El
funcionario reconoció que la norma afecta intereses de grupos concentrados,
pero al mismo tiempo acerca nuevas herramientas de ahorro a los pequeños
inversores, lo que redundará en un mercado bursátil más negociado.
“Es la
reforma más profunda de los últimos cuarenta años en el país, que le otorga al
Estado las herramientas necesarias para sostener la capacidad de supervisión de
todo el sistema financiero”, señaló ayer el presidente de la Comisión Nacional
de Valores (CNV), Alejandro Vanoli. Luego de que el Directorio de la CNV
aprobara la reglamentación de la ley de mercado de capitales, el funcionario
ofreció una entrevista a Página/12 en la que analiza los alcances de la nueva
regulación. El funcionario reconoció que se afectan intereses de grupos
concentrados, lo que explica las críticas a la implementación de la ley como la
que esbozó la Asociación Empresaria Argentina (AEA). También destacó la
posibilidad de acercar nuevas herramientas de ahorro a los pequeños inversores,
que redundará en un mercado bursátil más negociado.
–Algunas
cámaras patronales, como AEA, advierten que la ley desestimula la operatoria
bursátil.
–Esta
crítica responde a intereses de empresas que componen la cámara –la encabeza
Clarín– y que son limitados a partir de esta ley. Sólo me remitiré a decir que
cada vez hay más empresas, entre pequeñas y medianas, que operan en el mercado.
–La
resistencia pasa por el artículo 20.
–Es una
atribución que el Congreso le da al Gobierno para proteger a los inversores de
serias irregularidades. Ese artículo estaba ya reglamentado por decreto. Ya
había un montón de facultades que teníamos. Lo distinto es la posibilidad de un
veedor con poder de veto y de intervenir temporalmente la empresa en caso de
irregularidades. Pero la Comisión no va a usar arbitrariamente sus nuevas
atribuciones. Además puede apelarse y la prueba es Clarín, que suspendió el
artículo a través de una cautelar, que ya apelamos.
–También se
amplió la participación de la CNV en reuniones de Directorio.
–En las
asambleas participábamos ya en todas con la ley anterior. En los directorios
era más debatido. Si había un conflicto, un inversor público o privado lo
pedía. Ahora eso está regulado.
–¿La
decisión de gravar la compraventa de valores negociables que no coticen en
Bolsa no atenta contra el espíritu de la ley?
–Por el
contrario, además de ser un avance en gravar la renta financiera como medida de
obtención de recursos sobre los sectores más contributivos, genera un enorme
estímulo al mercado de capitales. El beneficio para el inversor de un valor
negociable que cotiza –porque no paga el gravamen–, estimula a las empresas a
que abran su capital a oferta pública para obtener financiamiento. La
Presidenta entendió que hay que dar un estímulo a las empresas para que hagan
oferta pública.
–¿El acuerdo
entre el Mercado de Valores y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires no busca
sacar ventaja de las plazas del interior?
–La sociedad
que creó el MerVal y la Bolsa, y presentaron ante la CNV y la Inspección
General de Justicia para su autorización, deberá primero adecuarse a los
límites de la ley. Ningún inversor puede tener más de 20 por ciento y la Bolsa
hoy detenta el 50 por ciento. Deberá ajustar su participación. Una posibilidad
es que lleven la diferencia a oferta pública o que se reparta entre los
trabajadores de la entidad. También pueden hacer alianzas con otras Bolsas del
interior.
–¿Qué cambia
para el público?
–Los
mercados tendrán su propia discusión, pero establecimos un marco que es la
interconexión y libro único de órdenes, que en la práctica va a implicar un
único mercado, que tomará el mejor precio de compra y de venta para las
personas que quieran operar. Habrá una comisión con todos los mercados donde se
unificarán criterios, horarios y márgenes de garantía, entre otras cosas.
–¿Se van a
fijar límites a las comisiones?
–La Caja de
Valores, que integran el MerVal y la Bolsa, tiene que presentar a la Comisión
un informe de costos, para delinear un mejor servicio y más información, con el
objetivo de facilitar a los usuarios el acceso. Los precios van a ser de libre
disponibilidad y los valores los vamos a definir sobre ese informe.
–También se
crearán nuevos instrumentos, ¿sobre cuáles están trabajando?
–Se trabaja
sobre la inversión en la economía real, en temas como infraestructura, sector
inmobiliario, agro, industria y servicios. Estamos pensando en trabajar en una
serie de fideicomisos para financiar cadenas productivas, como el trabajo que
llevamos a cabo con el Ministerio de Agricultura por la industria láctea.
–¿Siguen los
trabajos con las universidades por el tema de las calificadoras de riesgo?
–Ahora está
el marco. Con Economía mantenemos un grupo de trabajo con las universidades de
Buenos Aires (UBA), Tres de Febrero, Avellaneda, San Martín, Chaco, Mendoza y
Moreno, entre otras, para generar una capacidad interna y delimitar las
características que tienen que tener esas unidades separadas dentro de las
universidades. Estarán limitadas sólo a calificar.
–¿Cuál es la
ventaja para las empresas?
–La
competitividad que piden las empresas también hay que trabajarla microeconómicamente.
No se puede basar sólo en el tipo de cambio. Esa visión ya está agotada. Me
parece que obtener financiamiento es mejor para la competitividad y permite
desde el punto de vista económico avanzar desde el crecimiento al desarrollo,
con financiamiento desde las pymes.
Fuente: Página
12
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