Preguntas y Respuestas
La Salud de la TV Pública y la victimización como ariete, como falaz argumento
Si Miceli estuvo bien debido a que preguntó
lo que quería preguntar, y el “Cuervo” estuvo bien debido a que contestó lo que
quiso contestar, y eso se dio en el ámbito de la televisión publica, ¿cuáles
fueron los motivos que provocaron tamaña flagelación dentro de la militancia
oficialista?. ¿Habrá sido por la
manipulación de la que fue víctima la persona que efectuó la pregunta? ¿Habrá
sido por la manipulación de la que fue víctima la persona que respondió?... Una
tontera. Desde cuándo nos compete cuestionar a las personas que edifican
preguntas y construyen respuestas. En todo caso lo que podemos hacer es debatir
a partir de los disparadores que promueven ambas estructuras dialécticas, nunca
debemos hacerlo partiendo de un prejuicio personal. Si tal cosa fuera necesaria
para mantener la pureza del debate todos, absolutamente todos los ciudadanos de
la Patria que portamos alguna historia, deberíamos mantener “prudentes” y para
nada aconsejables silencios.
Me encantó que desde la tribuna de 678 se
lo criticara a Miceli y me encantó que desde su tribuna del Noticiero Miceli
retrucara a los panelistas de 678. Lamentablemente Lucas Carrasco no contó en
su momento con esa misma posibilidad. Lo que es necesario analizar es la
argumentación exhibida. Es decir, mayor ejercicio de libertad imposible. Vaya
uno a buscar dicho ejercicio de libertad en el oligopolio o dentro de otros
grupos mediáticos, incluso en los grupos mal llamados oficialistas. Luego de
aquel recordado encontronazo Ruiz Guiñazú – Víctor Hugo, (y eso sí fue una
verdadera encerrona aderezada con una buena dosis de mala fe por parte de quien
fuera integrante de la Conadep) Radio Continental salió fortalecida en cuanto a
su supuesta pluralidad (cuestión ciertamente discutible – si gustan puede
acceder en este mismo espacio a los artículos titulados: El Perverso juego de
la Pluralidad I y II).
Hasta periodistas pobremente
estructurados como Alfano, Leuco, Bravo y María O´Donnell se ufanan de la
“pluralidad de la emisora” sin desconocer (pero sin reconocer publicamente) que esa
característica, de ser positiva, se la deben de manera exclusiva a VHM y su
equipo periodístico. Sin La Mañana de Continental la radio sería una Mitre más.
Eso de chapear con el riesgo ajeno es cosa muy común dentro del periodismo
progresista marca “Essen”. ¿Cuánto del escaso prestigio que aún conserva Lanata se desprende de sus tiempos de Página 12 y las firmantes y jugadas plumas de
Verbitsky, Aliverti, Gelman, Giardinelli, Bayer, entre otros?. Plumas que en la
actualidad le son inconvenientes a sus fines corporativos y que por ese motivo
intenta deshonrar, para después pretender desde la soberbia, que esas mismas
arriesgadas plumas le brinden homenajes fundacionales más allá de que él no
tenga ningún prurito para enviarlas al cadalso. A propósito de los debates
internos dentro de un mismo medio, los viejos lectores de Página 12 conocemos
los virulentos contrapuntos que durante la década del noventa se plasmaban en
la contratapa del diario. Algunos de los mencionados daban cátedra dialéctica
cuando de antagonismos coyunturales se trataba. Sospecho que en la red se
pueden encontrar esos memorables ensayos político/literarios... (Sin ir más
lejos la reciente asunción de Bergoglio como Papa disparó contrapuntos de
similar tenor entre Santiago O´Donnell y el propio Verbitsky)
Uno de nuestros amigos escribas se
preguntaba, hace pocos días, qué hacemos con este boludo. Cuando observé que el
artículo estaba ilustrado con la foto de Miceli descubrí que hablaba de él, y
tuve la necesidad de verificar la foto debido a que fuimos muchos los boludos
que circulamos por el éter con relación a este tema. Pues a mí me parece que la
televisión pública saldrá fortalecida del dilema en tanto y en cuanto abrigue
buenamente a todas aquellas voces disonantes que la habitan, incluso las de los que
luego intentan victmizarse para lograr ser tentados por aquellas
corporaciones que hasta hace muy poco tiempo los defenestraran profesionalmente
de manera desdorosa.
Casi todos los integrantes del sistema de
comunicación pública circularon alguna vez por los pasillos del oligopolio, me
parece inconcebible que ante el primer cambio de opinión resurja la figura del
topo. Caracterización banal y ciertamente injusta para personas cuyo presente
demuestra un compromiso totalmente distinto al que expresan los periodistas de
los medios dominantes.
Si de boludos o de perversos se trata nos
deberíamos plantear otros nombres mucho más cercanos a la desestabilización, apellidos más complejos ideológicamente, operadores muy bien pagos, que vaya
guiño del destino, están contratados por empresarios supuestamente cercanos al
oficialismo. Veamos el staff de C5N y de Radio 10, o el staff de Radio Del
Plata. Acaso Miceli, como muchos de nosotros, sea un boludo más como define el
compañero, pero González Oro, Etchecopar, Gelblung, Lage, E. Feinmann, Doman,
Zloto, no lo son en lo absoluto. Me imagino la refutación:
-
Vos no entendés Gustavo, te
falta calle, te falta roce político, lo que se intenta es partir mediáticamente
al segmento opositor
a lo que rápidamente respondo con una
pregunta
-
¿Cómo lo partís si su
discurso es el mismo? Lo que importa es la argumentación, el mensaje y lo
que se desprende de dicha construcción dialéctica
Para luego agregar...
-
Si no vencés al discurso
mediopelo es imposible ganar la batalla cultural. Amén que intentes solamente
arruinar económicamente al oligopolio para luego domesticarlo... En lo personal
no me interesa tenerlos como aliados circunstanciales, ni siquiera suavizados,
sus manos manchadas de sangre impiden cualquier tipo de análisis al respecto.
Hasta ahora han sido de mucha utilidad cumpliendo el rol de oposición. Creo que
la experiencia con los Schoklender, con los Cirigliano, con los Moyano, con
Alberto Fernández nos debe alcanzar como aprendizaje para entender que el
escorpión siempre mantiene intacto sus naturales instintos.
Tal vez los supuestos empresarios
mediáticos Kirchneristas están jugando internamente una pulseada ideológica de la que
nosotros aún no nos hemos dado por enterados. No deseo instalar taxativamente que se tratar de una suerte de
transversalidad reaccionaria (por derecha) por respeto a aquel loable intento
político de Néstor y Cristina. Los tipos ya lograron armar sus negocios, por
qué razón yo tendría que pensar cándidamente que esos negocios conseguidos se
encuentran, dentro del campo del interés de esos sujetos, por debajo del
proyecto nacional. Recordemos que muchos empresarios que prosperaron y se hicieron
fuertes debido a las políticas inclusivas del primer peronismo no tuvieron
pruritos para darle la bienvenida a la fusiladora (Noble fue uno de ellos). Simples preguntas, acaso
débiles conjeturas, espero no ser tratado como Miceli. De todos modos juro que
en caso de ser vapuleado por los compañeros nunca aceptaría un reportaje en
donde Nelson Castro me desee una larga y feliz existencia...
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