APOLOGIA DE LA UTOPÍA... Desempolvando textos amarillos




“El camino es un elogio al espacio; cada tramo del camino tiene sentido en sí mismo y nos invita a detenernos. En cambio, la carretera, no tiene sentido en sí misma; el sentido le es dado por aquellos puntos que une. Los caminos han ido desapareciendo a la par que ha ido menguando el deseo de andar, de caminar con las propias piernas y disfrutar de ello. Camino y carretera son dos concepciones de la belleza. Carretera es una larga línea unida por islas de belleza, camino, es belleza ininterrumpida y cambiante, un detente permanente… y así, durante toda la vida, soñó lo que el ajedrecista hace en la jugada del enroque: Desaparecer ante el ojo amenazante, irse a otra parte, sin previo aviso, tras la belleza ininterrumpida, sorpresivamente quizás”. De este modo Milan Kundera nos relataba sobre la idea de lo efímero, sobre las cómodas parcialidades a las que solemos someternos casi sin atisbo de rebeldía. La Galeana utopía del camino en franca lucha contra la practicidad de la carretera. Rendirnos, bajar la cabeza, como suponiendo que todo intento por mantener la dignidad es cuestión inconveniente. Algo de ello sucedió por aquel entonces y creo, a mi humilde entender, continúa formando parte de un inconsciente colectivo que se resiste. Que se resiste a pesar de la templanza de las Abuelas, que muestra intolerancia a pesar de las llagas de las Madres, que sostiene una visión oblicua a pesar de la mirada diáfana de los pibes que tuvieron la oportunidad de recuperar su identidad y su historia. La Democracia, quizás lentamente, nos va acostumbrando de modo imperceptible que todo debate sobre nosotros mismos es tan necesario como excitante, que es un maravilloso síntoma crítico de salud intelectual. A veces, al igual que la vida, toma con nosotros un café mientras Serrat nos susurra en el gramófon; en otras ocasiones, como en los noventa, nos deja sin asunto, en la mesa de ese mismo bar a la espera de un tiempo mejor. Y si hay sueños que necesitan reposo, habrá entonces, enojos que merezcan aplacarse, trazas que exijan ajustarse y brazos templados que busquen abrazarse. La Democracia, la legalidad, el estricto respeto por las garantías individuales y colectivas es el camino de Kundera, es un elogio de libertad que debemos disfrutar con responsabilidad, sabiendo que su ausencia, hará que lo irreparable se transforme de nuevo en un irremediable y lamentable laberinto.


Comentarios

  1. El burro de Borensztein no logró opacar tan hermoso texto

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    1. Gracias. Pero sería muy bueno que ese comentario del Boresztein fuera desmentido por su falsedad, o en todo caso que el tipo muestre alguna dosis de arrepentimiento. Por ahora me sorprendió tamaña dosis de bestialidad

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  2. Desmentido lo de Bores Jr. Me alegra. Por lo tanto lo borramos. De todas maneras muchas bestias se subieron a este falso comentario y escribieron cosas aún peores.

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