ESO DE LAS CONVICCIONES




¿Cuántos talles de más, a su propia antropometría, se verá obligado a comprar alguien que vendió sus principios? Porque una cosa es cambiar de opinión debido al reconocimiento de una propuesta superadora y otra muy distinta es literalmente trasvasar ideas y comportamientos sin que medien razones ni argumentos ideológicos en donde el pensamiento haya tenido alguna cuota de protagonismo. Es una pregunta que siempre me hice debido a que tengo la leve sospecha que la pesada carga debe ser distribuida convenientemente para no lastimar las distintas partes del cuerpo. Eso de las contracturas, los calambres y todo mal que surge cuando se sobrelleva un peso desmedido. Se me dirá -  Esta clase de tipos no se fijan en esos detalles, duermen bien y andan por la vida como si nada. En todo caso la salvan argumentando que tienen que comer, mantener a la familia y excusas similares – Lo hago por mis hijos, me confesó el tipo desde su celular de última generación mientras estacionaba su moderna 4 x 4.

De todos modos considero que la carga debe ser pesada. Por lo menos tienen que saber asumir que traicionarse y en consecuencia traicionar tiene a la larga o la corta el oneroso valor que la conciencia individual y social siempre suele facturar. En oportunidades cuando uno decide saltar el mostrador no siempre es acompañado. Hay algunos que prefieren seguir manteniendo cierta cuota de compromiso consigo mismo, de modo que quién decide arriesgar sus principios deberá, por respeto a su propia historia, tener la hidalguía de saber entender a aquellos que lo observan, desde el “otro lado”, con dolor y desencanto.  
En definitiva no deja de ser una decisión de vida. Por ejemplo. Tipos como Zloto, Tenembaum, Castro y Lanata saben claramente lo que dejaron atrás, y analizándolo bien es comprensible desde su postura liberal progresista; pero no es menos cierto que ellos también conocen perfectamente donde están en este momento y es allí en donde esa postura progresista y liberal se pega un terrible palo contra el corporativismo conservador del medio para el cual trabajan. No veo en EE.UU a un periodista demócrata trabajando para la FOX. Entonces el dilema no es ideológico. Pasa por otro lado. Había decenas de modestos medios de toda clase y tecnología para desarrollar la actividad. Sospecho que ninguno de los cuatro, a estas alturas, sufre pesares económicos... ¿ entonces... ?

Todo muy lindo, pero los zurdos no nos dan de comer dijo el empresario... Curioso razonamiento para aquellos que hablan de pluralidad y demás cuestiones. Pluralidad en tanto y en cuanto el factor limitante dinero no meta la cola. (Carlitos Abrevaya en el libro Medios Locos nos da una lección sobre el tema) Y el tipo, debido a una mala maniobra se dio de frente y a cien kilómetros por hora contra la ley de medios audiovisuales y el nudo esencial del asunto: la efectiva implementación del sistema. Y bueno tuvo que apechugar y aplicar la misma política de las corporaciones. Por la guita baila el mono me dijo otro, ¿Sabés qué pasa macho?... resulta que el disk-jockey puso un tema que mucho me motiva y no puedo dejar de moverme.

Steven Speilberg sirve como ejemplo. El tipo se la saca a la derecha y a los tilingos que habitan este mundo con tonteras comerciales y te mete la Lista de Schindler, El Imperio del Sol, El Color Púrpura o Salvando al Soldado Ryan dejándote de culo mirando al cielo. Pero algunos ni eso. Suman, suman, suman y no dejan de sumar en su galón de excusas llamada cuenta bancaria. Lo hago por mis hijos dijo Nazarena mientras la cámara le hacía un excelente primer plano a su oscuro yeyuno.

¿Cuántos bienes estamos dispuestos a resignar por cuestiones éticas?
Complicado el asunto. La sociedad moderna nos presenta incisos poco menos que obligatorios tras el mascarón que encierra el concepto “calidad de vida”. El Oriental Eduardo Galeano afirma que en la actualidad a la cantidad de cosas se la llama calidad de vida presentando una nebulosa en donde cualquier cosa entra en dicha definición, desde un Hospital público hasta un sistema de cloacas, desde un Barrio Cerrado hasta un programa de seguridad privado.
Y siempre el sistema nos presentará insumos que provoquen nuestra victimización a fuerza de la obtención de permisos que mejoren nuestra “calidad de vida”. De todas formas esta cuestión no deja de representar al paisaje. Son nuestras defensas las que determinan las capacidades de resistencia y de ese modo no hacernos pelota a gran velocidad contra el muro de la traición. El precio para no ser garca no es lo mismo que tener valor y no serlo. El verdadero valor ético del individuo se percibe cuando la tentación del precio aparece en el marco de un medio social que nos trata de convencer, de modo constante, que existe una “calidad de vida” superior, y que la misma está al alcance de la billetera.

Hace un tiempo cuando Víctor Hugo fundamentaba su irrevocable convicción en oposición al poder real en Argentina (corporaciones mediáticas y empresariales) cierto periodista, de modo inquisidor, le preguntaba por qué razón tomaba esa actitud contraria al sistema en el que estaba inmerso. Simple respondió el Oriental. “ El asumir y tener conciencia de que todos nos vamos a morir nos puede dar la chance de entender que somos demasiado efímeros en relación con la eternidad, y de ese modo dejar a un lado las soberbias e inútiles aspiraciones muy propias de todo aquel que sospecha ostentar cierto grado de poder, sobre todo mediático”. Y continuaba.. “ Mis hijos sabrán que hacer para defenderse en la vida, los he formado e informado para eso, de modo que no puedo ni debo utilizarlos como excusa para mis egoísmos y aspiraciones personales”...  Palabras más, palabras menos Víctor Hugo estaba cacheteando conceptualmente a su liberal y obediente interlocutor, un tal Longobardi. Hombre que por lo visto posteriormente poco y nada aprendió de aquel encuentro.

Así las cosas. Darwin nos expuso casi dramáticamente la teoría evolutiva, tesis que el humano tomó como propia y para sí. Individuos que no se adaptan al medio con el tiempo se extinguen. Primero son separados de la manada, luego se los invisibiliza, y una vez olvidados se los combate, desde el canibalismo, hasta el eclipse final.

El enorme biólogo fue tristemente bastardeado y sus ensayos constituyeron la plataforma del ordenamiento económico dominante. La mano negra del mercado de Smith y Ricardo no es otra cosa que el armado del concreto mecanismo selectivo que impera en nuestra sociedad contemporánea. De ese modo el equilibrio de los mercados financieros y las urgencias mercantilistas tienen mayor entidad conceptual que la hambruna africana y las penurias latinoamericanas. Los zurdos y los crotos no nos dan de comer; el círculo cierra perfecto. Hasta la autodefinida progresía acepta con gusto los mecanismos de adaptabilidad impuestos por el poder.

De convicciones y utopías se trata. Los menos, los más fuertes, los que poseen las defensas éticas más altas serán los primeros en extinguirse debido al enorme poder que tristemente atesora el dominante y egoísta ordenamiento cultural contemporáneo. Los fascistas españoles no derrotaron a los republicanos por mejores o porque tenían razón, ni en el campo intelectual ni en el campo de batalla, sino porque eran más y tenían mejor armamento.




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