Menem lo hizo





Semana de fallos ciertamente extraños. En esta oportunidad no me voy a detener puntualmente en la conducta política del nefasto ex primer mandatario. Los lectores de este espacio conocen hasta el hartazgo nuestra opinión sobre el proyecto político que encabezó el personaje en cuestión durante la llamada segunda década infame. Lo que resulta complejo de analizar y digerir es el momento político escogido por la justicia para intentar higienizar sus deficiencias estructurales justamente después de haber sido criticada por su marcada banalidad. Percibo el reciente fallo como una reacción testimonial corporativa, una salida sencilla, (castigar a un extinto), pergeñada como respuesta a las objeciones del presente. Exhibir un par de fallos impactantes pero que al mismo tiempo sean escasamente determinantes desde los intereses coyunturales, que ayuden a modificar de algún modo la visión social que se tiene sobre el poder judicial. Al mismo tiempo la figura de Menem siempre ha resultado óptima para desviar cualquier tipo de atención debido a que suele utilizarse su miserabilidad como munición política. Lo vemos en los titulares de los medios dominantes al instalar la idea que los fueros que posee el caudillo riojano fueron obtenidos mediante un acuerdo con el ejecutivo nacional. Acaso, perversamente, prefieren omitir que su banca senatorial se desprende de un acto comicial en donde su fuerza local presentó listas en solitario. Las boletas de entonces clarifican la falacia mediática. Fueros que en los comicios del 2003, cuando su candidatura presidencial, nadie se permitía discutir y menos aún criticar. No olvidemos que en primera vuelta obtuvo la victoria con un 25% de las voluntades. Tirarse con la munición Menem resulta en la actualidad políticamente correcto luego de haber armado negocios descomunales con sus políticas. Sus socios más significativos de entonces le arrojan su minusválido cadáver al oficialismo procurando ofrecerle a la población una lectura ciertamente tan lineal como falaz sobre el pasado reciente. A todo esto el poder judicial continúa sin resolver asuntos en donde las corporaciones ven afectados sus intereses concretos. Además de la consignada, varias operaciones mediático-jurídicas hemos observado en el curso de esta semana mientras el dolor por la pérdida del Comandante Chávez se situaba como noticia principal. Las revelaciones sobre las actividades de Gendarmería dentro del Proyecto X merecieron amplia cobertura y marcada desinformación. Bonelli y Alfano, desde TN, adjudicándose una investigación que nació desde Página12, proponen observar cuanto de malevolente existe en la presentación. Presta, la justicia, tomó cartas en el asunto develando mediáticamente, por pantallas dominantes, cuestiones que hasta el momento parecían descansando en el más lejano de los ostracismos. Aún no sabemos a ciencia cierta si Inteligencia de Gendarmería actuó como una célula paraestatal, a espaldas del Gobierno, o lo hizo bajo estrictas órdenes recibidas. Lo cierto es que en medio de un conflicto político con la fuerza mencionada reaparece una situación que el Gobierno, a través de su Ministra Garré, deberá aclarar puntillosamente. A la par el clan de estafadores Schoklender sigue teniendo venias judiciales para proponerse como inocentes arrepentidos de una supuesta cadena de corrupción estatal en donde ellos solamente fueron simples y obedientes gestores. Papel Prensa, escuchas ilegales, Blaquier, ley de medios, Durán Barba, acciones de las AFJP, cautelar a favor de La Nación, el predio de la Rural, no son temas que el poder judicial está comprometido por develar. Y esto seguirá siendo así debido a que como mencionamos en el artículo titulado “Justicia”, la porción más conservadora de ella desarrollará un compendio de fallos que pondrán en aviso al ejecutivo sobre lo inconveniente que resulta todo intento de reforma judicial: ”Lo de esta semana fue sólo una muestra, podemos hacerte la vida imposible”... “Si vos querés politizar a la justicia primero vas a tener que soportar la judicialización de la política, dándote cuenta de nuestro verdadero poder de daño”... “Podemos elegir causas, mediatizarlas, ocultar otras, manipular imputaciones y procesamientos, postergar juicios y demás habilidades que mantenemos como privilegio”...



La campaña electoral de este año transitará mucho más por temas jurídicos que por cuestiones políticas concretas. No sólo va a haber oposición política y mediática, también habrá oposición judicial conservadora. La virulencia de los tres frentes ya se está percibiendo; a medida que se acerquen los comicios, dicha iracundia, se multiplicará geométricamente.



La justicia, esta semana, arrojó un cadáver político a modo de preaviso para la gilada. Cadáver que no será sentenciado en la praxis producto de su edad y de sus fueros. El fallo contra Menem y compañía ha sido solamente un simple testimonio, una muestra del devenir, para nada encierra un verdadero intento de justicia. Esta causa nunca le importó lo suficiente al Poder Judicial. Al igual que jamás le importó igualar derechos y obligaciones con el resto de los mortales pagando ganancias. Siempre fue muy claro el contrabando y la triangulación. Nos inquieta por sobre manera tanto los 18 años transcurridos como el momento político de su resolución. 
De todas formas, apelación mediante, bienvenido sea que ex esposo de Cecilia Bolloco no se vaya de este mundo impune, aunque su fallo no haya sido motivado por un deseo legítimo de justicia, sino potenciado por un intento "limitador" de un sector del poder judicial que se reserva para sí el derecho de presentarse ante la sociedad como arma lícita de destrucción política...



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