Santiago
Sylvester
La Rótula
De una
rótula conozco, sobre todo, la palabra rótula. No sé qué sabe la rótula de mí,
tal vez que hablo solo y duermo de a pedazos, pero ocurre que nos necesitamos,
nos debemos favores, y eso cuenta al hacer el inventario. Ella es un énfasis
entre vocales graves, yo un peso arbitrario, propenso a caminar sin rumbo. Ella
viene del latín, de boca en boca, yo vengo de Salta, de tropiezo en tropiezo. Ella se
incrusta como un acorde haciendo fuerza, yo digo mi opinión: enfermedad sagrada
que agradezco a Heráclito. Y aquí estamos los dos, sin saber el uno casi nada
del otro, pero ambos capeando el temporal cuando lo premonitorio habla de una
dura década que ya habrá comenzado, y el dato de ese cálculo soy yo: pieza
llena de mañas que ha llegado hasta aquí gracias a la complicidad de lo que
ignora.
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