, cada uno en su rol. Algún granito hemos aportado. Ahora manda la política para dar ese salto cualitativo y cuantitativo que falta. Si hay algo que no es necesario en este momento es un espontáneo. Saludos
EliminarYo creo -al revés- que justamente a la política le hacen bien los espontáneos. Con tanto Macri, Massa y Scioli y verticalismo, los francotiradores son los que ponen los puntos en las íes. Repito: una pena. Pero si es decisión personal, bien tomada está. Saludos.
EliminarEl compañero obliga a pensar dos veces a no pifiarle y eso es una carga pesada en momentos de elecciones. Yo creo que esta bien que se corra. Por el y por el partido. Si bien no tenemos otro cuadro similar los otros tampoco
EliminarAbrazo Gustavo y lo mejor para vos.
ResponderEliminarMuy buena lectura, con la que sentirse identificado también. Muchos me han dicho alguna vez, ponete un blog; ó en discusiones con amigos antik me dicen a modo de chicana, "dedicate a la politica", "dale a ver tanto que defendes"... Y la verdad es que uno solo quiere tener una vida normal y dedicarse de lleno a las cosas que lo entusiasman.
ResponderEliminarDe un tiempo para aca siento que en la Argentina se da ese escenario maravilloso para conseguir cualquier sueño, en el 2000 a los 20 no pense que iba a tener un futuro ni una carrera. A partir del 2010 esa situacion dio un vuelco de 180º, hoy estoy ansioso de dedicarme 100% a lo que se hacer, que nada tiene que ver con politica, ni analisis sociologicos/ideologicos.
Creo que hay todo un pais con potencial enorme ansioso por "empezar", terminar de discutir y lanzarnos a hacer lo que todos sueñan con lograr. Y para eso como dice Sala necesitamos esa organicidad, esa estructura racional, solida, en la cual confiar y dedicarnos a los nuestro con pasion y sin miedos, sin sentir que tenemos que estar discutiendo y re-escribiendo la táctica de la politica nacional cada tres pasos.
Mas alla de las discusiones, en las urnas los argentinos estan eligiendo un rumbo claro, es por ahi, y la opcion politica que tenga la estructura mas aceitada, previsible, organizada, logica y racional en su manejo interno sera la mas beneficiada cuando el rumbo esta decidido por unanimidad social. Uno desea que sea asi, en 12 años a pesar de las innumerables muestras de capacidad y superacion en la gestion de este gobierno uno nunca dejo de dudar, eso tambien cansa. Parece este un buen momento para empezar a tenerle fe a esta fuerza y a los jovenes que estan protagonizando su recambio.
Esperemos que Scioli gane con holgura y que el 2016 sea un gran año, porque yo por lo menos espero hacer muchas cosas y cumplir muchos sueños. Me tocara confiar de lleno en esta fuerza que venimos bancando, largar la lectura obsesiva de todo esto y aprovechar este tiempo maravilloso para lanzarnos de lleno a hacer lo que nunca pensamos que ibamos a poder hacer. Es un nuevo gran entusiasmo que de pronto aparece como producto de tanta discusion politica. Tanta discusion y luchas desde ese 2003 rindio sus frutos y es hora de aprovecharlos. Con el rumbo claro y el piso solido es hora de hacer lo que cada uno soño.
Lo saludo y le agradezco a ud Salas por el gran trabajo de su blog que formo parte de esta etapa de construcción política histórica.
A pesar de las dudas, la realidad se obstina en mostrarnos que estamos en el buen camino, esperemos seguir asi. Confiaremos.
Su comentario debió haber sido la editorial. Expresarlo de mejor modo considero que es imposible. Gracias
EliminarHola, Gustavo
ResponderEliminarDejé pasar el tiempo para comentar, con la esperanza (inútil) de lograr escribir un comentario que pudiera estar a la altura de tu post. No lo logré, claro. Así que, en palabras sencillas: ¡cuánta claridad política la tuya! Con seguridad seguirás defendiendo el proyecto, sea cual sea el lugar que consideres que es el que te corresponde y en el que creas que tus esfuerzos serán más útiles.
Te sigo leyendo, por supuesto.
Un abrazo,
Esther
No lo dudes Esther que seguiremos en la lucha a favor del proyecto, aquí, en mi columna radial y en la vida de todos los días, con la gente, tratando de explicar, haciendo esfuerzos por convencer. Te agradezco tu fidelidad y por qué no decirlo te siento afectuosa para conmigo, espero seguir siendo merecedor de tus atenciones. No me perdonaría caer en la vulgaridad. Tu participación me resulta muy importante de manera que debo cuidarla y respetarla. El tema de mi corrimiento de la estructura partidaria es complejo
Eliminary tiene más relación con mi indisciplina que con el colectivo actuante. Fue una decisión mía no ser orgánico, no acepto tragarme sapos y sé que eso es un problema político grave. Un Beso y Gracias