Estimado Gustavo, pasando por alto algunos a mi criterio inmerecidos
elogios, debo aclarar que no me considero un esclarecido ni cosa por el estilo.
Solo soy un veterano memorioso, un observador y comparador de experiencias y
sucesos, que saca algunas conclusiones y las comparte como puede. Como diría el
Maestro Jauretche solo pretendo ser un "zonzo avivado", al menos
parcialmente.
Lo sucedido en Reconquista es un emergente de una serie de fenómenos
sociales que al parecer vienen pasando inadvertidos, o al menos
invisibilizados, que solo son una consecuencia de la resolución de la crisis a
la que nos fué llevando la imposición de políticas económicas, primero
liberales, y luego autotituladas "neoliberales" desde 1955 hasta
2003. O sea una restauración de un estado de cosas en lo social y económico que
hiciera de nuestro país un simple proveedor de "commodities" y
servicios, apto para a lo sumo 15 millones de habitantes, y el resto que se
arregle.
En medio de las ruinas de la demolición del tejido social y económico,
muchos trabajadores encontraron en el Cooperativismo de Trabajo una salida para
mantener o recuperar sus fuentes de trabajo, y consecuentemente su dignidad.
Avanzando a tientas, sin formación específica en el tema, (muchos de
ellos me han reconocido "off the record", y otos tantos a micrófono
abierto que no sabían nada de cooperativismo, de cómo funcionaba ni para que
les podía servir), sin la apoyatura que el resto del Cooperativismo, digamos
"tradicional" podía (y debería) haber prestado.
Sin proponérselo específicamente, y según mi criterio han iniciado una
profunda revolución no solo en lo económico sino en algo más profundo y
duradero, que es lo cultural.
Han demostrado que su capacidad de gestión empresarial, como mínimo
igual a la de cualquier componente de la llamada "clase dirigente
empresarial", desmontando la pauta cultural de esa división social entre
"patrones" y "trabajadores" donde los unos eran lo que
tenían la "capacidad" de dirigir empresas, y los otros solo
funcionaban como la carretilla, que únicamente sirve cuando alguien la empuja.
Esto también tuvo como soporte un Estado presente, haciéndose cargo a
través de sus distintos organismos, de capacitar, apoyar, legislar (la
modificación de la ley de quiebras permitiendo que los trabajadores
constituidos en cooperativa pudieran hacer valer sus créditos laborales para
capitalizar sus empresas).
Cuando uno analiza los número fríos de las empresas quebradas por sus "empresarios"
cae en la cuenta de que los principales acreedores son siempre los Bancos
Oficiales (Banco Nación, Banco Provincia) por lo cual inevitablemente esos
créditos terminaban ocasionando pérdidas, que finalmente pesaban sobre el resto
de los habitantes.
El anquilosado cooperativismo tradicional los mira con desconfianza, los
grandes gurúes del cooperativismo, los custodios de la pureza ideológica, los
consideran advenedizos y "clientelares" manejados políticamente, como
si lo que hiciera Garetto en CONINAGRO, invocando la representación del
Cooperativismo Agrario no hubiera sido una pura jugada político-económica en
detrimento de sus propios representados. (Me he referido reiteradamente al tema
en www.elblogdelfusilado.blogspot.com , para que venga aquí a reitera
conceptos.
El hecho es que el Cooperativismo de Trabajo ha llegado para quedarse, y
va haciendo camino al andar, y no conforme con demostrar con hechos y
realidades que los llamados empresarios eran como dice el tango
"compadritos de papel maché", cayeron en la cuenta de que pueden
tomar la política en sus manos y sin intermediarios, dejando de lado la
hipócrita "neutralidad política" que por ejemplo nunca fuera invocada
en los sucesos de 2008.
No lo quiero abrumar con números, pero la incidencia del Cooperativismo
de trabajo en nuestro PBI se aproxima a un 10%, y eso no es cáscara de papa
Gustavo.
Por otra parte algunas cooperativas de servicios se van animando a
romper el cerco informativo al amparo de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, aún a pesar de sus reservas en ser tomados por
"Kirchneristas" y las sutiles advertencias en contra que se les hacen
llegar por parte de la gente "decente y principal" (al decir de
Jauretche) de que tengan cuidado porque de producirse un "cambio"
(hay un frente que se llama Cambiemos o algo así, ¿no?) van a ser
perjudicadas....
Cordialmente:
Antonio, (El Mayolero)
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