Si el peronismo
tuvo la capacidad de sobrevivir a la alianza Menem, Alsogaray, Cavallo, Rojas
no veo la razón por la cual la UCR tenga determinado su certificado de
defunción luego de este acuerdo electoral. Me parece que los ánimos caldeados y
las presunciones ligeras hacen que no se piense con claridad. Estamos hablando
de dos estructuras partidarias que no sólo han sabido sobreponerse a sus
propias crisis políticas y mantener sus territorialidades sino que además se
han deglutido a toda alternativa política que propuso la coyuntura, llámese PI,
PF, MID, UCEDE, MODIN, FREPASO, etc. De
manera que sostener ciertos climas de velorio no tiene relación alguna con la
realidad histórica.
Desde hace 25
años la UCR aspira liderar nuevamente a ese segmento que siempre definió su
silueta política: los sectores medios. Hoy esos sectores, ciertamente ampliados
por el kirchnerismo, y que constituyen un fabuloso capital electoral para quien
lo seduzca, portan exigencias y egoísmos colectivos que lo colocan en un
espectro ideológico que recién hace pocos años la UCR ha sabido releer como tal,
de manera que en lo personal no considero este paso dado como una anomalía,
sino como algo natural, algo que más temprano que tarde se debía imponer. Como bien
afirma mi amigo Antonio Diez, la anomalía fue Raúl Alfonsín intentando
horizontalizar la visión política y social del centenario partido. No olvidemos
que el cheque en blanco que la UCR le dio a don Raúl sólo duró cuatro años. A
partir del año 1987 se acabó la tolerancia y el lápiz rojo neoliberal línea
Córdoba comenzó con su tarea de desgaste interno, para ese entonces El Coti Nosiglia
y la Coordinadora ya tenían consolidados sus negocios con Barrionuevo y
Manzano. La UCR se reserva para sí contradicciones políticas e históricas monumentales
de las que supo reponerse “desclasadamente” gracias al advenimiento de personas
que supieron desviar su inercia natural. Illia y Alfonsín acaso sean los
ejemplos más claros. Vale decir, las esporádicas anomalías sirvieron para su
subsistencia. Recuerdo el envión (mitomanía a mi modo de ver) que llegaron a tener tipos como Freddy Storani o Marcelo Stubrin cuando hablaban de "El Tercer Movimiento Histórico" y un radicalismo gobernando por 100 años, cosa que me acarreaba por entonces más de un disgusto con mis amigos radicales, hasta soslayaban la idea de un peronismo muerto. Quién los viera como furgón de un tipo tan limitado como Mauricio Macri, teniendo ellos liberales mucho más preparados y respetables intelectualmente, como López Murphy por ejemplo.
Las clases medias
de la actualidad en nada se relacionan con aquellas clases medias fundacionales
que exigían participación política. Hoy las clases medias no sólo participan
sino que protagonizan la realidad social. De hecho la clase media es absoluta y
abrumadoramente mayoritaria dentro de la actividad política. No existen
excluidos políticos, existe una república consolidada en donde cada sector
tiene representación tangible, en el peor de los casos, si existiera alguno que
en este momento no puedo detectar, tiene herramientas democráticas y jurídicas para
pelear por ella. El paso que nunca dio la UCR fue plasmar esa representación
dialéctica de la clase media en representación concreta a través de programas
políticos de su interés en el corto y mediano plazo.
Lo que se
observa en el presente es un simple matiz, una variante agiornada, una novedosa
estratégica de su razón política. La UCR, más allá de su épico nacimiento, cuando
tuvo que elegir entre postergados y burguesía nunca dudó. En los Talleres
Vasena, en la Patagonia, su desinterés por la problemática de los trabajadores
y los sindicatos durante la década infame, con la Unión Democrática, con
Braden, su oposicionismo 1946-1955, cuestión que incluye hasta el voto
femenino, su adhesión a la fusiladora, la proscripción de las masas populares
peronistas, su adhesión al golpe de 1976 y su actualidad vergonzante votando
toda ley propuesta por el oficialismo que amplíe derechos judicializando la
política a favor de las corporaciones.
Los 186
convencionales de la UCR encontraron en Macri, más que en el PRO, la
posibilidad de corregir y hacer olvidar esas anomalías que tantos trastornos
ideológicos les trajo. Hoy Macri es el faro que ilumina el querer y deber ser
de las clases medias por lo tanto no es descabellado sentarse sobre sus
rodillas cuando ya lo hicieron con Braden, con Martínez de Hoz, o con Cavallo.
Dicho esto el
radicalismo pervivirá y lo hará debido a que dentro de 6, 7 u 8 años una nueva
anomalía dialéctica le brindará el oxígeno político que necesite, aire que a la
par precisarán las propias clases medias luego de haber escogido ordenamientos
socioeconómicos y políticos que indefectiblemente, y por obra y gracia del
neoliberalismo los va a excluir.
¿y el kirchnerismo no es una anomalía dentro del peronismo?
ResponderEliminarBajo ningún concepto. La anomalía fue Menem. El kirchnerismo está encuadrado perfectamente dentro del proceso 45-55. Indudablemente el período 73-76 estuvo condicionado por la puja ideológica que vivió en mundo en el marco de la guerra fría y la pulseada de modelos políticos.
EliminarPara mi que la Alianza pierde. Y para mi que entonces la figura sobredimensionada (dada su inutilidad y brutalidad demostradas en gestión) de Macri se habrá de diluir.
ResponderEliminarY que será entonces de la UCR? Una nueva atomización.
Si la UCR hubiera sido consecuente con lo que bien llamás "anomalía" digamos alfonsinista en estos doce años, hoy tendría más votos y solidez que los que suponemos.
Pero no pueden con su naturaleza conservadora, no hay caso.
No estoy muy seguro que el alfonsinismo tuviera éxito. ¿Cuántos votos obtuvo Moreau en el 2003?
EliminarEl candidato de la UCR entró sexto y obtuvo solamente el 2,33 por ciento de los votos. Mucho menos que Massaccesi en 1995 (15,8%). En la provincia de Buenos Aires quedó noveno. No pudo evitar la sangría de votos hacia López Murphy y Carrió.
Vale decir. Luego del desastre del neoliberalismo el radical resolvió por derecha dándole la espalda al alfonsinismo.
¿Cuántos radicales irán a esta cena? Si va alguno es para pegarles una patada en el orto. Ojalá tuvieramos 50 lucas para hacer campaña en Dorrego.
ResponderEliminarhttp://www.perfil.com/politica/Macri-realiza-cena-a-beneficio-de-su-candidatura-50-mil-el-cubierto-20150311-0021.html
Muy delicado Sala para decir que la UCR no es ni popular ni nacional y los que intentaron ese modelo fueron pulverizados desde las propias entrañas del partido.
ResponderEliminarAsi es. Le prometo que la próxima vez seré más breve y no me extenderé en argumentaciones.
EliminarEs cierto lo que dice el post. La mayoría de los radicales que no están de acuerdo con esta decisión putean al kirchnersimo de la misma forma que lo hacen lo que están de acuerdo. Ayer escuchaba a un boludo de esos que no están de acuerdo hablar de una década perdida sin tener en cuenta de cómo dejaron el país. Que no hubo causas, que a partir del 2003 no hubo que hacerse cargo de nada del pasado, que no había deudas internas ni externas, como si no hubiera existido un 25% de desocupación, pobreza extrema, deudas éticas con relación a los DD.HH. Acordate Sala del pibe que hoy salta ofendido escribiendo que cualquiera baja un cuadro. Que se vayan a cagar, son la misma mierda y con el mismo olor.
ResponderEliminarLa anomalia Kirchnerista ( libro de RICARDO FORSTER ) RECOMENDADO
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