Final de juego para un nuevo intento
destituyente, y van...
Nota de Opinión
Con el auxilio
de los medios dominantes un grupete de intolerantes tuvo su semana de gloria
abrevando de las principales canteras de los Top Show periodísticos más
representativos del establisment. Por su intermedio la impunidad no ha tenido
límites sopretexto de una extensión llamativa en cuando a la interpretación de
la libertad de protesta que gracias a una política no represiva encuentra
malversaciones especulativas evidentes y poco edificantes. La agresión física y
verbal se naturalizó de modo tal forzar la necesidad de pletóricas
justificaciones, excusas que bien supieron defender los precoces eyaculadores
del abismo. Entender que semejantes desquiciados, plenos de inconsistencia
política, motorizados por el odio de clase, convencidos de que vivimos en el
peor de los países, constituye un fenómeno sociológico de compleja elucidación
científica.
Como desde hace
nueve años este promiscuo intento desestabilizador ha fracasado: Las
corporaciones mediáticas, verdaderos incendiarios de nuestra sociedad no han
logrado un apoyo político partidario visible para potenciar sus fines muy a
pesar de los esfuerzos televisivos y radiales. La irrepresentatividad de estos
francotiradores caceroleros exhibe y calibra el correlato de las elecciones
pasadas. Por suerte sólo los miserables de siempre festejaron la aparición de
estos lúmpenes del fascismo. Mientras esto sucedía la mesa de enlace se
sacrificó con un paro inconducente que nuevamente expuso la impudicia de su
relato, adoradores de un capitalismo sui generis en donde la viabilidad y los
riesgos un cuentan. En tanto el dólar exponía las más altas miserias de un
sector minoritario que no atiende sobre historias y experiencias siniestras.
El
extraordinario plan de viviendas populares presentado a la sociedad por el
Gobierno Nacional ha dado por tierra con el inconsistente argumento que dice
encontrarnos frente a un proceso político y económico terminal. Por suerte
(aunque no es el término adecuado), y como hemos expuesto en varias
oportunidades de este mismo foro, el proyecto nacional y popular que encabeza
Cristina Fernández de Kirchner goza de una salud que permite morigerar los
efectos de la crisis internacional. Varias medidas antes criticadas hoy son el
colchón que nos permite mantener niveles de empleo constantes; las reservas
conservan sus niveles aproximados al 2011, y la recaudación no parece mostrar
que el consumo ha sido afectado severamente. Desconocer que la crisis
financiera internacional marca agenda suena a deshonestidad intelectual. Pero
no es menos cierto reconocerle a nuestro Ejecutivo la suficiente cintura
política para capear los temporales que sí podemos constatar en otras
latitudes: Nuestra “ponderable” independencia económica nos permite no pensar
en ajustes que incidan en los derechos del colectivo.
De todas formas
la insistencia por una devaluación y bajar el gasto público son incisos
históricos muy utilizados por las corporaciones dominantes. Lo que realmente
incomoda a la derecha es horizontalizar, si se me permite el término, la renta.
El asunto es eminentemente político y económico. Dichas variables no
encontraron sustento electoral en Octubre, eso no quita que los personeros de
tales intereses se mantengan sosegados a la espera de una nueva elección. Cada
día que pasa es un privilegio que pierden a favor de un derecho colectivo, en
consecuencia y hasta el 7 de diciembre, no tendrán reparos en golpear duramente
en función de sus objetivos.
Recientemente
nuestra Presidenta, ciertamente compungida, ha manifestado que de modo
tendencioso se trataba de adjudicar al “viento de cola” (ergo: incidencia de
los precios en el mercado internacional de comoditis) los méritos económicos
del proyecto hasta el 2011, y que a la vez desaguisados internos están
provocando la desaceleración o amesetamiento actual del crecimiento.
Nadie va a negar
las condiciones favorables que durante estos últimos años gozaron las materias
primas, sobre todo, las destinadas al rubro de la alimentación. Cuestión que ha
permitido tener la suficiente independencia económica para que la deuda externa pública sólo impacte en un 48% de nuestro producto bruto interno luego de la excelente
renegociación que realizara este mismo modelo. Por tanto el “viento de cola”, a
mi entender existió, pero al mismo tiempo existió una política social que
horizontalizó ese beneficio. En muchos momentos de nuestra historia se han
vivido fenómenos similares y solamente en dos oportunidades dichas ventajas
impactaron en el pueblo y esos coincidieron con administraciones
Justicialistas: 1946 – 1955 y desde el
2003 en adelante. En ambos casos el Estado ha jugado un rol fundamental y
fundacional en el proceso industrializador. Proceso que posibilitó la inclusión
de millones de argentinos dentro del sistema productivo. Por tanto vamos a otorgarles
a los personeros de la angustia cierta cuota de razón. Ahora bien. Aquellas
políticas, beneficiadas por el viento de cola (curiosamente lamentadas en su
oportunidad) no encuentran su correlato en la actualidad, asignándole al
Gobierno la total responsabilidad política y económica por tal desaceleración.
Y también es cierto. El Gobierno es responsable que la crisis internacional no
haya explotado en Argentina como hubiesen querido, cosa que les disgusta por
sobremanera. Para muchos caballeros de comercio resulta un sacrilegio no acudir
a los organismos internaciones para lograr financiamiento. Les molesta
grandemente que en la actualidad financie BCRA o ANSES, entes que hasta hace
muy poco tiempo manejaban a placer, vaciándolos, mientras se financiaban con
deuda de la cual toda la sociedad debía hacerse cargo mediante las recurrentes
licuaciones de pasivos, pesificaciones asimétricas, blindajes, megacanjes y
cuestiones por el estilo.
El tema de la inflación
es un hito en el dilema. Razones estratégicas hacen que el Gobierno Nacional, a
mi entender, haya decidido políticamente pisar la variable de modo no disparar
los intereses de la deuda (situación que no se puede admitir públicamente y
menos en foros internacionales). Esto es, desarrollar una estrategia económica
y política para que todos los argentinos debamos menos con respecto a una deuda
espuria que, y es bueno recordardo, este Gobierno no adquirió pero que por
responsabilidad política debe asumir.
Debemos entender que dicho índice es la tasa indexatoria que impacta directamente en la variable.
Los tenedores de bonos, en consecuencia, trinan contra Moreno y el INDEC, sopretexto de que al pueblo se lo está engañando. Dicho blanqueo le permitirá a esos fondos suculentas ganancias financieras sobre una deuda que todos sabemos como se constituyó. La verdadera inflación, y eso es en lo que debemos poner atención, está reflejada en paritarias. Base que el mismo Gobierno expone sin eufemismos, de modo que insistir en embustes y engaños es un sofisma fácilmente refutable.
Debemos entender que dicho índice es la tasa indexatoria que impacta directamente en la variable.
Los tenedores de bonos, en consecuencia, trinan contra Moreno y el INDEC, sopretexto de que al pueblo se lo está engañando. Dicho blanqueo le permitirá a esos fondos suculentas ganancias financieras sobre una deuda que todos sabemos como se constituyó. La verdadera inflación, y eso es en lo que debemos poner atención, está reflejada en paritarias. Base que el mismo Gobierno expone sin eufemismos, de modo que insistir en embustes y engaños es un sofisma fácilmente refutable.
Cabe aclarar que
las corporaciones mediáticas dominantes en sociedad con los holdings
internacionales y varios fondos buitres son los principales tenedores de deuda, de modo que sus intereses en el tema son notorios.
Cada uno podrá sacar sus conclusiones con respecto a la demonización que se hace sobre el Secretario de Comercio. Se me dirá que pisar el INDEC implica también pisar otras variables, a saber: Niveles de pobreza, niveles de desocupación, niveles de indigencia. Cosa que es cierta. Pero no es menos cierto que generalmente dichas variables se dirimen electoralmente a través del grado de conformidad o disconformidad social, y como pudimos observar en Octubre, los sectores más postergados de nuestra sociedad son los que han aprobado mayoritariamente el presente Proyecto Nacional y Popular.
Cada uno podrá sacar sus conclusiones con respecto a la demonización que se hace sobre el Secretario de Comercio. Se me dirá que pisar el INDEC implica también pisar otras variables, a saber: Niveles de pobreza, niveles de desocupación, niveles de indigencia. Cosa que es cierta. Pero no es menos cierto que generalmente dichas variables se dirimen electoralmente a través del grado de conformidad o disconformidad social, y como pudimos observar en Octubre, los sectores más postergados de nuestra sociedad son los que han aprobado mayoritariamente el presente Proyecto Nacional y Popular.
Ni las redes
sociales, ni 678, ni los medios de comunicación oficialistas mueven el
amperímetro en los comicios. Sus momios comerciales y el rating hablan por sí.
Existe un formato, un modelo inclusivo, horizontal, que con muchas dificultades, internas y externas, sin dejar de tener presente la herencia recibida, continúa su camino. Trabajando, proponiendo, arriesgando, errando también. De eso se trata la política. Hallar los caminos adecuados para afrontar los problemas. Muchos son dilemas históricos, otros novedosos, de modo que la peor de la conspiraciones no consiste en criticar y o protestar un desacuerdo, consiste en no permitirle al Gobierno, mediante la agresión, las operaciones y la mentira mediática, a desarrollar un proyecto político, económico y social que fue avalado constitucionalmente por el pueblo.
Existe un formato, un modelo inclusivo, horizontal, que con muchas dificultades, internas y externas, sin dejar de tener presente la herencia recibida, continúa su camino. Trabajando, proponiendo, arriesgando, errando también. De eso se trata la política. Hallar los caminos adecuados para afrontar los problemas. Muchos son dilemas históricos, otros novedosos, de modo que la peor de la conspiraciones no consiste en criticar y o protestar un desacuerdo, consiste en no permitirle al Gobierno, mediante la agresión, las operaciones y la mentira mediática, a desarrollar un proyecto político, económico y social que fue avalado constitucionalmente por el pueblo.
Lamentablemente
sabemos que son muy pocos los opositores que se atreven a debatir estos
asuntos. En nuestras redes nos alimentamos a nosotros mismos, cosa que
considero contraproducente si es que deseamos ampliar la base de sustentación
del modelo vigente. Ayer escuchaba a un periodista de La Dorrego afirmando, con cierto dejo de desprecio, que
bajo ningún concepto se molestaba para poner atención al programa 678. Hombre de derechas que
obviamente no intenta percibir que existen otros modos de analizar la realidad
política nacional. En lo personal lo escucho todas las tardes sin estridencias,
sin preconceptos, aún sabiendo que sus fuentes, las que él escoge y expone como recorte subjetivo, han
errado demasiado y casi todas sus percepciones fueron un simple correlato de
operaciones mediáticas interesadas (Desde fines del 2010 estoy esperando la toma del Parque
3 de febrero de Buenos Aires por la horda inmigrante). A pesar de ello no
pierdo las esperanzas de que en algún momento alguna idea se dispare. No me
molesta su oficialismo local y su oposición nacional. No estoy hablando de libertad (por supuesto que cada uno ve, lee y escucha lo que se le antoja), me refiero al desprecio por aquello diferente y que debido a ello, montados sobre el prejuicio, suponemos antagónico. Lo intuyo un hombre honesto y no
sospecho que su opinión está condicionada económicamente. El tipo considera una realidad distinta
a la mía, que merece ser escuchada y atendida, que no tengo por qué ignorar
simplemente porque no sostiene mis mismos postulados políticos. Así como con él
hago lo mismo con Tenembaun, Zloto, Maxi Montenegro, Leuco, Lanata, Castro..
¿Qué es lo que inspira a la negación? ¿El odio tal vez?. Figuras como Galasso,
Bayer, Carloto, Heredia, Forster, González, Mocca, Dorio ¿no merecen atención?
Curiosa soberbia intelectual. A priori soy un tipo que estima que cualquiera de
ellos (los anteriores y estos) me pueden enriquecer más allá de estar de
acuerdo o no. Sobre este último concepto me permito una digresión. Algunos
sostienen que existen tipos rentados para hacer oficialismo, a lo cual me
permito agregar que también existen tipos rentados para hacer oposición. Estos,
en muchas ocasiones, se autodefinen como independientes, aquellos jamás lo
hacen. Entonces me pregunto ¿Quién nos está diciendo la verdad sobre su
persona? Y en consecuencia, ¿quién nos está definiendo claramente sus
subjetividades? No es poca cosa saber desde dónde habla cada persona, no sólo
resulta un insoslayable signo de honestidad intelectual, también lo es desde el
punto de vista de la tan mentada credibilidad.
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