Quién Pretendía un Cambio en El Perdido... Nota de Opinión


... alpiste

La ratificación en el cargo del Señor Walter Lagos al frente de la Delegación de El Perdido amerita un análisis profundo sobre el mensaje político que el Intendente Zorzano le expresó a la comunidad luego que la misma comunidad expresara el suyo a través de las urnas.
En lo personal no considero que tal ratificación tenga relación con el contundente resultado electoral que el oficialismo obtuvo en la localidad. En nuestro vecino Oriente los resultados fueron aún más notorios sin embargo el Doctor Zorzano optó por la renovación de su autoridad máxima.
Como siempre y cuando de percepciones y análisis se trata la subjetividad de la lectura hace que nada de lo que aquí se expone detente carácter taxativo, de modo pues me permito intentar descubrir la motivaciones, causas y circunstancias de una continuidad ciertamente sorprendente para una mayoría oficialista y opositora que esperaba y que clamaba en voz baja y en voz alta una ansiada renovación.

Antes que nada descontextualizar el presente sería un imperdonable error. Uno no puede ni debe analizar la realidad a partir de lo que se desea sino de lo que es. Debido a ello me parece pertinente adelantar como sumamente atinada la decisión del Ejecutivo renovándole la confianza a Lagos teniendo en cuenta el paisaje alternativo que se presentaba como opción. El Zorzanismo local cuenta con un tipo decente y honesto, que tal vez su mayor pecado haya sido confiar en el clan Schechtel, pero que a fuerza de ser rigurosos en el análisis debemos admitir que prácticamente una gran porción de la aldea sucumbió ante los encantos de la caterva. En lo personal jamás le perdonaré al oficialismo, independientemente de su eficiencia gubernamental, el haber colocado a semejante hijo de puta al lado de mi hija en el natatorio municipal. Pero no estamos aquí para indagar cuestiones personales. Se trata de analizar políticas y gestión.  En un antiguo artículo titulado El Perdido de cara a los comicios del 23 de octubre afirmaba que Walter Lagos era el mejor representante que Zorzano tenía en El Perdido. Su perfil y sus modos de gestionar eran un correlato exacto del ejecutivo municipal. En consecuencia tomar riesgos innecesarios ante la coyuntura no parecía ostentar la coherencia que siempre mostró el Intendente en estos asuntos.
Fuera de las connotaciones personales ya expuestas analizo la continuidad como un reaseguro que evite trastornos, períodos de adaptación e incomodidades políticas.
Lagos lleva cuatro años de experiencia en el manejo de la plantilla municipal, ha sabido mantener una relación cercana, obediente y políticamente correcta con las corporaciones dominantes y ha sostenido las relaciones institucionales dentro de un aceptable marco de cohesión. Rearmar esta ingeniería hubiera ocasionado más problemas que beneficios, por ende y ante la ausencia de profundos conflictos y de cuadros superiores no había razón alguna para modificar el formato.
Como mencioné al principio uno no puede ni debe analizar la realidad a partir de lo que se desea sino de lo que es. Lo que se anheló colectivamente quedó de manifiesto el 23 de Octubre, de modo que no tenemos otra alternativa que evaluar a partir de esa realidad que El Perdido concretó en las urnas.
En mi opinión y teniendo en cuenta el contexto hubiese considerado un despropósito que Walter Lagos sea removido del cargo amen de no mediar su crecimiento personal como funcionario y una necesidad expresa del Intendente de tenerlo como colaborador más cercano.

Renglones atrás afirmé que tanto oficialistas como opositores deseban un cambio en la Delegación. Lagos no es un hombre político, menos aún un cuadro que acepte el convite del debate. Tal vez esa sea la característica más valorada por el Intendente: Su cintura para no caer en el conflicto, aunque este resulte de imperiosa necesidad para resolver determinadas cuestiones.

Por suerte el remedio no ha sido peor que la enfermedad. El menú de opciones que se proponía para su reemplazo era ciertamente de temer. Y no porque los sujetos mencionados causasen miedo, sino más bien gracia. Fuera de ello la cordura puso sus ojos en Guisasola y nada podrá ser peor de lo que es. Tal vez eso nos quede como dato esperanzador. Lo que no sucedió el 23 de Octubre no va a pasar. El Radicalismo continuará gobernando Coronal Dorrego y como consecuencia El Perdido. Dentro del panorama tal vez Lagos constituya un mal menor en el marco de una absoluta y notoria decadencia.

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