por Aixa Ratta
Según un reciente
informe de la Agencia de Información Energética Estadounidense, Argentina forma
parte de los países con mayores recursos de petróleo y gas no convencional del
mundo. Ya en el 2011, la EAI había difundido un informe que situaba a la Argentina
en el tercer lugar del ranking mundial de reservas de gas no convencional,
detrás de China y Estados Unidos. Sin embargo, durante el mes de mayo el
organismo actualizó sus estimaciones y el mismo informe ubica a Argentina en el
segundo lugar a nivel global. El informe del FMI "Perspectivas para el
petróleo y gas no convencional de EEUU" publicado en marzo, describe el
panorama mundial del sector energético en base a información provista por la
Agencia de Información Energética estadounidense (EIA). El estudio destaca que
con un aumento del PIB mundial en un 3,6 % por año, el consumo de energía
mundial crecerá un 56 % entre 2010 y 2040 y aproximadamente la mitad de dicho
incremento será atribuido a la demanda de China e India. Según las últimas
estimaciones de la EAI, Argentina se ubica en el cuarto lugar a nivel mundial
de los recursos recuperables de petróleo no convencional, con un valor de 27
billones de barriles de shale oil y
segunda entre los países con mayores recursos de gas no convencional con 22,7
trillones de metros cúbicos de shale
gas. Aún más, el informe "Estudio económico del recursos no
convencionales de gas y petróleo en Argentina: situación actual y
perspectivas" de la consultora KPMG que releva otros datos publicados por
la EIA, estima que Argentina va a alcanzar casi el 50% de los hidrocarburos
no convencionales totales en América Latina. A pesar de estas
prometedoras estimaciones de la agencia de EEUU y otros organismos
especializados, en su momento Repsol optó por no invertir en la exploración de
estos yacimientos, dedicándose a la sobreexplotación de los pozos ya
existentes, siguiendo la actitud rentística de maximización de ganancias,
vaciamiento de la empresa y envío de remesas al país de origen. La herencia de
Repsol fue una baja producción local que indujo a un cuello de botella al
obligar al país, en pleno crecimiento industrial, a importar energía y a perder
reservas, provocando una sangría en la balanza comercial. La disponibilidad de
extensas reservas de petróleo y gas no convencional, la creciente
industrialización nacional y un contexto internacional de aumento constante de
la demanda de hidrocarburos, señalaba la necesidad de potenciar la producción a
través de inversiones de largo plazo y, así, lograr el autoabastecimiento y la
soberanía energética. Rompiendo con esta lógica, desde la estatización de YPF,
se tomaron en cuenta estas predicciones globales y se orientó la política
energética hacia el desarrollo económico y la defensa de los recursos naturales
estratégicos frente a un mundo con menores reservas pero cada vez con mayor
demanda. En esta línea, YPF aumentó las inversiones en la recuperación de
yacimientos maduros, la explotación de los recursos no convencionales y el
descubrimiento de nuevas reservas. El informe oficial de los resultados
operativos y financieros de YPF del primer trimestre del 2014, señala los
grandes avances en esta materia, mostrando un crecimiento de la producción
total de hidrocarburos de YPF en un 10,7% respecto del mismo trimestre del 2013,
con un aumento de la producción neta de petróleo del 6,8% y de gas del 18,5%.
Las inversiones jugaron un papel destacado en el incremento de la producción.
En el primer trimestre del año, la compañía invirtió $9.722 millones,
representado un aumento del 127% respecto al tercer trimestre de 2013 que
ascendían a de los $4.282 millones de pesos. Adicionalmente, se informó que YPF
en el 2013 tuvo un índice de reemplazo de reservas del 158%, mostrando un
panorama futuro muy alentador en cuanto a la provisión y autosuficiencia
energética, ya que las nuevas reservas superaron en un 58% a la extracción de
hidrocarburos en el año. En este marco de potenciar las inversiones, se
realizaron acuerdos con empresas multinacionales que sean capaces de realizar
la transferencia tecnológica y posean los grandes volúmenes de capital
requerido para que esta riqueza sea usufructuada por todos los argentinos,
tanto de esta generación como de las próximas. Los resultados de esta
estrategia ya están mostrando sus frutos: el 21 de mayo YPF anunció el primer
descubrimiento de hidrocarburos no convencionales (shale oil y shale gas) desde
la nacionalización de la empresa, en la formación D-129 del yacimiento El
Trébol, ubicada en la Cuenca del Golfo San Jorge (Chubut). Recientemente, se
anunció otro descubrimiento a principio de junio, pero en este caso de una
formación operada al 100% por YPF ubicada en Paso de las Bardas Norte
(Mendoza). Este hallazgo correspondió a un yacimiento de "tight gas"
con un potencial de 25 millones de barriles equivalentes de recursos
recuperables que aumentaría aproximadamente en un 10% las reservas de
hidrocarburos de la provincia. Sin embargo, aún más importante que el
reconocimiento internacional, es el reconocimiento de los propios argentinos de
que el trabajo realizado va en la dirección correcta. Una reciente encuesta
realizada por Poliarquía sobre 1.564 casos destaca que entre quienes conocen
del yacimiento de Vaca Muerta, el 65% está de acuerdo con que se extraiga gas y
petróleo de la formación y el 84% sostiene que puede tener un impacto muy o
bastante significativo en la economía argentina. La decisión política oportuna
de recuperar una herramienta para el desarrollo nacional, la revalorización de
la inversión y la exploración sumada al apoyo popular que evidencia la nueva
gestión de YPF, son elementos objetivos que permiten estimar que, en el mediano
plazo, el panorama energético nacional revertirá la tendencia importadora para
alcanzar el estratégico autoabastecimiento.
Fuente: Ámbito
Financiero
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