Una de las sensaciones más raras aquí es la ausencia de
lo urgente.
Este país está en medio de las guerras más largas de su
historia, en las cuales cada día muere más gente, pero ésa es sólo una de
tantas noticias urgentísimas que forman parte de un torrente de información,
desde los detalles como la creciente desigualdad hasta las pruebas de que se
acerca una crisis ambiental que puede llevar al fin de la vida humana en el
planeta. Las noticias no dejan descansar –o sea, no es por falta de información-
, pero tampoco parecen despertar respuesta. Todo se presenta con mayor prisa
cada vez, pero nada urge.
En estos últimos años sucedió lo que todos saben fue el
mayor fraude en la historia del país, cuando los bancos y las empresas
financieras provocaron la peor crisis desde la Gran Depresión. Todos saben que
hoy día esos mismos financistas y sus amigos están gozando de un auge mientras
la gran mayoría de estadounidenses sigue pagando las cuentas y consecuencias
del desastre. El típico hogar ha recuperado menos de la mitad de toda la
riqueza que perdió durante la crisis, según un informe del banco central, la
Reserva Federal. La riqueza de los hogares se desplomó 16 billones entre el
tercer trimestre de 2007 y el primero de 2009. Aunque en total se ha recuperado
91 por ciento de estas pérdidas, dos tercios de esta recuperación es resultado
de incrementos en precios de acciones bursátiles y 80 por ciento de las
acciones bursátiles está en manos de ese 10 por ciento, o sea, la recuperación
se ha sentido entre los más ricos. Por ello, el hogar promedio sólo ha
recuperado 45 por ciento de su riqueza. En tanto, las ganancias de empresas
marcan records, igual que las acciones. Pero esta disparidad y desigualdad no
urge.
Hoy, más niños, madres, hermanos, padres, abuelos, tías,
estudiantes, soñadores, maestros y artistas morirán por la violencia desatada
por las políticas bélicas de Estados Unidos. Unos cuatro mil han muerto en
misiones de asesinato con aviones a control remoto. En Irak, donde se proclamó
el fin de la guerra, mayo fue el mes más sangriento desde las matanzas
sectarias entre 2006 y 2007, con más de mil muertos, reportó la ONU. Pero no
urge.
Desde la matanza en la escuela primaria en Connecticut
que sacudió al país en diciembre, más estadounidenses han muerto por violencia
de arma de fuego en este país (4499) que el total de militares estadounidenses
en los nueve años de guerra en Irak (4409), reportó la revista Slate. Aún no
hay un mayor control de armas en Estados Unidos. Tampoco parece ser tan
urgente.
Y, para aquellos que aún no creen que haya una relación
entre las cúpulas políticas y financieras, se anunció que el general retirado
David Petreaus, uno de los ingenieros de las guerras que después tuvo que
renunciar a su cargo como jefe de la CIA por la revelación de una relación
extramarital, ahora asesorará a los estrategas internacionales de la firma de
inversiones Kuhlberg Kravis Roberts en Wall Street. No estalla un escándalo.
Todos reciben la información dócilmente.
Hoy, las políticas de educación anularán la imaginación y
el desarrollo intelectual y emocional de millones de jóvenes, y atentarán
contra la dignidad y el orgullo de los maestros. Pero no urge.
En una maravillosa nueva exposición sobre los océanos en
el Museo de Historia Natural en Nueva York se documenta cómo los seres humanos
envenenan y matan los orígenes de la vida. Mucha gente sabrá más. Muchos niños
preguntarán por qué, pero no hay urgencia.
Hoy, periodistas narrarán todas estas cosas, una vez más.
Ofrecerán más evidencia de qué tan urgente son todas estas situaciones, pero ni
para ellos hay gran urgencia.
¿Qué sucede en un país sobreinformado de cosas tan graves
que directamente, y en este mismo momento, afectan de manera dramática a
tantos, pero donde esa información no se traduce en acción urgente?
Noam Chomsky, en una entrevista reciente publicada en
Truthout.org, comenta que “uno de los grandes éxitos de las instituciones que
rigen a Estados Unidos es que han logrado disgregar a la gente. Están
atomizados... hay poca memoria. Cada vez que un grupo de estudiantes se
involucra en una protesta, todo empieza de nuevo. No hay memoria de cómo se
hacía antes”. Indica que se destruye la memoria a propósito. “Uno no quiere
sindicatos porque tienen este tipo de memoria, son fuerzas democratizadoras,
juntan a la gente. Entonces (los gobernantes) los destruyen, tratan de
desmantelar todo eso, para que todo empiece de la nada... Es uno de los grandes
éxitos de los poderosos, de los empresarios: desmantelar la organización,
separar a la gente, parte del consumismo... los convences de que consumir es el
mayor objetivo en la vida, y los atrapas endeudados. No tienes que preocuparte
de una democracia funcional porque la gente está atrapada y sola. Tal vez 70 por
ciento de la población opinaba que la guerra era fundamentalmente equivocada e
inmoral, pero no tenían ni idea de qué hacer al respecto. Vámonos mejor al
próximo programa de televisión; es un poco infantil: no puedo hacer nada; todo
está más allá (de mi alcance); sólo soy una víctima. Esto es un triunfo
bastante notable de las fuerzas antidemocráticas que en verdad controlan las
cosas.”
Tal vez recuperar la memoria es la clave para que lo
urgente recupere su urgencia. Los estados generales de amnesia no pueden
sostener la promesa de la libertad individual o la práctica del autogobierno,
escribe Lewis Lapham, editor de la maravillosa revista de historia Lapham’s
Quarterly. Sin conciencia histórica, argumenta, los estafadores, los políticos
totalitarios, los manipuladores religiosos, los guerreros, pueden continuar con
lo suyo y así lograr que lo urgente pueda esperar.
Lo que preocupa es que llegará un día en que será
demasiado tarde para hablar de lo urgente.
* De La Jornada de México. Especial para Página/12.
la aurora asomo debilmente por el este.Entre las ruinas se levantaba solo una pred. Dentro de la pared una ultima voz repetia y repetia ,una y otra vez mientras el sol se elevaba sobre el monton de escombros humeantes:
ResponderEliminarHoy es 5 de agosto de 2026 hoy es 5 de agosto de 2026.'Vendran lluvias suaves" RAY BRADBURY
Gracias por poner el articulo JAVIER
Gracias a vos por habermelo acercado. Y no te olvides para hoy de Peter Green, va con dedicatoria. Abrazo
ResponderEliminarOtra cosa:
ResponderEliminarMetete en el artículo del 23/8/12 titulado "Somos una manga de chorros". En él se incluye un cuento que se titula La Pelusa en el Ombligo. Algo tiene que ver con el bello texto de Bradbury