La Información tras la información
días de abril...
Playa Girón y Venezuela
días de abril...
Playa Girón y Venezuela
Pues temo si me entrego a ese viaje que ese camino sea una locura;
eres sabio, ya entiendes lo que callo...
del Canto II - El Infierno, de la Divina Comedia - Dante Alighieri
La dictadura de la información se
constituye acaso como el concepto más importante dentro de la estructura del
pensamiento de Ignacio Ramonet. Con ese título el periodista y politólogo
español desea develarnos cómo los medios corporativos suelen utilizar a la
información para ocultar y manipular. Dichos postulados los estamos
visualizando sin eufemismos tanto en Venezuela, con relación al acto
eleccionario, como aquí en Argentina con relación al tema de la reforma
judicial. En ambas coyunturas la dicotomía se plantea entre aquellos supuestos
totalitarios que curiosamente desean mediante el voto popular ampliar derechos
colectivos en claro antagonismo con aquellos supuestos republicanistas que se
oponen taxativamente a la participación popular sobre dichas cuestiones. De
hecho son estos sectores los que en Venezuela intentan desconocer el resultado
de los comicios provocando tensiones sociales en dónde ni siquiera la muerte
tiene la fuerza suficiente para ubicarlos dentro de la racionalidad.
Al respecto afirmar que resulta
“consolante” que los siete mártires hayan sido chavistas no deviene de un
desvarío lindante con la locura, espero se me entienda. Si las siete víctimas
hubiesen pertenecido a las huestes opositoras, sin dudas, estaríamos frente a
una inmediata intervención militar estadounidense aceptada con beneplácito por
más de medio planeta. Y esto tiene que ver con la dictadura de la información y
la demonización “civilizatoria” que permanentemente se hace con relación a los
Gobiernos populares latinoamericanos. Mientras supuestos “republicanos” defecan
discrecionalmente sobre la voluntad popular, los supuestos “estalinistas”
ofrendan sus jirones a favor de la democracia.
Por esto mismos días, pero del año 1961,
es decir hace 52 años, una operación estadounidense intentaba invadir Cuba y
acabar con su Revolución de la mano de los Demócratas. El lisonjeado John F.
Kennedy era por entonces su primer mandatario. Las arenas de Playa Girón
conservan aún los cañones de la resistencia y los “compañeros poetas” de Silvio
aún siguen recitando. Ayer 16 de Abril otros siete compañeros poetas, en este
caso Chavistas, cayeron asesinados por la mano del Imperio y la derecha
reaccionaria. Propongo consultar con los archivos y hacer un análisis de como
fue editada periodísticamente aquella operación sobre Bahía de Cochinos,
compararla con la de ayer, y cómo en ambos casos con más información se trataba
de ocultar la realidad, tal cual afirma Ramonet en su tesis.
En nuestra coyuntura se pretende imponer
como verdad revelada de que el Gobierno, en función de sus apetitos
hegemónicos, intenta controlar al poder judicial debido a que la participación
popular directa en la asignación de integrantes en el Consejo de la
Magistratura le aseguraría preeminencia en dicho cuerpo colegiado (conjunto que
interviene en la elección de los jueces). Curioso análisis para un
establishment que considera como seguro el fin de ciclo Kirchnerista. Si esto
es así que mejor para ellos que los comicios determinen un Consejo de la
Magistratura en donde el oficialismo tuviera minorías. ¿Cuál de las dos
hipótesis será cierta? Acaso ninguna, y ambas formen parte de la misma lógica
periodística: la dictadura de la información. En oportunidades y según convenga
oculto o revelo la más beneficiosa a mis intereses.
Por suerte el mundo de las estadísticas
ha recibido un nuevo bofetazo político. Elemento informativo sumamente lábil y
manipulable si de intereses se trata. Por fuera del susto que nos pegamos este
domingo en tierras bolivarianas no debemos olvidar que en aquella elección de
octubre también existió un manejo espurio de las bocas de urna con el objeto de
instalar una información antojadiza en lugar de otra real. Las encuestas tienen la virtud de colocarse
como información cuando en realidad son una simple estimación y dicha
percepción depende de decenas de factores, algunos develados y otros (los más)
no develados, incisos que también se suelen superponer de acuerdo a intereses
específicos.
La dictadura de la información permite
que hoy en Inglaterra se le rindan homenajes a la “Dama de Hierro”. Pero al
mismo tiempo exhibe una realidad que por pretender ocultarla encuentra relieves
superiores: La omnipresente ausencia de lágrimas por esa muerte.
Después existen cuestiones más básicas:
la precariedad periodística, la perversidad, la mentira, la pobreza
intelectual, la imbecilidad, la hijadeputez, la maldad, la torpeza, el odio, el
facilismo, el embuste, la hipocresía, la falta de honra, el denuncismo
oportunista y especulativo, incisos que sirven para tapar la corrupción propia,
y demás tramas que podemos observar con suma precisión y claridad en el prime
time de los domingos por la noche en las pantallas del oligopolio. En este
último caso la desinformación intenta ocultar a la información cosa menos grave
debido a que las falacias, por más empeño que se ponga, se diluyen rápidamente;
más allá del oxímoron, caen velozmente por su escaso peso específico.
Comentarios
Publicar un comentario