Coronel Dorrego. Le debía una respuesta a un Concejal progresista del pago, disculpe la demora

Primero no tengo dudas sobre lo que usted afirma de Raúl Reyes. Tengo la suerte de conocerlo bajo circunstancias profesionales y no tengo más que coincidir con la visión que usted tiene, en cuanto a su caballerosidad y valores humanos. La visión política nos separa pero nunca al punto de faltarnos el mayúsculo respeto personal e intelectual que mutuamente nos tenemos.

Segunda cosa. Dicen que los K somos una especie en extinción. Puede que los kirchneristas seamos una especie en extinción cosa que para nada califica ya que muchas cosas buenas se han extinguido desde los comienzos de la historia. Por ejemplo la honorabilidad, la valentía. En política el Alfonsinismo, cosa que mucho lamento. De manera que según su argumento nunca va a poder contar con mi voto justamente por mi condición extinta. Qué rara manera de hacer política tienen algunos radicales vernáculos. En lugar de intentar contener y sumar voluntades políticamente dispersas, se los trata de extintos. Olvídese, un K duro no va con Massa como prejuzga y dudo que lo haga con Scioli, cosa que únicamente se puede revertir siempre y cuando este exhiba en lo que queda de su gobierno un compromiso estricto con la continuidad del proyecto. Con gusto “aplaudiría” una fórmula Randazzo-Urribarri. Por un lado un tipo que está trabajando mucho, duro y bien para solucionar un tema estructural del que nadie se ha ocupado en cinco décadas (un auténtico hierro caliente, sobre todo por la desmesurada oposición sindical, capaz de hacer cualquier cosa) y por el otro un excelente gobernador.

De todos modos me gustaría hacerle notar un detalle: Todas estos misiles dialécticos ciertamente absurdos se dispararon a partir de una nota personal que data del mes de febrero. Hasta ahora no he recibido ninguna argumentación política que refute mis aseveraciones, cosa que uno busca con afán cuando se instala delante del ordenador para exponer y desarrollar pensamiento crítico. En lugar de este chicaneo tilingo y adolescente sería mucho más beneficioso para todos debatir, desde la buena fe y la inteligencia, la visualización de los dilemas que nos aquejan.

Convengamos que contestarle desde la soberbia de un atril legislativo y entre amigos (como cuando se juntan 6-7 u 8 tipos en una esquina a decirles groserías a las pibas), a un modesto escriba de los suburbios dorreguenses, haciéndose el piola, chapeando cargo, equivocándose (y encima se le festeja el error) y para peor sin argumentar políticamente, de alguna manera está exhibiendo nuestras limitaciones políticas y sociales. Y debemos admitirlas con crudeza si observamos que el autor de ese comportamiento es nada más y nada menos que uno de los serios aspirantes a la Intendencia. (Queda claro que no me refiero a Raúl Reyes)

Cuando ocurren estas situaciones suelo coincidir con Dolina. El Negro afirma que la realidad marca que el debate generalmente se constituye como una trampa, ya que tener razón cuenta mucho más que avanzar hacia la síntesis. Y no hay mejor manera para ganar una conversación que banalizar los contenidos críticos de las exposiciones con argumentos paralelos. Justamente el otro día hablaba en su programa de un excelente texto de Schopenhauer: El Arte de la Controversia. Si gusta, en Nos Disparan, puede hallar el texto completo en una nota titulada Debate Intelectual, es del 9/01/2012, sino “googlé” Las 38 maneras de ganar una discusión. No sólo se va a divertir, además es un espejo social que ya tiene 200 años de antigüedad y no hay que correrle ni una coma, para nuestra desgracia.

Acaso el problema principal que tiene tanto el Concejal Progresista como el Radicalismo local lo define Sabina a la perfección...

Yo no creo que sus opiniones políticas apesten, por eso espero con honestidad intelectual sus argumentos..