Conflicto Docente en la Provincia de Buenos Aires
(Segunda Parte)
... y sus clarosocuros. Visión del hombre de a pie
En todo conflicto existen intenciones
adicionales. En oportunidades son develadas, en otras ocasiones se mantienen
ocultas hasta que aclare. Nunca se debe mostrar la mano de entrada, la reserva
hace al eximio jugador. El conflicto que involucra a los docentes de la
Provincia de Buenos Aires tiene cuantiosos elementos para delinear,
particularidades que si las quitamos del debate terminamos sin entender la
complejidad del dilema, esto incluye el marcado desmanejo de su Gobernador con
relación al escaso énfasis que pone en pos de exigirle tributos adecuados a los
que más tienen. ¿El presente conflicto es simplemente el reclamo salarial de un
sector cuyos trabajadores tienen en riesgo su fuente laboral, que su hora
hombre se encuentra por debajo de la media nacional, que coloca en discusión
esas prerrogativas especiales y distintivas que tiene la profesión? Comencemos
a desandar algunas percepciones visibles, esas que los hombres de a pie podemos
observar sin necesidad de meticulosas intrigas.
Primero: El docente público al estar enmarcado
dentro del ámbito estatal tiene bajo su beneficio aquello que se conoce como la
inviolabilidad del puesto laboral. Es decir, no puede ser despedido por la
patronal independientemente de su capacidad y compromiso para el ejercicio de
la tarea. Un mal docente tiene la potestad de ejercer su profesión hasta el día
de su jubilación o más allá de ella, en tanto y en cuanto cumpla con los
requisitos burocráticos exigidos; la calidad de su tarea, el dominio de la
asignatura y su capacidad como pedagogo no cuentan para su futuro por más que
existan banales calificación internas. Ante la elevación de un sumario por
temas puntuales el traslado o el cambio de tareas es la peor de las
resultantes. De modo que el primer inciso no está incluido dentro del conflicto
debido a que considero improbable que los trabajadores objeten tamaña ventaja.
Nunca un docente será despedido por inepto, ni tan siquiera por correr hasta el
extremo del abuso el por demás laxo régimen de licencias existentes.
Segundo: ¿En la actualidad un docente es un
trabajador calificado? ¿Los requerimientos para estar al frente de un aula se
desprenden de dicho concepto?. Hace un tiempo no muy lejano llegar a ser
docente temático implicaba un compromiso formativo de no menos de cuatro o
cinco años universitarios. La existencia de carreras cortas y a distancia,
específicas, resumidas, han provocado que un enunciado banal habilite a un
docente para dar varias asignaturas al mismo tiempo con idéntico rango que lo
hace un docente formado de acuerdo a los cánones tradicionales. Los cursos
“sindicales” anexos, - y en algunos distritos pagos -, se encargan de elevar el
puntaje de esos minusválidos conocimientos instalando a esa simplificación en
un mismo plano de igualdad con la carrera formal. Este tipo de cuestiones ha
debilitado notoriamente la calidad educativa en la misma proporción que aumentó
considerablemente la cantidad de “afiliados”. Por eso este segundo tópico
tampoco ingresa dentro del ámbito del reclamo. A nadie le interesa darle rango
de excelencia a la actividad debido a que esa política acotaría notoriamente
las facilidades que en la actualidad se tienen para acceder a un cargo. Además
evitaría ciertos manejos políticos que subyacen en la superficie cuando de
nombramientos superiores se habla. De modo que si estamos delante de una
profesión cuya calidad poco cuenta ¿cuántas razones hay para darle una entidad
económicamente superior a la que tiene? ¿Por qué el rango salarial tiene que
superar la media si las exigencias para ser docente están bastante por debajo
de dicho rango? En la coyuntura un docente inicial con cargo simple (20 horas
semanales) cobra aproximadamente cincuenta pesos la hora ($3.600 al mes). Un
bancario inicial cobra exactamente lo mismo con la sola objeción que no puede
darse el lujo de elegir la cantidad de tiempo que quiere trabajar. Un docente
también tiene la prerrogativa de elegir tiempo de dedicación y hasta de
calcular la afectación de ganancias al salario final. Dentro de este contexto
empobrecido y enmohecido hacer un reparto equitativo de los cargos nunca se
plantea. Existen docentes – no son pocos -
que se permiten tomar horas con llamativa discrecionalidad, tanto en el
ámbito público como en el privado, cumpliendo a medias su compromiso sabiendo
que el régimen de licencias y mucho de complacencia jerárquica les permite
manejar la cosa con bastante comodidad. A todo esto el conocimiento y la
excelencia brillan por su ausencia cuestiones que parecen no inquietar a los
trabajadores de la educación. Reitero la molesta pregunta. ¿Por qué razón darle
rango salarial superior de la media a una actividad que no supera, en la
praxis, dicha media? ¿Es posible plantear una reforma educativa integral sin
discutir los vicios que ostenta la profesión? Al preparar alumnos de manera
particular no sólo tengo una visión concreta de lo que ellos saben, sino de lo
que ignoran sus docentes.
Tercero: En varias oportunidades hemos mencionado
el régimen de licencias. Mencionamos su laxitud, promotora de abusos
descomunales y especulaciones varias por todos los actores educativos, sean
ellos jerárquicos o no. Los regímenes de licencias no son otra cosa que sueldo
que se cobra por tiempo que no se trabaja. Visto así suena crudo, pero no por
ello deja de ser real. Desde este espacio estamos muy de acuerdo con aquellos
beneficios que implican cuestiones legales y dilemas límite. Nadie objeta la
licencia anual ordinaria, las licencias por enfermedad o las licencias por
estudio. El tema parte de una ventaja estructural que no tienen el resto de los
gremios: los cuarenta y cinco días de inactividad docente que median entre cada
ciclo lectivo, más las dos semanas correspondientes al intervalo invernal.
(Ergo: Se cobran trece meses al año, aguinaldo incluido, se trabajan diez). Por
lo pronto esta universalización de la licencia anual ordinaria impacta
favorablemente y de forma independiente a la tarea específica. Lograr en la
actividad privada u otras ramas públicas 30 días de licencia anual ordinaria
implica para un trabajador más de veinticinco años de compromiso laboral dentro
de la misma empresa no siendo traslativa dicha prerrogativa en caso de mudanza
de trabajo aún permaneciendo en el marco del mismo gremio. Por fuera de esta
ventaja legal, no siempre asumida como tal, no es mi intención menoscabar el
formato. En donde deseo poner atención y apunto a la reflexión es en el régimen
de licencias adicionales a estos sesenta días estructurales y que permiten el
desarrollo de notables desequilibrios a favor de extraerle tiempo y compromiso
al salario cobrado. Cuestiones que los docentes, en líneas generales, conocen,
aprecian y aprovechan con sumo énfasis militante.
Además de tales prerrogativas el docente con
licencia sin goce de haberes y cargo efectivo puede retornar a la actividad
cuando lo desee, práctica muy común, sobre todo, cuando se arriba a la edad
jubilatoria teniendo en cuenta que el educador cobra el 82% de los haberes. Se
me podrá objetar que los aportes son mayores. Cosa parcialmente cierta sólo si
no observamos el básico. Los aportes reales son mucho más bajos que el cobro
efectivo debido a la gran cantidad de ítems no remunerativos que componen la grilla.
De modo que esa falencia estatal finaliza resultando una ventaja indirecta de
carácter coyuntural.
Es decir: algo que nada que tiene que ver
con la tarea específica se transforma, según la coyuntura, en un beneficio
silenciado o en una queja intempestiva... Vamos a ponernos de acuerdo y basta
de verso... Eso de acomodar los argumentos según caiga la taba en nada se
relaciona con la honestidad intelectual. En oportunidades los gremios docentes
y sus afiliados suelen utilizar de excusa su formato de cobro, argumentando que
los conceptos no remunerativos perjudican su futura jubilación. Lo cierto es
que difícilmente el trabajador de la educación acepte los descuentos
correspondientes sobre la totalidad de lo cobrado. Entonces: ¿Será verdad que
lo desean? Pues conociendo el paño, estoy seguro de mis conclusiones.
Otro dilema adicional y distintivo es la
concreta posibilidad y albedrío que tiene el docente para jubilarse a los
cincuenta años luego de haber aportado durante veinticinco. Operatoria
inexistente para la mayoría de los trabajadores de nuestro País. Y ese libre
albedrío es utilizado a placer. Y aparecen las tareas pasivas. Hace poco me
enteré que en la actividad docente tenerle fobia al papel es motivo de dicho
privilegio. El régimen de tarea pasiva coloca al docente en áreas
administrativas, reales o inventadas, debido a que demuestra “fehacientemente”
tener imposibilidades ciertas de estar frente a un grupo de alumnos. Este
formato también ostenta el privilegio del libre albedrío para cuestiones
jubilatorias. Si bien es una prerrogativa que se extiende a otras actividades
laborales el beneficio del libre albedrío sólo es de exclusivo privilegio de la
docencia.
Algo mencionamos sobre el sistema de
licencias sin goce de haberes. Quienes más y mejor aprovechan de este formato
son los docentes que luego ingresan al campo de la política y al campo gremial
(ponerle el cascabel al gato resulta toda una utopía). Así nos es natural ver
docentes titulares sentados en bancadas o ejerciendo sus funciones políticas,
instalando una suerte de comodato a favor de suplentes que nunca serán
titularizados. De este modo los cargos se reproducen de manera exponencial,
existiendo suplentes de suplentes y más de un salario por cargo. Obvio que esta
licencia es sin goce de haberes, pero curiosamente corre la antigüedad, cosa
que impacta directamente en la jubilación. Imaginemos por un rato lector que
usted es Contador en un Banco, Privado o Estatal, da igual. Milita para un
partido político y tiene la suerte de ser electo Concejal de su distrito. Sus
próximos cuatro años están comprometidos con la función pública. ¿Usted cree
que el Banco le reservaría el cargo si no trabaja? Traslade ese modelo a otras
actividades y encontrará la misma respuesta.
Cuarto: Que nadie se confunda. Estoy absolutamente
de acuerdo con el reclamo y la reivindicación salarial. Un docente merece ganar
conforme su tarea, preparación y compromiso. Lo que me parece falaz es no
colocar sobre la mesa de discusión las enormes ventajas que tiene la profesión,
prerrogativas indirectamente económicas que no tienen las restantes actividades
laborales. No ponderar determinados privilegios es la causa del enfrentamiento
con la sociedad. Y dicha ponderación no sólo incluye el modo de protesta sino
además una evaluación integral del sistema educativo. Por ejemplo, el tema de
los comedores escolares es un inciso muy interesante debido al falaz y político
manejo que se hace de una necesidad concreta: Un servicio que debería ser de
exclusivo resorte de los sectores más postergados resulta que al estar
universalizado termina siendo injusto, ya que vuelca enormes recursos a
segmentos que muy bien pueden afrontar económicamente su almuerzo diario.
Quinto: ¿Qué sucede dentro de la educación
privada? Distrito que se reserva incógnitas indescifrables. Plantas funcionales
poco transparentes que sirven como basamento del cobro de subsidios. Docentes
no recibidos que aceptan dar clases por salarios fuera de convenio, ayudantías
no abonadas, docentes que desarrollan tareas en ambos ámbitos pero solamente
ejercen medidas de fuerza en el sector público. Allí el sindicalismo no intenta
meter sus narinas. Tengo la enorme experiencia de haber sido Prosecretario de
un prestigioso Instituto Terciario Capitalino durante la década del ochenta.
Era el encargado de elevar la documentación ante la SNEP (Superintendencia
Nacional de Enseñanza Privada). La denuncia sobre determinados manejos espurios
dieron como resultante tener que abandonar mi cargo – por entonces era delegado
del turno noche y junto con mis representados de entonces estábamos afiliados a
Ademys - : Docentes fallecidos incluidos en altos cargos de la Planta
funcional, cursos armados con alumnos fraudulentos para lograr resoluciones
ministeriales definitivas y de ese modo darle de alta a carreras que en
condiciones normales no deberían abrirse, todo ello en pos de aumentar la
partida subsidiada. Docentes de otras carreras cubriendo con sus firmas esa
falacia a cambio de una minusválida compensación interna, bajo sobre, no remunerativa.
Cuestiones que cuando fueron develadas no causaron sorpresa en las autoridades
de la SNEP argumentando que dichas prácticas resultaban muy comunes.
Sexto: Discutir el presupuesto educativo, como se
afirma, sin mencionar los enormes desvíos existentes y que resultan moneda
especulativa de todos sus actores constituye un supino despropósito. Se hablará
de derechos adquiridos, a mi modo de ver vicios adquiridos que han logrado
formato de derecho por obra y gracia de una suerte de librecambio, un toma y
daca que flexibiliza obligaciones en clara conspiración en contra de la
excelencia y la calidad. Racionalidad, sinceramiento, y sobre todo
inteligencia, es lo poco que le exigimos a aquellos que deben tomar decisiones.
No pretendo caer en ese banal recurso que por sobreactuado ha perdido todo su
valor: “pensar en los chicos”. Nadie piensa en ellos: ni los funcionarios, ni
los docentes, ni los padres, ni ellos mismos lo hacen. Si tal cosa fuera cierta
la educación en Provincia de Buenos Aires no sería lo que es.
Séptimo: Indudablemente el nudo gordiano del dilema
está colocado en el poder ejecutivo provincial. Ya hablamos sobre la política
regresiva de su estrategia impositiva, cuestión que impacta directamente en la
minusválida recaudación existente y el ulterior reparto de partidas
presupuestarias. En este sentido Scioli ha demostrado tener un escaso
compromiso a favor de los sectores populares mostrando mayúsculas debilidades a
favor de los sectores más acomodados de la sociedad. Si bien sus funcionarios
exhiben virulentas quejas a Nación con relación a los montos coparticipables
bueno es destacar que cuantiosos subsidios, planes laborales, servicios,
inversiones y obras que impactan directamente en el bolsillo de sus habitantes que
deberían estar a cargo de la provincia son solventados por Nación. Les propongo
hacer un ejercicio de memoria y encuentren en toda la gestión Scioli alguna
inauguración propia, de trascendencia, que implique verdadera y exclusiva
inversión provincial. Tal cual gestiona Urribarri, Gioja, Capitanich y tantos
otros gobernadores. Nadie va a negar la complejidad que incluye la Provincia.
Es un distrito Estado que debería ser repensado legislativamente. Zonas núcleo,
grandes centros urbanos, regiones secas, dieciocho millones de habitantes,
cuestiones que ameritan tratamientos distintivos que ya no toleran más el
presente estatus universal. Las apetencias políticas de Scioli conspiran contra
su propia gestión. Dentro de su intento presidencial no escatima en profundizar
conflictos a favor de golpear la figura de Cristina. El intento de trasladar el
conflicto docente exhibiendo que la solución depende de Nación constituye una
especulación política notoria. No sólo porque trata de desconocer la
federalización del dilema, sino además porque no se hace cargo de sus propias
falencias. Si la gran mayoría de las provincias han logrado acuerdos con sus
docentes no es debido a un atributo nacional sino a una decisión política de
cada administración provincial con relación al tema.
Octavo y para finalizar: Es evidente que los componentes
de la mesa de discusión cuentan con enormes debilidades argumentales y
falencias como para que los ciudadanos de a pie podamos definir una posición
concreta. Tampoco sé si necesariamente hay que tomar una posición al respecto.
A priori uno tiene la tendencia de acercarse hacia el más débil, en este caso
los docentes, pero a poco de escarbar emergen las dudas con relación a tal
debilidad, en tanto y en cuanto sobrevuelen en el horizonte las enormes
ventajas – de las cuales muchas de ellas somos testigos - que tiene la profesión con relación al resto
del universo laboral. De todas formas urge solucionar el conflicto.
Evidentemente nadie desea ceder y cuando no se quiere ceder no hay conflicto
que se pueda solucionar. Y comienzo con mis primeras líneas a propósito de esta
molesta cuestión que significa conferir, acordar: “En todo conflicto existen
intenciones adicionales. En oportunidades son develadas, en otras ocasiones se
mantienen ocultas hasta que aclare. Nunca se debe mostrar la mano de entrada,
la reserva hace al eximio jugador”.
Ante un análisis que menciona tantas aristas del problema, voy a focalizar en unos detalles.
ResponderEliminar*Cuando se calcula cuánto se paga la hora frente a alumnos, se omite mencionar el tiempo "extra" que se debería dedicar a planificar y evaluar.
*El docente tiene que comer todo el año, no es culpa suya que los procesos educativos supongan "tiempos muertos".
Más allá de eso, no estoy seguro de hasta dónde se relaciona este amplio análisis de situación con el conflicto en sí. Hasta dónde sé, la posición de la Provincia vendría a ser, "no importa si se lo merecen o no, no hay más plata, así que hagamos de cuenta de que todo está bien".
En cierta medida, creo que la falta de reconocimiento de la situación por parte de funcionarios provinciales y nacionales que salen a opinar casi todos los días empeora las cosas.
Sabemos que la plata vale, pero se está despreciando el valor del reconocimiento simbólico, la famosa palmada en la espalda. Al contrario, se desprecia a los docentes, se hace hincapié en las miserias del sector y se los coloca como los malos de la película para justificar un "aumento" moderado. Me pregunto si no sería más efectivo otro tipo de enfoque, ofrecer la misma plata pero destacando el sacrificio, etc. y proponiendo algún plan a mediano plazo para cambiar la situación.
Ciudadano Cagna.
ResponderEliminarReitero, ninguna de las dos partes coloca todas las cartas sobre la mesa. Insisto "Es evidente que los componentes de la mesa de discusión cuentan con enormes debilidades argumentales y falencias"..
"Más allá de eso, no estoy seguro de hasta dónde se relaciona este amplio análisis de situación con el conflicto en sí", me cuestiona usted. Pregunto y tomo palabras de lo gremios: ¿Acaso no se dice que el conflicto no se restringe solamente a un simple pedido salarial, sino a corregir todas falencias existentes? Pues no hay mejor manera de hacerlo que sincerarse admitiendo en dónde encontramos los desvíos presupuestarios que provocan dichos desajustes
Si quiere hablamos un rato sobre el CEPT. Estudie el caso y podrá comprobar de qué se trata armar un kiosko y quiénes son los destinatarios de tamaña desvergüenza educativa.
ResponderEliminarEfectivamente, los gremios insisten en que el reclamo no se limita a lo salarial (aunque ahí está puesto el énfasis, sin duda). El problema es que la Provincia no parece haber trabajado en solucionar el problema más amplio, ni tiene propuestas en este sentido, hasta donde los ciudadanos de a pie estamos enterados. Por eso se pateó la negociación hasta tan tarde: porque supuestamente todavía no podían hacer los números correspondientes.
ResponderEliminarY hablando del problema en general, ¿no es responsabilidad del Estado mejorar el sistema y evitar todos los problemas que menciona (como el de las licencias y suplencias, por ejemplo)?
Volviendo a los detalles, hay que destacar lo engañoso de hablar de aumento en un contexto inflacionario. Aparte, no entendí cómo la desprolija composición salarial resulta ventajosa ya que, si bien los aportes son porcentajes del diminuto básico, lo mismo ocurre con el 82% jubilatorio. Al menos eso tengo entendido.
Acerca de la calificación del trabajador de la educación, ¿la solución pasa por bajar los sueldos para que coincidan con una -supuesta- baja calificación o mantenerlos arriba junto con los estándares de preparación?
De los CEPT no había oído hablar, pero le tomo la palabra cuando dice que es una desvergüenza. De nuevo, imagino que la responsabilidad de corregir la situación le cabe al Estado.
1- "Indudablemente el nudo gordiano del dilema está colocado en el poder ejecutivo provincial. Ya hablamos sobre la política regresiva de su estrategia impositiva, cuestión que impacta directamente en la minusválida recaudación existente y el ulterior reparto de partidas presupuestarias". Este párrafo de la nota acuerda con lo que usted afirma en el primer párrafo de su comentario.
ResponderEliminar2- El Estado, mi querido amigo, a partir de determinados estratos es una entelequia. Los abusos conforman una suerte de acuerdo tácito conveniente entre los actores de la actividad. Recordemos que las críticas más virulentas por parte del neoliberalismo fue la irresponsabilidad del Estado en el gasto público. Eso sirvió como excusa para destruirlo. Cuando observemos que el Estado somos todos dejará de ser esa entelequia que necesita de ejércitos de controladores. De ese modo estirar el por demas laxo sistema de licencias y fomentar superposiciones de cargos constituiría internamente algo inadmisible.
3- Es engañoso en tanto no sepamos de modo fehasciente cuánto es la inflación. En lo personal dudo tanto del 10% del Gobierno como del 25% de las consultoras. La inflación no es solamente los aumentos que sufrimos en nuestra despensa habitual.
4- Lo que mencioné es que en muchas oportunidades dicho formato desprolijo fue alentado y aceptado por los propios gremios docentes. Los incisos no remunerativos otorgan montos que no sufren descuentos. Fijese que cuando los docentes (los trabajadores en general) hablan sobre lo que cobran no incluyen ni sus aportes al sistema previsional ni el inciso correpondiente a su obra social. Al no considerarlos como ingresos indirectos subestiman su utilidad. De modo que no les cuesta demasiado aceptar dicho formato.
5- "Que nadie se confunda. Estoy absolutamente de acuerdo con el reclamo y la reivindicación salarial. Un docente merece ganar conforme su tarea, preparación y compromiso". Este párrafo de la nota contesta su siguiente duda.
6- Los CEPT son formatos especiales de caracter rural. El calificativo de desvegüenza lo establezco teniendo en cuenta la desmesura de la estructura (costo) en función de los objetivos. Por ejemplo. Se estableció una estructura en Aparicio. El sistema propone una suerte de pupilato semanal de docentes y alumnos para aproximadamente diez concurrentes durante una semana al mes. Teniendo en cuenta la cercanía con El Perdido. localidad que cuenta con una estructura armada, aquella resulta un vicio presupuestario. Por ejemplo el de Frapal cuenta con una matrícula adecuada a la estructura (más de 80 alumnos, teniendo en cuenta que Frapal se encuentra relamente muy aislada). El de Aparicio de ningún modo, de hecho, sus autoridades buscan matricular chicos de El Perdido y de la misma cuidad cabecera del Distrito. Por la cantidad de alumnos existentes es mucho más integrador, socializante y formativo (y mucho más responsable presupuestariamente)que una combi traslade diariamente a esos alumnos hacia El Perdido. Pero que vá.. La ruralidad se paga un 100% mi querido amigo. Y Esto lo armó el Estado (Inspector Distrital con la anuencia de docentes). De modo que como verá no estamos tan en desacuerdo. Un CEPT en un lugar aislado es un enorme beneficio para los chicos de la zona, un CEPT en un lugar innecesario es un kiosko. Este es un ejemplo claro de desmanejo presupuestario, un desmanejo del que algunos obtienen pingües dividendos en detrimento del colectivo...
Amigo Cagna
ResponderEliminarSoy un ferviente entusiasta de la educación pública. Considero que todos los que estamos comprometidos con tal premisa debemos entender que la mejor manera de fortalecerla (para que nunca a nadie se le ocurra destruirla) es trabajando honestamente a su favor. Uno de los tópicos escenciales para su óptimo funcionamiento es el cuidado de sus recursos, tanto humanos como económicos, y eso le compete a toda la sociedad: Al Estado, a los docentes, a los padres y a los alumnos.
Pido sincerar el debate. Cosa que hasta ahora no observo.
Parece que el paso del tiempo y la parcialidad de mis últimas relecturas dieron como resultado el planteo de cuestiones que se respondían en la nota original.
ResponderEliminarPermítame señalar dos pequeños desacuerdos.
1. No me termina convencer la idea de que la concienciación acerca de que "el Estado somos todos" es la solución última a las corruptelas mayores y menores. Sin caer en el extremo de vivir cazando brujas, considero que la búsqueda de transparencia y el trabajo anticorrupción deberían tener un lugar más importante en todos los niveles estatales. Creo que no hay relación entre la (escasa) importancia que se le otorga al problema y el impacto que tiene en la disponibilidad de fondos públicos (por no mencionar cosas más estructurales que la disponibilidad ocasional de fondos).
y 2. Sigo viendo como ampliamente desventajosa la composición del salario, la cual hasta donde tengo conocimiento no ha sido alentada ni aceptada de buen grado por los gremios, sino todo lo contrario.
Y dos comentarios generales más.
I. Además de sincerar el debate, el asunto sería pasar a la acción.
II. Mucho más necesario que pelear por los nosecuántos días de clase, es mantener en el tapete la cuestión educativa en función de algún plan general que contemple un destino en particular para la Nación y sus habitantes. Y esa discusión debería explicitarse y contar con la participación de toda la sociedad.
Al respecto, tengo pendiente enterarme del Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente, anunciado este año.
El "Estado somos todos" como concepto, como compromiso participativo, como concreta instancia para modificar nuestra realidad. Cuando no le dimos bolilla al Estado se han apropiado de él los peores, y de alguna manera han signado la suerte de la Nación. Lo público es algo que debemos defender con inteligencia, no con fanatismo. No siempre se hacen las cosas bien desde allí, por ello es imprescindible no corromper ese paradigma con distorsiones particuales o sectarias.
ResponderEliminarSi leyó la nota sabrá de mi experiencia como delegado gremial a mediados de los ochenta. Cuando la Institución en la que trabajaba planteaba aumentos no remunerativos (en aquel momento eran burdos sobres bajo cuarda duarnte el Plan Austral)me asombraba la aceptación del cuerpo docente por ese formato. De hecho en debates internos pedía encarecidamente pensar que esas cifras en negro eran pan para hoy y hambre para mañana ya que al no ser integradas al básico se diluirían por inflación o directamente serían congeladas o en su defecto podían ser quitadas ante el menor ajuste. Sin embrago en mis tres años de tarea representativa nunca pude lograr comprometer al colectivo en dicha reinvindicación. Recuerdo que un Dirigente gremial de Ademys de aquella época me comentó muy suelto de cuerpo: "Primero agarramos, después vemos". Y ese después nunca llegaba. A mi entender hoy se debería priorizar el blanqueo del 100% de los ingresos, acaso aceptando el aumento ofrecido con el firme compromiso de las partes para arreglar tan engorroso asunto.
Sobre los comentarios generales realizados estoy de acuerdo en ambos incisos.
Y sí, la aceptación de los no remunerativos -espejitos de colores- también es un problema educativo.
ResponderEliminarAdemás lo relaciono con su post acerca del Fútbol para Todos y las prioridades del gasto público. El sinceramiento debe extenderse a todo lo público, es insultante para el trabajador que (por ejemplo) percibe sumas no remunerativas escuchar el discurso del "todo está bien" (que ya casi ni siquiera es "estamos mal pero vamos bien"). Lo cual no implica que los gobernantes deban ser pesimistas o tengan prohibida la sonrisa, sino explicitar claramente qué consideramos que tenemos en el debe y qué en el haber, y qué estamos haciendo concretamente para dejar un balance más positivo.
Saludos
Desconozco amigo Cagna si usted es de Coronel Dorrego. Si es del distrito recordará el caso de la nena ultrajada en el 2008. Ese criminal estaba integrado dentro del sistema formativo y educativo de El Perdido. Era hermano de una funcionaria que estaba a cargo de menores. El tipo, con antecedentes probados, pena mediante, salía y entraba como perico por su casa a todos los sectores y dependencias donde los pibes hacía sus actividades. Gimnasios, piletas, campos deportivos etc. Luego del evento no hubo reacción colectiva. Los que ampararon al criminal siguieron gozando de sus salarios y prebendas, pero hay algo peor, el pueblo mostró enorme satisfacción por la continuidad. Si gusta le recominedo la lectura del cuento publicado en este mimso espacio titulado: "Colonia Esperanza, lo que nunca ocurrió" (es del 4/4/12). En oportunidades considero que la preocupación de los mayores, funcionarios y padres, por la formación, la educación y la salud mental de nuestros pibes es pura perorata acomodaticia... un saludo
ResponderEliminarNo de Coronel Dorrego, sino de La Plata, por lo que el tema "inundación" me ha tenido "entretenido" últimamente. Afortunadamente para mí, safé de las consecuencias que han sufrido tantos vecinos, más allá de las lógicas incomodidades que hubieran ameritado un comentario en otras circunstancias.
ResponderEliminarEsperemos que las vidas perdidas y las urgentes necesidades del prójimo -que por una vez han sido imposibles de disimular- nos ayuden a cambiar, aunque sea de ahora en adelante.
Eso espero. Ojalá que cada uno comience a hacerse cargo de sus obligaciones a partir de la responsabilidad que implica la asunción de compromisos políticos. Saludos
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