EL CAPITALISMO

Eduardo Galeano


La Creación según John D. Rockefeller

                          ...de Memorias del Fuego. Las Caras y las Máscaras

En el principio hice la luz con farol de queroseno. Y las tinieblas, que se burlaban de la velas de sebo o de esperma, retrocedieron. Y amaneció y atardeció el día primero. Y el día segundo Dios me puso a prueba y permitió que el demonio me tentara ofreciéndome amigos y amantes y otros despilfarros. Y dije: “Dejad que el petróleo venga hacia mí”. Y fundé la Standard Oil. Y vi que estaba bien y amaneció y atardeció el día tercero. Y el día cuarto seguí el ejemplo de Dios. Como él, amenacé y maldije a quien me negara obediencia; y como él apliqué la extorsión y el castigo. Como Dios ha aplastado a sus competidores, así yo pulvericé sin piedad a mis rivales de Pittsburg y Filadelfia. Y a los arrepentidos prometí perdón y paz eterna. Y pude sin al desorden del universo. Y donde había caos, hice organización. Y en escala jamás conocida calculé costos, impuse precios y conquisté mercados. Y distribuí la fuerza de millones de brazos para que nunca más se derrochara tiempo, ni energía, ni materia. Y desterré la casualidad y la suerte de la historia de los hombres. Y en el espacio por mí creado no reservé lugar alguno a los débiles ni a los ineficaces. Y amaneció y atardeció el quinto día. Y por dar nombre a mi obra inauguré la palabra Trust. Y vi que estaba bien. Y comprobé que giraba el mundo alrededor de mis ojos vigilantes, mientras amanecía y atardecía al día sexto.Y el día séptimo hice caridad. Sumé el dinero que Dios me había dado por haber continuado Su obra perfecta y doné a los pobres veinticinco centavos. Y entonces descansé.


A cada cual su función

                                               ... de las Venas Abiertas de América Latina

Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros; los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convierten en veneno. La lluvia que irriga a los centros del poder imperialista ahoga los vastos suburbios del sistema. Del mismo modo, y simétricamente, el bienestar de nuestras clases dominantes – dominantes hacia adentro, dominadas desde afuera – es la maldición de nuestras multitudes condenadas a una vida de bestias de carga. Ninguna riqueza es inocente.


El Lenguaje II


Los pobres se llaman carentes y carenciados.
La expulsión de los niños pobres se llama deserción escolar.
Los criminales que no son pobres se llaman psicópatas.
Los países pobres se llaman en vías de desarrollo.
Para decir ciegos, se dice no videntes.
Un hombre negro se dice de color.
En lugar de dictadura se dice proceso.
Las torturas se llaman apremios ilegales.
No se dice muerte, se dice desaparición física.
Donde dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida.
Repentina dolencia significa infarto.
Los muertos por bombardeos ya no son muertos. Son daños colaterales.
No se dice capitalismo, sino economía de mercado.
A la ley de la ciudad la llaman ley de la selva.

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