CAMBIO Y GATOPARDISMO – Hoy el auténtico cambio está en la continuidad del proyecto




Se viene escuchando demasiado seguido, para mi gusto y como eje de campaña, la palabra cambio. Y justamente quienes impusieron dicho término son los sectores más reaccionarios de la sociedad, aquellos que desean retrotraer todas las conquistas sociales inclusivas logradas en estos doce años. Los procesos histórico-políticos que atraviesan a las sociedades nunca se deben analizar dentro de una coyuntura breve como lo es un acto comicial sino analizando las causas, los efectos, las políticas y sus consecuencias que se desarrollaron durante un período determinado para saber con precisión el recorrido de esa curva cartesiana que nos va a demostrar con claridad la película completa de nuestra historia y no una simple foto coyuntural.
Desde hace 12 años estamos viviendo un proceso de cambio intenso y permanente, modificar las relaciones de poder en paz requiere de una ingeniería política aceitada y sumamente compleja, la resistencia en pos de la restauración de ciertos privilegios se presenta en cada esquina de manera que aquellos que hoy hablan de cambio solo desean restaurar esas viejas estructuras excluyentes. La historia de nuestra Patria, nuestra curva cartesiana política, exhibe muy pocos momentos en donde los intentos de equidad socioeconómica tuvieron protagonismo político y cuando vieron la luz fueron inmediatamente atacados por ese gatopardismo dialéctico que presenta el paradigma de la renovación como fundamento dialéctico.
En el presente el único y auténtico cambio radica en la continuidad de estas políticas inclusivas, anomalía que a vista de nuestra cuerva histórica resulta inédita y si se me permite la expresión, revolucionaria.
La derecha justamente habla de cambiar para que nada cambie. Es decir volver a aquellas relaciones de poder y equidad del centenario, premisas dominantes en nuestra historia. Un País exportador de materias primas en donde el valor agregado sea un simple asiento contable y variable de ajuste, costo susceptible de ser censurado. Si hacemos un ejercicio de sinceridad y rigurosidad analítica no puede haber objeciones al argumento. La derecha no desea cambiar, desea restaurar antiguos ordenamientos, esos mismos que estimulan que los empresarios y la industria nacional se transformen en vulgares importadores que provean de espejitos de colores al medio pelo que dice tener sus impuestos al día.







Comentarios