Lacalle le recomendó al Pepe que se calle


¿Será sólo una cuestión de contagio o simplemente el único argumento político posible? Resulta llamativa la coincidencia que presentan las derechas de la patria grande para que los representantes de las fuerzas populares latinoamericanas acoten la natural relación dialéctica que mantienen con sus pueblos. ¿Será temor o tan sólo denostar un modo de comunicación para el cual ellos, por adolecer de cuadros probos y veraces, resultan absolutamente huérfanos? Sería interesante que alguna vez sus interlocutores (propios empleados) le repregunten a estos censores las causas políticas profundas para tamaña solicitud. Al igual que sucede con Cristina la palabra del Pepe marca agenda debido a que no se puede ni se debe soslayar, y eso es lo que mortifica a liberales y conservadores, no poder instalar sus propios intereses como temas dominantes.

Cuando el Pepe habla de la marihuana, de la integración de Venezuela al MERCOSUR, de su relación con Argentina, no hace otra cosa que hablar de política, y tipos como Lacalle odian a la política como factor de inclusión social, de unión y desarrollo regional. Para tipos como Lacalle la política es sólo gestionar ordenadamente, sin vértigos azarosos, sin dolores de cabeza ni conflictos, protegiendo siempre los intereses de las corporaciones y del poder real.

Anda enojada con la democracia la derecha latinoamericana, debe ser por eso que jode tanto. No les alcanza con tener posición dominante en el marco de los medios, precisan además que el pueblo y sus representantes se callen y si es posible que acepten y acaten sus elucubraciones fantasiosas como lectura obligatoria.

Esta semana tuve la oportunidad de ver por televisión un reportaje en donde Lacalle, ex Presidente del Uruguay por el Partido Blanco, poco menos que le exigía al Pepe Mujica llamarse a silencio para el bien de la República Oriental. No presentaba ningún argumento político, sólo le molestaba su marcada exposición pública. Su solicitud no se basaba en cuestiones relacionadas con la protección de su investidura y de su persona, cosa si se quiere puede entenderse, sino al tipo le molestaba su presencia pública. Me llamó la atención cuando afirmó que el Pepe “dice muchas cosas, aparece dos o tres veces por día y eso confunde” (¿?).

Tres cuartos de lo mismo sucede con Cristina, con Chávez, con Correa, le sucedió a Lugo y hasta le ocurre a Dilma. Temo que la impotencia mayor de la derecha radica en tener todos los medios al alcance de la mano y no tener nada que decir para interesar a las mayorías, detestan compartir el éter, y no sólo como negocio lucrativo sino además como posibilidad comunicacional. Tienen las pilchas, el auto, la facha y la tarula, pero no logran que la piba les de bola; a ella le gusta el repositor del supermercado. De modo que lo único que hacen es denostar al chico pretendiendo que no ingrese al boliche y si ingresa que no hable; pero es la piba la que se acerca al chico y eso los pone locos, los descoloca.

La batalla cultural por la palabra es un conflicto de la patria grande, no se limita a las fronteras formales; el caso de Víctor Hugo muestra a las claras las conexiones existentes cuando de aniquilar al pensamiento popular se trata. La batalla cultural por la palabra enfrenta a los que desean socializar, horizontalizar el éter, en antagonismo contra los que se afirman en la posesión privada y exclusiva del mismo. De algún modo está dentro de la histórica lucha entre las mayorías que no tienen acceso completo a los bienes y servicios existentes contra los pocos que conservan sus privilegios aún a costa del desprecio colectivo; aunque este último asunto sea una cuestión que muy poco los conmueve.

Dos datos relevantes nos permiten intuir unas cuantas cuestiones al respecto: a) Un reciente estudio realizado en el Reino Unido demostró que el 1,5 por mil de la población mundial disfruta del 85% de la riqueza, por lo que en realidad no estamos dentro de un mundo pobre, sino de un mundo rico que fabrica pobres. Un segundo dato b) nos expone que 400 mil millones de dólares (un PBI completo) están en manos de argentinos fuera del circuito financiero y productivo nacional. Hay datos concluyentes que nos explican taxativamente de qué se trata la cosa.





Comentarios

  1. “No dejen que Argentina se convierta en potencia. Arrastrará tras ella a toda América Latina”
    Winston Churchill Yalta 1945.

    "La caída del tirano Perón en Argentina es la mejor reparación al orgullo del Imperio y tiene para mí tanta importancia como la victoria de la segunda guerra mundial, y las fuerzas del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida, ni tampoco después de muerto".
    Winston Churchill Discurso en la Cámara de los Comunes 1955.

    Y aquí los cipayos hacen bien los deberes para no perder los privilegios.

    Saludos

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