SOBRE EL TEMA DE LA TRAICIÓN Y UN VIEJO DEBATE POPULISTA





¿Qué pasó con la tan temida y “goebbeliana” Secretaria del Pensamiento Nacional?


Comentarios efectuados el 4 de Junio de 2014 en el post El Relato, del blog El Aguante Populista que se transformaron en un post


El intelectual libero-progresista se reserva para sí distritos ponderativos, segmentos supuestamente objetivos en donde sospechan tener la capacidad racional para establecer tablas de civilidad. Ellos son los que fijan los siniestros catálogos de barbarie. Mientras el agnóstico tiene la humildad de dudar sobre su ausencia de creencia, el ateo tiene la soberbia de creer fervientemente en que no cree; vaya contradicción. Algo de esto le sucede con relación a la política al intelectual liberal, sea de izquierdas o de derechas, lo mismo da. Complejo es llegar a amar a un gestionalista, mucho más difícil resulta con un administrador, pues allí descansa el dilema. El intelectual libero-progresista sólo entiende al dirigente político bajo esos formatos burocráticos, no cree en el líder, por lo tanto mucho más irracional y primitivo le resulta observar un afecto sobre alguien que considera no debería existir. No se permite dudar de sus premisas, sólo califica, construyendo a partir de dicha calificación su edificio analítico. Pero a poco de incluirnos en sus editoriales uno se da cuenta que dicho edificio adolece de sustento político. El intelectual libero-progresista no intenta contemplar las causas de dicha devoción. Su ateísmo político no logra percibir que la exclusión es la peor de las condenas colectivas que puede sufrir el ser social, menos aún es capaz de entender que todo proceso inclusivo construye en el afectado un sentimiento de gratitud que difícilmente logre olvidar. Acaso no pueda comprender el intelectual libero-progresista esa cuestión de la gratitud. Para estos un gobernante es sólo un mero administrador con fecha de vencimiento, en cambio para los desplazados un gobernante constituye una esperanza de cara al futuro, y cuando esa esperanza, pasado el tiempo, se plasma con medidas concretas el pueblo responde con enorme devoción, no porque es ignorante o idiota como se pretende presentar, sino por la vida de mierda que ha tenido que soportar hasta el momento su llegada. Cosas simples, asuntos que más de la tercera parte de la población mundial no tiene resueltas gracias a los tecnócratas gestionalistas: Vivienda, trabajo, educación, salud, derechos sociales, cuestiones que difícilmente alguien incluido las entienda con formato de ausencia.

El intelectual libero-progresista acepta, tolera y en algún caso aplaude y participa de la pompa emanada de las estructuras feudales que aún se conservan en la modernidad, cuando menos las comprende, no exhibe marcadas críticas: Por caso la pompa vaticana o las pompas monárquicas europeas; sin embargo siente enorme animadversión por los actos masivos o los dolores colectivos cuando de referentes políticos populares se trata. De lo cual se desprende que el boato no es el dilema sino el impacto político que tiene cada evento. Por fuera de sus intenciones de máxima, el intelectual libero-progresista trata de acuarelizar y menoscabar al líder popular exponiendo como ideal político al gestionalista, al tecnócrata. Este modelo ejecutivo no sólo resulta muy dócil a sus ambiciones clasistas, además les evita tener que soportar esas desechables y bárbaras muestras de pesar colectivo. Un pueblo amando o llorando a su “bruto” caudillo les resulta intolerable, más aún si pensamos que difícilmente alguna vez alguien, en la historia, derroche aunque más no sea una minusválida lágrima por aquellos que afirman amar a la humanidad odiando las costumbres, las necesidades y los dolores de la gente real. De todas maneras es arriesgado construir una metáfora en términos científicos.








Simplemente propongo aquella idea de Kant en Crítica a la Razón Pura.
Con relación a Descartes afirmó que: Dudó de todo menos de que dudaba. Vale decir su taxativa metodología se encontró con un límite "metodológico", que luego se amplió exponencialmente con el dilema de Dios. El agnóstico propone navegar por los mares de la incertidumbre. Vale decir duda hasta de sus propias dudas. Los agnósticos creen que no debemos ni creer ni negar la existencia de Dios – porque es imposible probar una u otra cosa. Me declaro un Popperiano de modo que no considero cómodo ser agnóstico. Es cómodo aquel agnóstico (en realidad no lo es si procede de este modo) que se considera satisfecho con sus dudas sin intentar evolucionar científicamente sobre esas nueva dudas, sobre esos conocimientos por venir.  Creo que mientras el ateo te cierra puertas de manera taxativa el agnóstico te las abre. Popper decía que lo maravilloso de un debate no es que uno pueda tener la razón sobre el otro o viceversa, sino que ambos concluyan que los dos pueden estar equivocados y a partir de ese "acierto" buscar entre ambos nuevas teorías. Una suerte de orgasmo intelectual.

Un intelectual que no trata de comprender las razones por las cuales los pueblos se identifican con algo o con alguien me parece que anda cojeado en la principal asignatura.  Desde hace tiempo que no me siento incluido, por ejemplo, en los escritos de Caparros, Sarlo o Gargarella. Ni en los ensayos políticos ni cuando presentan algún tipo de ficción.  Sospecho que esto me ocurre porque no saben o no quieren saber cómo es la vida real en el País. Cómo se vive en los pequeños pueblos de la Patria por ejemplo. Cuando leí Interior de Caparros de inmediato me di cuenta de que el tipo se sentía un extranjero, un paria en su nación. Era un paisajista, un fotógrafo, acaso un antropólogo en pos de un descubrimiento lejano y ajeno.. Su preconcepto sobre lo que es la Argentina lo sedujo a afirmar entre sus líneas que había muchas argentinas en la Argentina. Jamás se detuvo a pensar que la Argentina es la resultante de sumatorias y no la resultante de la casual unión de incisos supuestamente inconexos.

Qué pueden entender un burgués urbano y progresista de cóctel en mano y editoriales globales, sin que medie sonrisa o sorpresa, que en los millares de pueblos como J. A. Guisasola todavía nos preservamos el derecho al altavoz. Si. Todavía el municipio ante el anuncio de eventos importantes manda una camionetita a recorrer el entoscado comunicando mediante el megáfono a sus 900 habitantes el próximo programa de eventos. Y esto no ocurre por barbarie, o porque no tengamos radios o Internet o medios más directos. Ni tampoco suena de fondo The Godfather Waltz de Nino Rota. Esto ocurre debido a que en nuestras poblaciones todavía existe el afuera. El afuera social del que hablaba el Arquitecto Livingston. En consecuencia no estamos enrejados, no estamos aislados ni encerrados, nos sabemos, nos sentimos, nos amamos y nos odiamos también, y si alguno alambra es simplemente para que las mascotas no jodan a los vecinos. Nuestra seguridad es no pensar que existe la inseguridad hasta que ésta se explaye por boca propia cuando llegue. De esta forma ellos recrean su propio relato subjetivo. El “qué es la Argentina” tiene diseño exclusivo y es marca registrada de la mass media. Ya lo mencionamos en varias oportunidades: generalizar absuelve, cuestión que embelesa a la progresía nacional, tanto de izquierda como de derecha. Detallar requiere de mayores esfuerzos, trabajo, palabras y argumentos, requiere la comprensión de las particularidades y al mismo tiempo sentir que esas particularidades que hacen a un todo también son la Argentina. Y no hablo de buenos y malos, hablo de lo que ellos mismos manifiestan, desde la "intelligentzia" cuando se refieren a los temas en los que luego se explayan. Hace poco más de un año murió el comandante Chávez. Le pido recuerde las manifestaciones de nuestros intelectuales libero/progresistas ante las muestras de dolor del buena parte del pueblo venezolano.

Para saber si uno vivió equivocado mejor no me lea a mí. Yo no lo voy a ayudar mucho, le diría que nada, soy muy limitado. Ayúdese con el post del amigo Daniel, con María Pía López, incluya las afirmaciones de Borges en El Simulacro, repase la historia y recuerde la posición de la intelectualidad progresista luego del sangriento golpe que derroco al Presidente Perón, las justificaciones a la proscripción, etc.


Como se ve no hablo de buenos y malos. Hablo sobre los hechos, los dichos y los escritos. De lo contrario hubiera incluido algún párrafo de libro La Banalidad de Mal. Qué se yo. Sugiero buenamente que lectura de Jauretche, de Nicolás Casullo, de Hernández Arregui, de Cooke. No soy de los tipos que piensan que las ideas del 60 o del 70 se deben desechar por ser del 60 o del 70. En todo caso se deben desechar porque han sido refutadas científicamente y demostrado su falsedad. Convengamos que han existido posturas posteriores que por advenedizas han muerto rápidamente (el fin de la historia por ejemplo) e ideas anteriores que aún perviven: Como por ejemplo el existencialismo. En ocasiones no logro entender por qué se incluye al gobierno en este debate. ¿Acaso la refutación de las ideas cabalgan debido a qué el gobierno hizo tal o cual cosa? Me parece pobre como intento refutador. No estoy hablando de ninguna actitud gubernamental sino de aquellos que dicen sobrevolar a la sociedad bajo la lupa del pensamiento.


Cuando yo hablo de una ausencia de rigurosidad hacia la pompa vaticana, la pompa monárquica y la pompa feudal me refiero a que en la actualidad el intelectual libero/progresista no discute el poder real, sino que lo hace con el poder que por obvias razones constitucionales pasa, justamente el contrapoder popular. No escruta al sistema perenne de dominación por eso prefiere desarrollar sus funciones desde adentro y a caballo de la pompa empresarial, sitio que le ofrecen los medios corporativos (Diarios globales, editoriales, medios multinacionales etc) Un detalle. Yo no cuestiono la actividad intelectual de los sujetos libero/progresistas simplemente la estoy describiendo de acuerdo a lo que percibo, vale decir en base a mi subjetividad.



http://www.paginapopular.net/sarlo-lanata-se-cruzan-por-el-nombramiento-de-forster/
Es muy interesante escuchar esta conversación que se dio en el programa de Lanata. Magdalena, Sarlo y el propio Lanata hablan sobre el nombramiento de Forster y eso que llaman peyorativamente "el pensamiento nacional". El post reza sobre el desprecio que tiene el intelectual liberal por todos aquellos fenómenos que emanan de las masas populares.






 
1) Trátese de escuchar bien en qué términos se expresa Sarlo y con que ausencia de rigurosidad científica sobre el pensamiento nacional. La dimensión del mismo y quiénes fueron sus forjadores. Es el desprecio a un tipo de pensamiento que curiosamente las mayorías adhirieron históricamente. Por supuesto que no hay candidez ni inocencia. Ni en lo que dice Sarlo ni en lo que digo yo, ni en lo que dice cualquiera. Menos en lo que hace el gobierno, tampoco en lo que hace la oposición o las corporaciones o el periodismo.



2) Detengámonos en ese "creo que lo del pensamiento nacional nace por allá con Forja de Jauretche y Scalabrini". Ella sabe perfectamente qué significa el pensamiento nacional y que su génesis de carácter revisionista comienza 1888 con el profesor Saldías autor de la monumental obra: Historia de la Confederación Argentina.  Es más, sabe tanto del tema que elige no explicarlo; por suerte no intentó caer en el absurdo de sus entrevistadores que permanentemente trataron de relacionar ese tipo de pensamiento con el totalitarismo.



3) Incluso ella, al comienzo, critica a Forster por una supuesta mutación filosófica tardía. Cambio que se relaciona con su antigua adhesión a la Escuela de Frankfurt. Claro, lo hace hasta que se da cuenta que está hablando con Lanata (con el cual mejor no hablar de mutaciones) para finalmente morderse la cola cuando ella misma admite su pasado maoísta de los ochenta sin mencionar su actual presente libero-progresista. Vale decir, monta su andamiaje conceptual, argumentativo y crítico partiendo de una falacia: Los sospechosos cambios en el pensamiento de las personas.



4) ¿Desde cuándo cambiar significa un demérito, desde cuándo es un mérito? ¿Desde cuándo permanecer con la misma idea es un mérito o un demérito?
Argumento banal, casi de principiantes. Mantengo mis convicciones aún cuando se ha demostrado la falsedad de las mismas.



5) De todos modos y para finalizar, la explicación que da sobre la Escuela de Frankfurt parece salida del Billiken. Es lógico ninguno de sus interlocutores puede refutarle alguna imprecisión, y esto es por falta de conocimientos. La base filosófica de la Escuela de Frankfurt (Adorno, Benjamin, Habermas, Horkheimer) es el Marxismo Crítico. Es meterse con Hegel, con Marx y con Freud. Es una crítica al iluminismo, al Dasein de Heiddeger, no sólo a la política de un demente. La pelea intelectual la tienen con Heidegger no con Hitler. Con este tienen un enfrentamiento político que los obliga al exilio. Lamentablemente, el más brillante de la Escuela, Walter Benjamín (los nombres de mis dos gatitos negros), no lo logró. Decidió suicidarse ante una encerrona nazi-franquista en la frontera pirinea. Lo perseguían por una triple estigmatización: Por opositor, por marxista y por judío.



¿Y por qué supone que Foster cambió hace 5 minutos?. Yo hace 11 años que lo escucho dentro de la misma línea de pensamiento. En este punto Sarlo falta a la verdad y desde ya que no lo hace inocentemente. En 12 minutos de radio  usted tiene la opción de ser veraz o de no ser veraz. Uno elige lo que quiere decir. El esfuerzo es el mismo. Yo no digo que Sarlo peca por ignorar su pasado, peca por considerar como gravosos a los cambios de las demás personas, individuos que no coinciden con ella.  

Se puede decir sobre la autocrítica de Sarlo lo siguiente: "Qué le va a hacer, la gente puede llegar a evolucionar, aunque no lo parezca, incluso admitiendo errores". Entonces el punto 4 es perfectamente a lugar. No siempre los cambios dan como resultante una evolución. De hecho, Sarlo da a entender que Forster involucionó intelectualmente con su cambio.

Que nadie suponga que le tengo animadversión a Sarlo. Simplemente no estoy de acuerdo políticamente con ella desde los tiempos en los cuales era cuadro intelectual de la Alianza.  Curiosamente por entonces nos unía el rechazo al menemismo, nos separaban las razones de ese rechazo. A mi no me importaba ni la pizza, ni el champagne, ni la Ferrari, ni la pista de Anillaco. Me importaba el desprecio por los DD.HH, la exclusión social y el modelo económico.  Pero por ejemplo en otros aspectos de su actividad la sigo muy afanosamente, sobre todo en el marco de sus recomendaciones literarias. Tiene muy buen gusto y mucha capacidad para seleccionar textos.



¿Cuáles son los preceptos de la Escuela de Frankfurt que Forster supuestamente ha abandonado? Sarlo deduce o supone que Forster, por haber aceptado ese puesto, tuvo necesariamente que traicionarse a sí mismo y a tan ilustre línea de pensamiento. Más allá de no dar precisiones es muy lineal el razonamiento. Por ejemplo mi formación filosófica, humanística y política incluye elementos de la escuela de Frankfurt, del existencialismo de Sartre y de la epistemología de Popper, sobre todo la idea de la falsación. Vea que cuestión interesante. Popper es un teórico del liberalismo al que yo admiro profundamente, sin embargo jamás ha sido desconsiderado con el pensamiento de sus opuestos. El “La Sociedad Abierta y sus Enemigos” critica duramente al marxismo pero en ningún momento ataca a sus adversarios tratando de enlodar sus percepciones e ideas con pretextos mercantilistas. Incluso destaca la sincera preocupación de Marx por los sectores menos favorecidos de la sociedad. Yo mismo en los ochenta era un marxista encriptado. A esta altura de mi vida sólo tomo aquello del marxismo que observo científicamente irrefutable. ¿Me estoy traicionando filosóficamente por adherir al pensamiento nacional y por sentirme parte del Kirchnersimo? ¿Qué era sino Juan José Hernández Arregui sino un actor del pensamiento nacional cuya visión de mundo era marxista? ¿Acaso traiciono al Kirchnersimo por no adherir a Laclau?. Adorno, Benjamin eran básicamente marxistas. Sarlo marca una supuesta contradicción como argumento cuando la existencia de una contradicción de ningún modo puede tomarse como tal. Si el punto es lo que antes pensaba Forster, debo situarme con honestidad en esa misma temporalidad teniendo en cuenta cuál era mi visión del mundo en ese momento. No puedo alegremente hablar de las contradicciones ajenas de manera pecaminosa exceptuándome de la discusión, señalando traiciones intelectuales que el hombre no tiene por qué tener y que sólo viajan en el prejuicio de la pensadora. Usted pregunta: ¿Cómo sabe si Sarlo fue capaz de sostener el hilo de su pensamiento en medio de una conversación telefónica? Disculpe. Yo no me atrevería a subestimarla de ese modo. Es Beatriz Sarlo. Además hizo todo lo “honestamente” posible para menoscabar al pensamiento nacional. Y le reconozco su parcial honestidad porque pudiendo haberse montado a las exageraciones de sus interlocutores prefirió mantener un hilo de prudencia. Nelson Castro por ejemplo, sin ir más lejos ya tildó a Forster como una suerte de Goebbels, camino que seguían sin barreras Lanata y Magdalena. ¿Cómo que Sarlo no está hablando ni para usted ni para mí? Está hablando públicamente en un medio de comunicación sobre una decisión política de un gobierno.



“Insólitos cambios y piruetas inexplicables que solo pueden ser hijas de oscuras conveniencias personales nunca explicitadas” afirma taxativamente. ¿Por qué aplica tal reduccionismo y sólo se atreve a explicar determinados fenómenos bajo el influjo de teorías oscurantistas? Eso es un prejuicio. Es la exitosa construcción mediática y opositora sobre nuestra honestidad. ¿Esa es la única explicación que gente como Sarlo encuentra sobre la decisión de la secretaria y sobre la mayoría de las decisiones que toma este gobierno?. Y ese es un problema insalvable y que corta toda clase de debate. Vale decir, en el medio debe haber si o si una intencionalidad espuria. Somos mierda intelectualmente, también lo somos humanamente. ¿Ese tipo de pensamiento no es ciertamente iluminista? ¿Quién debería tener miedo sobre el futuro entonces? No me parece que un intelectual se deba manejar por esos senderos. Ahora sí. Se despidió de la entrevista dejando establecido de manera iluminada que todos los caminos conducen a la estigmatización del “ser” kirchnerista. Ese karma interior no se lo pueden sacar de encima. A tal punto que cualquier traidor al kirchnersimo es visto como ojos civilizatorios.




Una de mis frases preferidas es: Yo soy peronista pero no soy idiota. Por eso leo a Borges, a Cortázar, a Ocampo, entre otros. La frase le pertenece al Negro Dolina. Y usted va a encontrar que todos los intelectuales del pensamiento nacional aman a estos escritores. No estuvieron de acuerdo con sus decires y posturas políticas pero los aman y no niegan ninguna de las dos cosas.  Sólo un imbécil puede pensar que los cuentos El fin, Los dos reyes y los dos laberintos, el Tlon, el sur, el muerto, autopista al sur no pertenecen al pensamiento nacional.


Comentarios

  1. Brillante.

    Yo que ellos me ocuparía de SUS mutaciones. No se de quien pueden mofarse. No se en función de qué hinchan el pecho? Y sobre todo, para qué causa?

    Y por fuera puede decirse, -y esto más que un prejuicio de parte es una observación para gente que le da tanto a la matraca de la "educación (de ellos) y la falta de (de nosotros, los negros)- que en los escritos de comentaristas (de ellos) abundan los errores, los horrores de ortografía y construcción mucho, pero mucho más que en el de los nuestros. Paradójico.

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  2. Coincido con Daniel.

    Pavada de tema el Pensamiento Nacional. Para un verdadero debate. Dentro del campo Nacional y Popular, por supuesto.

    Es mucho lo que puede dar el kirchnerismo cuando de profundizar se trata, por eso insisto en que alguna vuelta de tuerca debemos darle a nuestra manera de encarar el accionar de la cohorte opositora comentadora en la bloguería nacypop.

    Un abrazo.

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  3. No es nada edificante el políco que aventrua a hacer campaña para promover sus logros. Todo está cubierto por un velo de falsedades porque el ser humano es
    débil y no se detiene ante la corrupción. Entre la llamada corrupción se encuentra los esqueletos "complot", "conspiración", "conjura", traición". El arte de gobernar por medio de la mentira es falzmente dañina porque es la negación de la credibilidad, el desprecio a la verdad y el elogio incondiconal a la traición.

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  4. Un patria libre y los derecos humanos son esenciales para una economia saludable. . La libertad y la democracia es importante para la evolución de los pueblos y el progreso de una nación.

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  5. La traición a veces puede ser buena. En España el ex Presidente Adolfo Suárez traicionó al franquismo y trajo la democracia.

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