Introducción: Desde hace un buen tiempo he decidido participar mucho más
de los debates en foros compañeros que desarrollar escritos e ideas propias dentro
de Nos Disparan desde el Campanario. En el segmento político/informativo prefiero
colgar notas de escasa difusión publicadas en periódicos o revistas
que difícilmente llegan a nuestro Pago. Me refiero a Miradas al Sur, Le Monde
diplomatique, Revista 23, Buenos Aires
Herald, incluyendo también ensayos periodísticos publicados en el Granma
Digital y en el Diario El País de España. Por fuera de la marcada belicosidad
que existe en la actualidad en contra de los que adherimos al proyecto nacional
y popular estimo que encapsularse dentro de la propia casa no hace otra
cosa que reducir el debate a su mínima expresión. Si bien el riesgo es mayor,
hablo de ser insultado, menoscabado y burlado no es menos cierto que siempre
algo queda de positivo en la experiencia. La diversidad enriquece y ese ida y
vuelta hace al nudo de la esta sana y enorme explosión democrática que estamos
transitando. Me permito entonces publicar uno de esos comentarios sobre la
realidad política actual, opinión que me trajo aparejado un buen cóctel de adhesiones
y espurios sinsabores. El texto es breve, no es de buen compañero invadir los
espacios amigos, pero creo que resalta claramente lo que uno observa de este 2014 político.
“Cuando el pueblo ha decidido por
medios democráticos debilitar la fuerza del gobierno no nos queda más remedio que
aceptar las consecuencias. Eso de presionar y sacarle en los dos últimos años
todo lo posible aprovechando su debilidad y luego despacharlo para que ni
recuerdo quede de él creo que se ha transformado en mandamiento corporativo. Más
allá de que el Kirchnerismo posee una generosa y cómoda posición parlamentaria,
observo que en la actualidad la política lamentablemente no se discute en el
parlamento sino en las mesas de los macronegocios. Tablas en las que
intervienen todas las corporaciones, desde holdings internacionales con encaje
interno hasta sindicatos muy poderosos que curiosamente están alineados con
esos holdings. No es lo mismo pulsear con un 54% de fuerza popular sobre
la espalda que con un 32% (y esto es tabulado por unos y otros). Lo del pato
rengo parecía un cuento, pero la realidad marca que no lo es. El tema era saber
cuánto de rengo quedaba el pato, no ya dentro del parlamento, sino en el
horizonte de la consideración ciudadana. Este
gobierno siempre fue atacado. Pero una cosa es atacarlo mediáticamente - les
sucede a todos los gobiernos - y otra muy distinta es operarlo desde adentro,
cosa que comenzó a suceder a poco que se constató su debilidad popular. Algunos componentes de la
derecha peronista - que por guiño de la transversalidad supieron convivir con
el oficialismo hasta el 2011 -, ya manifestaron, antes de octubre, su intención
para que este gobierno dimita, de modo
que circula por la cabeza de esta gente seguir limándolo entendiendo
que inexorablemente derramará en un fácil camino de victoria por los pasillos
de Balcarce 50”.
Dos cosas alarmantes surgen a mi entender y que deberían ser de atención por parte de la sociedad. Digo, por eso de las causas y los efectos...
1- Todavía no se atreven a ponderar el número
de cadáveres que tendrá de costo la empresa. Creo que no nos tiene en cuenta ni
como eso. ¿O pensarán que aceptaremos el paso de una asonada antidemocrática mansamente?
2- Ultima cosa: Creo que tampoco se pusieron de
acuerdo aún sobre quién será el primero que pise esa alfombra victoriosa.
Dos razones esconden el dilema. Por un lado se debe al egocentrismo y a la
soberbia que ostenta cada actor político y por el otro se percibe algo de temor
por quedar impreso en una nueva página negra de la historia Argentina.
De
momento la pinza se encuentra bien aceitada. Burócratas sindicales y burócratas
corporativos laboran con eficacia. Mientras esto ocurre la izquierda, como es
su costumbre, leyéndose a sí misma, muy
lejos de dejar la adolescencia…
creo que la variable n° 2 es la que más pesa a la hora de definir si se animan a pegar el zarpazo. Creo que no saben a quien poner.
ResponderEliminarfernandobbca