POR LA REINSTAURACIÓN CONSERVADORA. LAS DERECHAS CORPORATIVAS CONTINENTALES VIENEN POR CRISTINA Y POR DILMA
ARGENTINA Y BRASIL: DERECHAS GEMELAS por EMIR SADER
La derecha
latinoamericana nunca estuvo tan débil. Pierde sucesivamente elecciones en
países como Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela, El
Salvador. Nunca estuvo tanto tiempo desalojada del gobierno en esos países como
ha estado en este siglo. Las trasformaciones sociales llevadas a cabo por los
gobiernos de esos países, los avances en los procesos de integración
independientes respecto a los Estados Unidos de América (EUA), la recuperación
del rol activo del Estado, han llevado al aislamiento de la derecha en la
región. El fracaso de los gobiernos neoliberales y su incapacidad de formular
otra alternativa, hacen con que paguen el precio de los daños causados por ese
modelo y voten en contra de los que lo representan. Los EUA siempre han jugado
con la división y la competencia entre gobiernos de la región para mantener su
poder. Fue así, por ejemplo, a lo largo de todo el proceso de renegociación de
las deudas de los países, que nunca han logrado hacerla colectivamente. Golpe
durísimo en ese jugo fue la sólida alianza establecida entre los gobiernos de
Argentina y Brasil, con la elección de Lula y de Néstor Kirchner para presidir
dos de los tres más grandes países de la región. Esa alianza, que nunca fue tan
sólida entre Argentina y Brasil, es el eje a partir de la cual los procesos de
integración regional se consolidan y se expanden, factor del más grande
aislamiento de EUA en América Latina. Las derechas argentina y brasileña tienen
enormes similitudes, porque ambas se han reorganizado alrededor de los dos más
importantes gobiernos populares que han tenido esos países en el siglo XX: los
de Perón y de Getulio Vargas. Por ello son derechas elitistas, oligárquicas,
racistas, antinacionales. Es la derecha la que intentó tumbar a Vargas en 1954
y lo llevó al suicidio. Es la que tumbó a Perón en 1955 y llevó Argentina a
iniciar el ciclo de las acciones militares gorilas en la región. Es la derecha
la que dio finalmente el golpe en Brasil en 1964 e instauró la más larga
dictadura militar en la región. Es la misma derecha que intentó hacer lo mismo
en 1966 en Argentina, pero vio frustrado su golpe. Tuvo que volver a la carga
en 1976, para cerrar el círculo de terror de las dictaduras en el Cono Sur. Es
la misma derecha que no se resigna a que sean gobiernos populares – que no por
acaso se identifican con los gobiernos de Perón y de Vargas – los que rescaten
a Argentina y Brasil de los desastres producidos por la derecha durante las
dictaduras militares y los gobiernos neoliberales. De nuevo sienten que la
promoción de los derechos de las grandes mayorías populares dan la base de
sostén a esos gobiernos y profundizan su odio a esos gobiernos y a sus bases
populares. Los pretextos son similares: la situación económica seria caótica,
como si la que han dejado como herencia a estos gobiernos no fuera
catastrófica. La corrupción, como si no fueran sus gobiernos militares y
neoliberales los que han protagonizado los casos de corrupción más grandes de
la historia de esos países, especialmente en los procesos de privatización de
los bienes públicos. Amenazan con nuevos golpes, con impeachment –procesos
en los que solo ellos creen -, porque no tienen confianza en obtener mayoría
para triunfar en las elecciones, a pesar de contar con el monopolio de los
medios de comunicación como su gran triunfo. Lo hacen como forma de intentar
desgastar a los gobiernos de Cristina y de Dilma. No tienen formas
democráticas, transparentes, de oponerse a los gobiernos de esas dos grande
mujeres latinoamericanas, mujeres de trayectoria, de coraje, de compromiso con
la defensa de los intereses populares, de sus países y de América Latina.
Ni tienen razones, ni
apoyo para cualquier intento de derrumbar a esos gobiernos. De lo que tratan es
de poner obstáculos a que los programas sociales de esos gobiernos sigan
adelante, superando las terribles herencias que han recibido de la derecha y
consolidando cada vez más el apoyo popular a sus gobiernos.
Los medios de
comunicación internacionales suelen reflejar lo que la prensa de derecha de
esos países publica diariamente, contribuyendo a difundir una versión falsa de
lo que realmente pasa. Son estos poderosos grupos monopolistas de los medios
internacionales – que tienen en el Wall Street Journal, Financial Times, The
Economist, El País algunos de sus órganos más conocidos- los que se hacen
eco de la guerra que las derechas latinoamericanas hacen diariamente, buscando
crear imágenes internacionales negativas de esos gobiernos. Felizmente ya hay
órganos alternativos, que permiten que la verdadera cara no solo de Argentina y
de Brasil, sino también de Uruguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia y
Cuba, puedan llegar a sectores cada vez más amplios de la opinión pública
mundial.
Fuente:
http://alainet.org/
O´Globo se pone a la cabeza del pedido de juicio político de Dilma.
ResponderEliminarEl tema es que el bombardeo de esta gente es permanente, capaz de fatigar a cualquier gobierno. Por eso es que me admira la rebeldía, la resistencia de los nuestros.
ResponderEliminarEl empeachment es tan parte del sistema democrático como las elecciones.
ResponderEliminarDicho esto, el ataque a Dilma es muy injusto, porque ella siempre colaboró con las investigaciones, echó de una patada a los funcionarios procesados, y nunca los encubrió.
Al revés que acá.