Poné lo fideo vieja...

La derecha se puso a meditar




Si sucede, conviene
Si hay pobreza, conviene
Si hay injusticia, conviene
Si hay explotación, conviene
Si la distribución de la riqueza es desigual, conviene
Si hay abusos, conviene
Si falta trabajo, conviene
Si hay xenofobia, conviene
Si existen el Banco Mundial y el FMI, conviene
Si todo esto sucede, desde luego que resulta muy conveniente a aquellos que ostentan posiciones dominantes, de modo que el mensaje indica que nada debemos hacer para modificarlo. Las siete plagas convienen, y conviene el trabajo no registrado, y también conviene que las cosas valgan más que las personas, y conviene que las balas tengan más valor conceptual que las vidas que ellas apagan.

Muy oportunamente, hablando sobre el tema, el Negro Dolina trazó un paralelo con el Cándido de Voltaire demostrando a priori que dicha idea para nada resulta novedosa. Tipo que durante su derrotero aceptaba todos los eventos de su vida a modo de sentencia definitiva y lo hacia desde un prisma optimista lindante con el ridículo. Recordemos que este texto fue escrito por Voltaire en las vísperas de la Revolución Francesa, momento histórico en el cual se observaba con notoria crudeza las diferencias sociales que proponía de forma divina la corona, designios que se debían aceptar con alegría y mansedumbre. De algún modo Voltaire, con el Cándido o el Optimista, le estaba dando, desde la ironía y el cinismo, un marcado empujoncito a la reacción colectiva burguesa que años después desembocara en ira popular.

El término conviene, muy ligado a conceptualizaciones mercantilistas, apunta hacia aquellos segmentos que ni siquiera sospechan que dicho término resulta discutible desde muchas vertientes científicas, sean ellas éticas, estéticas, filosóficas, humanistas, sociales, antropológicas, psicológicas y económicas. Son grupos que ostentan la idea de los merecimientos. Es lo que me tocó en suerte, por lo tanto lo merezco y si esto así lo mejor es aceptarlo, en consecuencia, conviene. Curiosamente quienes apoyan estos formatos espirituales tienen resueltos algunos incisos que ciertamente no desean cuestionar.

Si hasta ahora sucedió que respiraron de determinada manera, por qué razón ese modo de inhalar y exhalar dejó rápidamente de convenir para transformarse en materia de debate y corrección. Ergo, no todo lo que sucede conviene entonces. Sofisma refutado desde la sencillez de un improvisado como quien suscribe. Si existe la posibilidad de un cambio, cuál es la razón para ceñirnos solamente al tema respiratorio.

El vacío intelectual y la llanura de la propuesta podrían llamar la atención si la misma no tuviera marcados fines económicos, pero dentro del contexto siempre es mejor vender un producto, sencillo de digerir para el sentido común, que someter el pensamiento filosófico a molestas complejidades.

La derecha se ha puesto a meditar, algo inusual en la coyuntura. Aunque a fuerza de ser precisos meditar no significa pensar, y menos aún críticamente, de modo que no debemos abrigar demasiadas esperanzas humanistas sobre la experiencia. Como vimos “si sucede conviene” encierra en sí propio una contradicción editorial desde lo espiritual, pero resulta muy beneficiosa y explicativa para evitar todo tipo de reacción colectiva ante las ignominias e injusticias que permanentemente proponen los exitosos abusadores, entusiastas afiliados y promotores de dicho credo mediático.

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