LA AM 1470 LA DORREGO - Nota de Opinión



Felicidades La Dorrego

Al cumplirse el cuarenta aniversario de nuestra AM 1470 afirmábamos que La Dorrego se constituía como agente imprescindible de nuestros suburbios invisibilizados, abrigando los dolores y las ausencias de los no escuchados, alterando algún orden establecido. Molestando buenamente a favor de la diversidad, conspirando contra un supuesto y aceptado discurso monocorde. Comunicando, indagando fuertemente, escrutando al sentido común. Pasado un año de aquellas presunciones observamos que dicho modelo de radiofonía se ha profundizado. Decíamos que mientras el prohombre y el villano bailan y se dan la mano, en nuestra AM todos comparten su pan, su mujer y su gabán sin importarles la facha. Continúa siendo esa fiesta cotidiana que nos identifica y que a la vez nos debe comprometer comunitariamente para acudir en su auxilio cuando lo requiera. Nos necesita tanto como la necesitamos, bella simbiosis colectiva. Lo mejor y lo peor de nosotros sigue circulando, muestra la pintura de lo que somos, sin juicios ni degradaciones altisonantes, sin delaciones, sabiendo que las condenas taxativas resultan, en la mayoría de las oportunidades, impotentes jactancias de los anónimos y los cobardes. Decíamos que la 1470 era un puente, y que allí estaba, aguardando, para cruzarlo o para no cruzarlo, para quién quiera oír, para ser testigos de privilegio. Y en uno estaba cruzarlo, con o sin prevenciones, entendiendo que en ocasiones lo que se desea y lo que no se hacen tantas concesiones que llegan a parecerse. Persisto en la idea colectivista de que La Dorrego nos pertenece a todos en su más profundo sentido y como tal le debemos responder llegado el caso; persisto en la idea que corporiza una bella metáfora de sueños solidarios en donde el futuro, siempre incierto, espera serenamente seguro de su suerte.
Varias cosas de las redactadas se expresaron hace exactamente un año. Qué bueno que nada de lo dicho se pueda objetar o poner en duda, qué fantástico que nuestros vecinos locutores, productores, conductores, programadores, operadores, administradores continúen resistiendo a pesar de la adversidad. No podemos conformarnos solamente dando una palmada halagadora. La 1470 necesita de Coronel Dorrego, de nosotros, porque Coronel Dorrego necesita de su AM, y no colijo “necesidad” desde la vulgaridad del utilitarismo, lo afirmo desde la afectividad que significa su irremplazable presencia. Estos días de carencia accidental fueron una cruel muestra de lo dicho para aquellos que nos resulta complejo escindir nuestra cotidianeidad de esas voces familiares, respetadas en algún caso también admiradas. Felicidades a La Dorrego, a cada uno que la hizo y la hace, a cada caprichoso que no cesa en el intento, a cada insensato que gracias a Dios sigue creyendo que comunicar resulta un arte de maravilloso tenor.


Comentarios