La Hora sin Sombra

                                                                Osvaldo Soriano



Los tipos con los que uno se cruza en la calle tienen aspecto de culpables y en general los son aunque no parecen lamentarlo ni estar arrepentidos de nada. En las rutas también encuentro mujeres, casi todas acompañadas, vigiladas y contentas de que las vigilen

Era como si caminara delante de sus propios pasos, aunque quizás no hacía más que huir de ellos

Desde entonces me pregunto si no nos parecemos a las primeras historias que nos cuentan, si acaso las cosas no son tan simples como eso

Necesitaba imperiosamente que su historia fuera cierta para existir en ella

Un escritor debe estar a la altura de sus personajes

Había escrito con paciencia y frialdad, como si se tratara de la novela de otro  a la que yo entraba por la ventana, igual que un ladrón

El problema de los finales es que hay que llegar a ellos y eso a veces lleva años

Ahora no estoy seguro de que los relatos se originen en cosas de la vida; es más bien al revés: la vida se forma a la medida de ellos

El único lector que cuenta es uno mismo, pero hay algo que acecha al otro lado



Lo verdadero puede a veces no ser verosímil

Vivimos con nuestros silencios, ahogados por palabras indecibles y como nos cuesta aceptarlo, más difusos se hacen los contornos, más solos estamos

Vea hermano, yo soy poca cosa, pero me conozco muy bien a los tipos que lo escupieron a Jesús

Dios no sabe de justicia o injusticia porque se ocupa de lo absoluto y difícilmente ha podido comprender el calvario de su Hijo en la tierra y el regocijo de los mercaderes al enterarse de que moriría en la cruz

A medida que pasa el tiempo empezamos a ver la infancia como un paraíso y la juventud como el tiempo en que no supimos hacer lo que soñábamos, después es demasiado tarde y a cualquier tontería le llamamos experiencia

Prefiero ocultar la verdad para contarla mejor

Ningún relato es nuevo y sin embargo las mismas historias contadas por otras voces vuelven a conmovernos

Morirse es un disparate; el mundo se podría haber hecho de otro modo

Era como si quisiera mostrarme de nuevo su vida antes de que se le escapara

No sé, me parece que siempre llegamos tarde a lo que amamos. Uno se sienta y ve pasar el cadáver de su padre, y de golpe el muerto se levanta para hacer su alegato

Al presentir su muerte sentí que yo pasaba a ser el último sobreviviente de una historia que no le importaba a nadie, una música barrida por la brisa

Dios escribió la Biblia y la llenó de cornudos y homosexuales para que todo el mundo la leyera

Una regla de la literatura dice que las páginas perdidas son siempre las mejores

Hay pocas cosas tan personales e íntimas como los libros escritos por otros. Al leerlos los hacemos nuestros, dejamos que nos penetren, nos invadan y nos hagan olvidar nuestro propio relato

Hacía demasiado tiempo que me había convertido en un hombre quieto



Comentarios