LA NUEVA COALICIÓN DEL MIEDO Y ESO DE LA NEUTRALIDAD
Nota de Opinión
Como era
previsible la corporación y la “mass media” a su servicio han comenzado a
delinear nuestro futuro. Hablo de los famosos cercos temáticos convenientes
para marcarle la cancha al devenir político. Estamos observando desde octubre
una andanada de ataques, agravios y movimientos mediáticos, más efectistas (muy
bien voceados y difundidos) que efectivos, en función de lacerar la relación
que el gobierno tiene con el pueblo. Es menester limar ese 54% obtenido, en
consecuencia han puesto a sus más brillantes plumas y coroneles al frente de la
empresa (Basta de pasivos intermediarios).
Los futuros
candidatos ya saben perfectamente las condiciones que deben cumplir para no ser
inquietados por el poder real. La deseada polarización Macri/Scioli está en
marcha, para ello es imprescindible eliminar del horizonte político todo atisbo
que huela kirchnerismo: demonizar a La Cámpora, a la política partidaria y a la
militancia juvenil es cuestión esencial.
La ley de medios
ya no resulta puntualmente un tema determinante debido a que saben
perfectamente que sin Kirchnerismo no hay habrá implementación de la ley, de
modo que el objetivo de máxima será intentar eliminar el combustible popular
que motoriza las actuales políticas.
Sin
kirchnerismo no renacerán mil flores, sí decenas de AFJP. YFP volverá a manos
de Repsol con las disculpas del caso, la TV Digital abierta será privatizada,
las jubilaciones y la AUH no gozarán de movilidad siendo pisadas por gracia
devaluatoria, el incipiente proceso industrializador de sustitución de
importaciones sufrirá un repentino aborto, el BCRA regresará a su rol
eminentemente financiero y volveremos a endeudarnos sin necesidad de modo la
dependencia reconstruya su demacrado prestigio; todo esto sopretexto de
eliminar “el déficit fiscal” incorporándonos civilizadamente al mundo
occidental. Hartos de la dictadura llamarán a una forzada reconciliación, el
presupuesto educativo retornará a sus niveles del 3% y la ciencia tendrá que
regresar a la cocina para lavar los trastos.
Por ahora
cuentan con los medios, no con los votos. De todas formas y a pesar de la
experiencia de octubre siguen empecinados en el denuncismo (poco importan las
fuentes y la veracidad de asunto) como método. Un detalle a tener en cuenta
para tamaña virulencia pudo haber sido el embrionario despegue que exhibió
parte de la oposición política con respecto a la agenda de las corporaciones.
Se percibe claramente que éstas han decidido tomar el toro por las astas (ya era
hora de correr velos definitivamente) y hacerse cargo de la oposición concreta
en defensa de sus intereses.
El domingo por
la noche se pudo observar una nueva “coalición del miedo” (Lo cierto es que no
sería descabellando pensar que de este conjunto partan determinadas
candidaturas legislativas). El grupo de medios dominante ha logrado construir
una transversalidad de militantes heterogéneos con micrófono que pocos años
atrás resultaba impensada. Criticar esa construcción política sería criticarnos
a nosotros mismos. Nuestro paradigma político se basó en dicha operatoria, en
consecuencia por fuera de los personajes y las chicanas, esto nos obliga a
elevar nuestras propias argumentaciones, mejorar nuestro modo de comunicar y
esforzarnos para que la confusión que este grupo propone sea desactivada con la
solidez de las acciones concretas.
Noto como una
supina torpeza criticar a Ricardo Darín por haber manifestado su neutralidad
mediática. Lo cierto es que él se declaró neutral con respecto a un dilema
periodístico que siente no le compete y nada hace pensar que dicha neutralidad
tenga un correlato político ideológico personal. Individualmente soy neutral en
decenas de tópicos y tremendamente visceral en otros. ¿Por qué es necesario
tomar posición siempre y por todo, aún en temas que se desconocen? Ya lo dijo
el Negro Dolina en oportunidad del debate sobre minería. Lo que más me extraña
es que dichas críticas partieron de aquellos que se presumen probos constructores
de horizontalidad política. Sospecho no equivocarme al considerar probable que
Ricardo Darín ahora sí haya fijado posición al respecto.
Los que
consideramos que las corporaciones mediáticas dominantes son el cáncer moral de
la patria lo vamos a seguir pensando, al igual que aquellos que las consideran
el reaseguro de la libertad de expresión; y esto será más allá de que Darín se
posicione o no al respecto, ya que también es dable pensar que existe un
colectivo que ni siquiera se detiene en el tema. Creo entender que eso es lo que más
fastidia y termina conspirando contra la tan declamada construcción. Apenas
alguien esboza una lectura diferente sobre la realidad se le salta al cuello
como si hubiese cometido sacrilegio. Y eso enoja y mal predispone, empujando
drásticamente a gente del campo popular hacia una vereda incierta.
Políticamente
la nueva coalición del miedo apareció para capturar esas voluntades y colaborar
para limar ese 54%. Con Jorge Lanata a la cabeza (ni quiero pensar lo que le
habrá costado a Morales Solá ser actor de reparto) no dudo logrará que muchos
desencantados y destratados del campo popular vayan tras sus sortilegios
pseudo-progresistas.
Si
verdaderamente deseamos que este modelo perdure en el tiempo, si realmente
aspiramos a una patria igualitaria, deberemos extremar nuestra inteligencia en
pos de elevar los debates hacia la política y no hacia las acciones
individuales de determinados sujetos mediáticos.
En lo personal veo interesante que nuestra Presidenta planifique de aquí al futuro una conferencia de prensa
mensual (aún sabiendo que es un argumento/excusa muy propio de la tilinguería mediopelo; cuestión menor que para nada mueve el amperímetro popular).
Estimo que
desde lo político sería bien visto y le agregaría una cuota de mayor exposición
a determinados agentes mediáticos que se dicen independientes. Sospecho que a
la primera reunión asistirían algunos de los impresentables que aparecieron en
pantalla, y que con el correr del tiempo irán desertando en la misma medida que
Cristina los aburra con datos técnicos firmes y cuestiones políticas puntuales
que ellos ni tan siquiera sospechan de su existencia. Tal cual hiciera en su oportunidad Marcelo
Bielsa desactivando todo el puterío que el periodismo deportivo
reclamaba para su supervivencia mediática.
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