CÉSAR AIRA: Pringlense, habitante del barrio de Flores, autor imprescindible para los amantes de la mejor literatura. Hoy no ganó el premio Nóbel. Escasa difusión se le dio a su merecida postulación
César Aira
es posiblemente el escritor argentino más importante de su generación. Autor sumamente prolífico de novelas, además de cuentos, ensayos y obras de teatro,
y traductor de Jan Potocki o Saint-Exupéry, entre otros. Su obra le ha merecido el reconocimiento del
público dentro y fuera de su país. La crítica le ha dedicado diversos adjetivos
a lo largo de su carrera: inteligente, original, descreído, chocante,
divertido, imprevisible. Lo cierto es que su estilo es inconfundible. Nunca le
hubiera preguntado a nadie qué es la novela excepto a este escritor que, a sus
sesenta y pico de años, descubre que se le multiplican los lectores tanto como
las ediciones de sus libros. Por estos días fue postulado para el premio Nóbel de
Literatura. Tuve la hermosa oportunidad de acceder a varias de sus micronovelas
y he quedado encantado con las formas y los modos con los cuales el
extraordinario escritor pringlense nos relata sus historias. Alguna de las que
más me han conmovido son: Cómo me hice monja - El tilo - Las conversaciones -
Ema, la cautiva - Una novela china - La cena - La costurera y el viento y los
ensayos sobre Osvaldo Lamborghini y Copi. César Aira no ganó hoy el premio
Nóbel. Qué importa. Para nuestro placer César seguirá escribiendo, continuará siendo una fuente inagotable de textos maravillosos
en sus dos incisos fundacionales: la trama envolvente y un lenguaje excelso.
Recuerdo
que cuando por primera vez recorrí los pasillos de la Biblioteca Popular José
A. Guisasola no descansaban entre sus estanterías textos del notable escritor
sureño. A costa de mis caprichos literarios y ya como Presidente de la
entidad, me propuse adquirir cuanto
texto de él encontraba en las librerías de modo derrotar definitivamente
aquella inercia que provocaba el desconocimiento. Alejado en la actualidad de
aquel entorno bibliotecario observo con entusiasmo que César Aira forma parte
del vademécum de compra de la Institución. Por estos días estoy disfrutando de El Congreso de Literatura, novela del año 2007, gracias a ese compromiso
estético que por suerte ha prendido en un colectivo que ama la mejor literatura
nacional, acaso la mejor literatura universal.
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