Así me encuentro. Aburrido de escuchar
tonadas plagadas de quejas reiteradas, angustias de gusanería, penas falsarias por
cuestiones que no ameritan el menor esfuerzo intelectual. Acaso por eso dentro
del criollismo me gusta Larralde y como género universal el Blues. Detesto el gemido
de la abundancia, respeto aquel que deviene del dolor. Me tienen hastiado con
sus lloriqueos ancestrales. Siempre más, nunca alcanza, nunca les alcanza, la
Patria son ellos, el resto somos material desechable. Mano de obra necesaria
para que sus ambiciones puedan beber un importado blend de primera calidad
todas las putas noches de sus magras vidas. Los micros agropecuarios dan asco,
nunca la que embolsaron y embolsan, siempre la que no embolsan, y la recurrente
culpa de unos negros mierda que por designo democrático hemos decidido por un
modelo en donde la riqueza debe repartirse equitativamente. Para estos tipos
solos ellos hacen la riqueza. Nuestros esfuerzos, nuestros impuestos, nuestros
"ivas", nuestros consumos, nuestros aportes voluntarios y solidarios no cuentan.
¿Son egoístas? Si fuera solamente eso vaya y pase... de algún modo los
definiría como humanos. No, no es egoísmo. Es algo mucho peor. Es suponer que
pertenecen a un raza superior, no negra desde luego, y si es negra... que sea “de
color”: “Me niego a comercializar granos, es una prerrogativa privada, viva el
libre albedrío, que el resto de cague, yo guita no pienso perder, a por la
devaluación entonces... No me gusta la democracia negra, negra de adentro y
negra de afuera...”
Demás está aclarar que este espacio tiene suma devoción por los felinos. 18 componentes de la especie nos han elegido para enseñarnos cuestiones que desde el prisma humano son complejas de ponderar. Por ejemplo ese asunto de los egoísmos legítimos. Anarquista por excelencia el gato come hasta saciar su apetito, no más, su naturaleza le impide hacer despensa y esconder alimento con hace el perro. El gato promueve un riguroso colectivismo. Todo es de todos y en partes iguales, en la riqueza y en la pobreza, incluso hasta cuando de amores se trata.
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